Video Girl Ai (Miniserie de TV)

Yo a ti, Takashi, te digo lo que tú quieras.

El anime ha sabido retratar los amores adolescentes, en la gran mayoría amores que son para toda la vida, de una manera difícilmente igualable. ¿Por qué? No lo sé. Quizás es que la cultura japonesa, que se alimenta y sobrevive de la tradición, conoce el secreto del ser humano referente a sus pasiones y anhelos. De verdad creo que los nipones son muy conscientes de los deseos humanos, de la personalidad del hombre, y lo aceptan sin complejos ni prejuicios. Y hacen bien.

«Video Girl Ai» es una historia de amor adolescente que termina siendo, no un triángulo amoroso, sino un cuadrado. Moteuchi es un chico de dieciséis años enamorado de su amiga Moemi, que a su vez está enamorada del mejor amigo de Moteuchi, el popular Takashi. Hasta aquí puede sonar bastante típico, pero lo atípico llega cuando Moteuchi alquila una cinta en un extraño videoclub y la chica de la cinta sale de la pantalla como una mujer de carne y hueso. Ya os podréis imaginar lo que pasa a continuación.

Al menos se imagina fácilmente en lo que respecta a la video girl Ai, así que a mí la historia que de verdad me parece interesante, la que me enamora desde el principio y la que creo mucho más intensa, compleja y sorprendente es la de Moemi y Takashi. Ella es una niña encantadora y dulce hasta decir basta, lo que no impide que también saque carácter en los momentos importantes. Él es el chico más deseado del instituto y me atrevería a decir que también fuera de él. Músico, deportista, buen estudiante, con un atractivo seguro e incomparable, es el amigo leal que te escucha y te ayuda, pero que al mismo tiempo no te contará sus problemas y se los guardará para sí. ¿Qué piensa y siente realmente este personaje tan atrayente como misterioso? ¿Hay futuro para esta pareja que parece vivir siempre rodeada de malentendidos, de palabras que no se dicen, de explicaciones que no se dan, de miedos y celos que se ocultan por orgullo o por amistad?

Lo peor es que «Video Girl Ai» es demasiado corta para que pueda considerarse una historia completa, se hubiera necesitado una adaptación más larga y, por supuesto, un verdadero final; porque este desenlace no solo es interpretable, sino que deja las tramas que más nos importan en el aire. Lo bueno que tiene, aparte de lo dicho, es la sensibilidad de toda la historia, la elegancia con la que se cuentan los sentimientos de los personajes. Además, toda la ambientación está llena de encanto de los noventa, con peinados, moda, tecnología y hasta apartamentos espectaculares, como el del protagonista.

Ahora estoy de lleno en el manga, a ver cómo termina esto.

Curioso anime que llama la atención primeramente porque sólo consta de seis capítulos, lo cual es muy poco y a la postre uno de sus mayores problemas. Luego me entero de que es la adaptación de los tres primeros tomos de un total de 15 del manga original creado por Masakazu Katsura y publicado entre 1989 y 1992. Debido a esta circunstancia, el que sólo hayan usado una quinta parte del material disponible, quedan muchas cosas en el aire, incluyendo el final, completamente abierto a cualquier interpretación que queramos hacer, así como personajes importantes y otras cuestiones más que los amantes del cómic podrán explicarnos muy bien.

El problema de la falta de metraje se ve magnificado cuando la historia gira sobre un cuadrado amoroso peculiar entre dos chicas y dos chicos, que a mitad de partida empiezan a darse cuenta de que en realidad quieren a otra persona. Todo esto se rodea de romanticismo sentimental pero la sensación con la que el espectador se queda es que el protagonista, Yota Moteuchi, es un veleta y que la evolución amorosa de los personajes es demasiado brusca como para que nos la creamos. A mí en realidad me parece que desarrolla una trama bastante obvia en la que las situaciones se desarrollan para darle gustirrinín al tal Yota con varias muchachas.

Recapitulando, es un dibujo animado bastante explícito, hay varios desnudos integrales de Ai, que funciona como una especie de fanservice permanente a partir de una fantasía sexual obvia: una chica estupenda, pese a sus defectos por un fallo en la reproducción, que sale de un vídeo con la única misión de complacer al joven que ha alquilado la película. Me ha recordado a la curiosa "Hacka Doll The Animation" (2015) por lo de "seres especiales que ayudan a la gente". Por lo demás, el dibujo tiene cierta calidad, tanto Ai como Moemi son atractivas, algunas canciones son bonitas, la idea es buena y el estilo noventero gusta. Muy desaprovechada.