El castillo de arena

Magnífica película de investigación policíaca que desgrana, paso a paso, la labor de un inspector en pos de resolver un caso que en principio se nos presenta irresoluble, debido a la escasez de pistas.
Todos los detalles que la componen, desde el desarrollo pasando por el guión y acabando en los personajes están tratados con mimo y buen gusto.
Solo una pega, la duración es algo exagerada, sobre todo en su tercio final explicativo que, aunque emocionante, está dilatado haciéndose relativamente pesado para el espectador normal su visionado sin sucumbir a los encantos de morfeo.
Pese a todo, es una obra de referencia del policíaco y del que numerosas películas han tomado parte de su esencia, sin ir más lejos la reciente y, también muy buena en opinión del que suscribe, Zodiac.
A descubrirla.

Catalogada como una de las mejores citas japonesas de todos los tiempos, se trata de una muy estimable obra, cumbre del buen hacer del estupendo realizador Yoshitaro Nomura, autor de unas ochenta películas.
En esta ocasión logra una extraordinaria mezcla de cine policiaco, con investigación de extraño e inusual asesinato, y de drama tremendamente humano, cuya génesis son los prejuicios humanos, la insolidaridad, el rencor y el deseo de olvidar un pasado tenebroso.
El guión es un prodigio, yendo la narración poco a poco, aparentemente lenta pero a cada minuto aportando ideas y hechos que van componiendo un todo doloroso, cruel.
Muy bien interpretado, con un soberbio en su humanidad, Tetsuro Tamba, con una fotografía admirable y una portentosa banda sonora, el filme ganó diversos premios internacionales, dando fe de una sabiduría cinematográfica palpable.
Muy buena.

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Con excesivo metraje y el último tercio de la cinta mostrando tres aspectos de la historia (la investigación del detective, la del pianista y, su evocación musical al pasado), este thriller es un trabajo cargado de escenas de transición, que si se restan estaría más adecuada la cinta al interés por descubrir un asesinato, que sin pista alguna al comienzo, uno no sabe por dónde saldrá la clave del asunto.

Por lo demás una cámara (muy de la época y del cine nipón con zoom back o in a lo señalado) que sin timidez alguna siempre está señalando en espacio y tiempo, los pormenores de una investigación, que luce creíble.