Hombres, hombres

Honestamente, no es una película grande pero sin embargo tampoco es una película pequeña, simplemente es una buena película. La ví de casualidad y la verdad es que no me decepciono ni tampoco me sorprendió, es una de esas que ves porque no tienes nada mejor que hacer pero que una vez vista te alegras de haber podido disfrutar de ella. Muy amable, simpática y divertida y con un desarrollo algo extraño pero que sin lugar a dudas puede haber sucedido en algún lugar.

Es una comedia en toda regla, construida con inteligencia y oficio por la entonces joven directora alemana Doris Dorrie, especializada de alguna manera en películas que tratan la eterna y siempre difícil relación entre los dos sexos.

Además, contiene una lúcida y sarcástica reflexión sobre los roles y los arquetipos sociales. Un traje puede cambiar a una persona, y, ciertamente, la percepción que de esa persona tenemos los demás.

El peso fundamental es la excelente interpretación de Heiner Lauterbach y Uwe Ochssenknecht, los hombres en conflicto por el amor y el desamor de una misma mujer. Por esa razón, la película se sigue viendo con agrado, a pesar de que tiene un tufillo algo anticuado. Alguien dijo que nada envejece tan pronto como el periódico de ayer. Esos dos personajes, representativos de una cierta masculinidad en Alemania a mitad de los ochenta, se han quedado un poco atrás. Por otra parte, el mensaje final y el dibujo del personaje femenino tienen una lectura discutible, si no inevitablemente reaccionaria.

Doris Dorrie me sigue entusiasmando, su humor es muy femenino a la par que inteligente.
Una pareja está en crisis, ambos se han engañado mutuamente y la situación de desconfianza es palpable, por lo que deciden separarse.
Hay un análisis muy divertido sobre las relaciones de pareja y muy real sobre los roles que tenemos aprendidos y asumidos en nuestra cultura.
¿Nos gustaría conocer a la persona por la que nos ha abandonado nuestra pareja? supongo que sí, éste es el caso de nuestro protagonista que con engaños logra vivir en la casa del "otro".
La película es una inteligente y divertida reflexión sobre la convivencia y no sólo de las parejas, también de los compañeros de piso.
Vean hasta el final, los títulos de crédito son muy originales y en ellos sale la directora.

Comedia sobre hombres dirigida por una mujer, Doris Dörrie, "Hombres, hombres…" se erige en una lúcida reflexión sobre la evolución del macho moderno y los valores morales en las relaciones de pareja, la ruptura sentimental y la amistad. Un film que, lejos de quedarse en la superficie de la lucha de sexos, sabe obtener una sarcástica farsa de los arquetipos sociales y la equivocada importancia que damos a la imagen como guía para extraer información fiable sobre los demás.

Dörrie cuenta la historia de Julius, un ejecutivo mujeriego que el día de su aniversario de bodas descubre que su mujer, Paula, le engaña con otro, Stefan. Julius se marcha de casa, pero quiere averiguar quién es el amante de su mujer. Stefan resulta ser un artista gráfico bohemio que, casualmente, busca compañero de piso, así que Julius decide instalarse con él.

A partir de ahí, el juego de equívocos va tomando forma en esta comedia de situaciones, que logró iniciar el camino a un género en el que el cine alemán (desde la época del expresionismo -años 20-, la marcha a Hollywood de Ernst Lubitsch -1923- y Billy Wilder -1933-, y, muchos años después, con algunos títulos de Rainer Werner Fassbinder) andaba desaparecido dando escasos brotes de calidad.

Casi tres décadas después de su estreno "Hombres, hombres…" sigue conservando la química de sus diálogos y personajes, y nos permite comprobar como, a pesar del paso de los años, su denuncia feminista continua vigente en los miedos y frustraciones masculinos.

El título es bastante significativo: ésta es una película sobre los hombres. Rodada por una mujer, Doris Dörrie, Hombres, hombres es una radiografía del hombre moderno y su forma de abordar la ruptura sentimental, el dolor, el amor y la amistad.
Con un tono de comedia urbana, muy en la línea de Woody Allen, Dörrie cuenta la historia de Daniel, que descubre el día de su aniversario de bodas que su mujer le engaña con otro. Daniel se marcha de casa, no sin antes averiguar quién es el amante de su mujer. Casualmente, éste busca un compañero de piso, y Daniel decide instalarse con él. A partir de ahí, los dos entablan una curiosa relación de amistad.
Tiene encanto esta película. Tiene un toque simpático y algunas escenas verdaderamente geniales. La pareja protagonista exhibe verdadera química y hace creíble la evolución de sus personajes. Es una película de actores, y estos dan lo mejor de sí. Su historia de perdedores nos cautiva y nos divierte.
Un gran descubrimiento este Hombres, hombres.