Noche de lobos

Poco positivo se puede decir de esta película, el desarrollo es aburridísimo, el guión (si es que tiene tal cosa) no sabe ni de donde viene ni hacia donde va, y los actores hacen lo que pueden en unos papeles tremendamente mal elaborados. En serio, carece de sentido de principio a fin, mejor no perder el tiempo con esto.

"Noche de Lobos", la nueva producción de Netflix, se queda un poco a medio gas. Siendo una producción con una atmosfera logradísima y enviadiable, en un poblado pobrísimo, habitado en su gran mayoría por indígenas americanos, en los nevados y bellísimos parajes de Alaska, se echa de menos un poco más de jugo en este argumento.

La película arranca con la desaparición de un niño de 6 años, a la que su joven madre (Riley Keough) atribuye a una peligrosa manada de lobos. Así pide ayuda a un experto en lobos, Russell Core (Jeffrey Wright), que, en una ocasión mató a un lobo, para que busque a su hijo o en su lugar al lobo que se lo llevó y lo mate. El padre del chaval (Alexander Skarsgärd) es un soldado que está luchando en la guerra en Oriente Medio y desconoce cómo reaccionará ante los hechos, así que, mejor encontrar algo que enseñarle a su regreso.

En síntesis, "Noche de Lobos" es un thriller resultón de ritmo pausado con toques de suspense y oníricos y cuyos personajes principales, a excepción de Core, son de todo menos cuerdos. En otras palabras, descolocan un poco, sobre todo, los padres del chico, como si el ambiente desangelado (tanto en Alaska como en Fallujah) los hubiera dejado muy tocados. Esa extrañeza acaba por empapar todo el metraje, dejando aquí y allá momentos tediosos, conversaciones casi filosóficas que ralentizan la duración de algo más de dos horas, y que, afortunadamente, se ven algo compensados con ramalazos de genio, con espirales de violencia muchas veces carentes de sentido, que le insuflan algo de intensidad e interés. Son como pequeños destellos entre la paja (o paja mental, para ser más exactos).

La brillantez de esas escenas, en especial un magistral tiroteo hacia la mitad del metraje, te deja con la sensación de que podía haber dado mucho más de sí, pero el director se empeña en hacer algo profundo y transcendental. Es loable el intento y se deja ver, pero, como sucede muchas veces, el argumento, interesante sí, pero demasiado corto y sencillo, deja un sabor agridulce a quiero y no puedo o puedo y no quiero, vete a saber. Tal vez, si la hubieran dejado en hora y media, resultaría más contundente. Aún así, es un thriller resultón que merece el visionado, aunque solo sea por esas escenas de las que hablaba.

El argumento de la película está bastante bien. Las actuaciones, personalmente no me parecen más que pasables, exceptuando a Wright. Pero no es que le sobre media hora al metraje, es que es de una lentitud tan severa que, llegar al final de la película es casi un ejercicio de examen de paciencia.
Y, personalmente no me ha gustado nada el final... aunque claro, acorde a la película. El guión me ha parecido muy pobre, sin profundizar en ninguno de los personajes. Todos entraban con fuerza, pero se diluían sin piedad a la siguiente escena.
Y le doy un 5 porque la fotografía me ha parecido bastante buena y, la dirección, a pesar de la lentitud me ha parecido bien resuelta aunque no me gustara personalmente la velocidad del transcurso de los acontecimientos y que dejara tantas y tantas cosas en el aire... y, porque todo lo que tenga que ver con lobos me lleva de nuevo a mi infancia y a esos programas tan maravillosamente contados por D. Félix Rodríguez de la Fuente y, eso es una debilidad personal, ¡qué le vamos a hacer!

Si esperas acción, créeme, esta no es tu película. Si esperas un thriller de los que te mantienen con la intriga, esta no es tu película. Si esperas un drama con giros inesperados en el guión, esta no es tu película. Si te gusta el cine bien hecho, sobrio y con grandes paisajes y una fotografía maravillosa, te gustará. Mi consejo es que no la veas después de comer y, mucho menos por la noche (como he hecho yo), porque pone al límite tu capacidad de mantener los ojos abiertos y la boca cerrada...

Me gusta la ambientación, la interpretación del protagonista, la atmósfera enrarecida y por supuesto la fotografía, que es espectacular. Pero es que exceptuando el principio, en el que se nos expone lo que ha sucedido y lo que pide la protagonista femenina, no sucede nada con sentido.
Una lástima, porque se podría haber sacado mucho jugo de esta obra.

He encontrado en la página un buen puñado de críticas coincidentes con la mía. No entiendo hacia donde nos dirige, o por lo menos lo intenta.

Me siento reconfortado, al no ser el único que no entiende el trayecto, y mucho menos el destino. Pero he de admitir, que uno ya tiene experiencia, y cuando comenzó el "loberío", muy pronto me di cuenta que a parte de unas pocas imágenes impresionantes de lobos, bellos paisajes y ambientación... Detrás no había más.

Jeffrey Wright, ha conseguido una actuación correcta, no tan brillante como muchos de los usuarios destacan. Lo suyo ha sido vestirse de pieles y poner cara ausente delante de la cámara y ... poco más. Ayudan sus facciones duras, sus arrugas y esa expresión un poco de vuelta de todo.