Los europeos

Basada en una novela de Rafael Azkona cuya primera edición se publicó en Francia y más tarde de forma clandestina en España. Ya que claramente no pasaba la censura por tratar el tema del aborto, así como las relaciones fuera del matrimonio. Un escritor que consiguió 7 goyas y nos dejó títulos tan grandes como  El Pisito, Ay Carmela, El verdugo, Belle Epoque o La lengua de las mariposas entre otras muchas.  

La historia nos traslada a los años 50 en Ibiza, pronto conocemos a Miguel(Raul Arevalo) y Antonio (Juan Diego Botto) son dos amigos con ganas de divertirse y conocer turistas extranjeras. Antonio es un niño de papa con mucha labia, guapete  y conquistador mientras que Miguel, resulta ser más apocado y sin un duro en el bolsillo.

El ligoteo funciona bien, hasta que aparece Odette, una chica francesa muy guapa (Stephane Caillard) de la que Miguel se enamora locamente.

Dirige Víctor García León (Vete de mí, Selfie) mostrándonos bastante bien esa España franquista, así como a estos dos personajes despreciables y mezquinos que lejos de hacernos reír como en las películas de Alfredo Landa nos resultan desagradables.

El guion tiene bastante mala leche y se convierte rápidamente en un enorme drama. Juan Diego Botto destaca en su papel eclipsando a Raul Arevalo que no me termina de cuajar como actor, le prefiero en su faceta de director. Stephane Caillard, vista en la serie "Marsella" es la incauta chica francesa.

Vista en el Festival de Málaga, la película se estrenó el día 31 de agosto en Orange TV.
Destino Arrakis.com

Tenía mucha curiosidad por esta película desde que supe que estaba basada en una novela de Rafael Azcona, padre de cintas como ‘’El pisito’’, ‘’El verdugo’’, ‘’El cochecito’’, ‘’Plácido’’, ‘’La lengua de las mariposas’’, ‘’El anarcoreta’’, ‘’Tamaño natural’’ y un largo etcétera…. La aparición de actores de la talla de Raúl Arévalo y Juan Diego Botto también prometía un buen resultado.


La cinta se puede dividir en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, tenemos el inicio del verano, que se presenta con el viaje a Ibiza de dos amigos, Antonio y Miguel. Mientras el primero es una especie de playboy adinerado y oportunista que vive de su padre y tiene la vida solucionada, el segundo parece un joven tímido, soñador y humilde. Ambientada a finales de los años 50, Antonio y Miguel eran unos de tantos turistas españoles que viajaban a Ibiza para desinhibirse y olvidar la norma social de una España franquista, conservadora y católica. Querían aparentar una libertad y unas ideas progresistas fingidas para poder relacionarse de forma adecuada con otros turistas, especialmente con mujeres. La aparición de la francesa Odette(interpretada por Stéphane Caillard) marca una separación en las relaciones de los dos amigos. Para Antonio parece una conquista más, sin embargo, Miguel se enamora perdidamente de ella. O eso creemos en un principio.


La primera parte de la cinta es un poco irregular. Asistimos a un par de fiestas y nos dejamos embelesar por los paisajes de Ibiza que como a sus protagonistas nos hacen deambular de un lado a otro. Cuesta un poco dejarse atrapar por la historia porque en ningún momento sabemos hacia donde se dirige el rumbo de lo que se nos quiere mostrar. No obstante, la segunda parte que enmarca el final del verano nos recuerda que lo que estamos visualizando es una novela de Rafael Azcona con muy mala baba y grandes dosis de mala leche. Porque al final ‘’Los europeos’’ no deja de ser una cinta extremadamente critica que lanza sus reproches hacia una sociedad que fingía ser aperturista de puertas para fuera pero que en el fondo no dejaba de ser una sociedad reprimida, ligada a ideas fuertemente conservadoras y profundamente católica. De este modo, los dos amigos sufren una gran evolución a lo largo de la cinta. Al principio es Antonio quien nos resulta despreciable y ruin, pero más tarde Miguel acaba por abandonar esa imagen cercana y casi amigable que nos mostraba desde un principio y se convierte en un personaje aún más despreciable que su amigo.


La cinta de Víctor García León consigue un resultado bastante decente en su recorrido y cumple con creces su cometido inicial. Muy recomendable, como muestra de la doble moral y la hipocresía imperantes en la época en la que se ambienta. Visualmente resulta muy atractiva, con unos paisajes evocadores y una fotografía bella y acertada.

Cuando nos encontramos con películas con premisas sencillas, en la mayoría de los casos terminan siendo relatos «cariñosos» y con una enseñanza de aprecio hacia las pequeñas cosas de la vida. ‘Los europeos’ así, sigue estos pasos que anteriormente nos mostraron películas españolas como ‘Primos’ o ‘Truman‘, donde la amistad y el respeto mutuo entre varias personas terminan creando el nudo, y cuyo desenlace es un saber apreciar los detalles minúsculos que hacen la vida más maravillosa aun.

Víctor García León nos ofrece en ‘Los europeos’ ese comienzo sencillo y acomodado con el público, mostrando fácilmente sin explicar hasta el hastío las diferentes personalidades que tienen los dos protagonistas de la película. Ibiza enmarcando el cuadro no hace más que alimentar una sensación de control creativo en la dirección manejado con profesionalidad. Pero no toda sensación termina siendo real, pues a su vez hay un desorden muy serio de edición y una especie de percepción de atropello en la narración a partir de cierto instante de la trama en ese comienzo.

A raíz de eso, la imaginación pasa a ser la tónica predominante de la cinta. Bien es cierto que la dificultad narrativa es muy pequeña, pero también que la falta de diálogos hace que durante gran parte del nudo central de la película la somnolencia y el aburrimiento se apodere del público. Esta manera de editar ‘Los europeos’ hace que no termine de funcionar del todo la película y que todo lo que podría dar de sí en términos de mejoría con el paso de los minutos se quede en un erróneo intento de llegar más allá de donde la trama que tiene entre manos le deja.

Las partes a disfrutar son, por un lugar, Juan Diego Botto (‘Dictado’; ‘Los comensales’) en el papel que le ha tocado en esta película… no tiene que caerte bien su personaje, y consigue no hacerlo perfectamente. Raúl Arévalo tiene una actuación decente, lejos de trabajos suyos como ‘El aviso’ o ‘Cien años de perdón’, pero pudiendo achacarse esto también a lo plano que resulta su personaje en ciertos momentos de la película. Stéphane Caillard (‘Furia’, ‘Esta es nuestra tierra’); es la gran interpretación de la película y quien sostiene por mucho momentos la parte cualitativa de la cinta.

Y la fotografía, sin duda. Los detalles de la misma en cuanto a utilizar lo que sería la ciudad de Ibiza y los planos en estación; o personales de los protagonista, es uno de los grandes puntos favorables de ‘Los europeos’. En ciertos momentos incluso es lo que más se puede apreciar para ver la propia película, quedando ya dicho que a veces es tan plana que resulta tediosa.

‘Los europeos’ es una película decente, sin llegar a ser una buena para el entretenimiento en el sentido más amplio de la palabra. Disfrutable sin muchas ganas de pensar en nada profundo y con un desenlace frío hasta rozar lo innecesario.

Crítica para MagaZinema.
www.magazinema.es

Pues una película que tenía muchos de los ingredientes que me suelen gustar, (españolada, tiempo atrás, guiris, ligoteo, romances de verano, humor, etc... y sin embargo se queda totalmente insulsa, parece que no pasa nada, las gracias apenas consiguen sacar una mueca, no aporta absolutamente nada y además es la típica que olvidas a los 3 días de haberla visto.

Pese a la plana solvencia de las actuaciones (con bastante improvisación) y el tratar por todos los medios y clichés de imitar la ambientación de la época (1960), con música, tabaco, alcohol a raudales, coches, parejas de picoletos y bikinis (?), acaba convirtiéndose en una aburrida historieta vacacional y costumbrista, de dos niños de papá del final de la autarquía y comienzos del "aperturismo", de vacaciones en Ibiza a cazar extranjeras...

Arévalo y Botto (cuasi cincuentones aparentando ser treintañeros a base de depilación y maquillaje) actúan desganados, terminan siendo cargantes, muchos diálogos ni se les entiende, y sus personajes merecen todo el desprecio y más...

Escenas de fiesta y desparrame excesivamente largas que cansan al público, una historia confusa cuya exposición no queda clara. A veces se me cerraban los ojos...
La historia (o historias) no terminan de enganchar, y sólo el final y su implícito mensaje puede salvarse.
Aparte claro de los paisajes ibicencos...
Aburrida. Gris. Cansina. Como la época...