Mangal Pandey: Un hombre contra un imperio

Existía una vieja leyenda en la India, que decía que el dominio británico duraría cien años. Aquel dominio comenzó con la batalla de Plassey en 1757. En 1857 se cumplía la fecha.

La Rebelión de los cipayos no empezó por ese motivo, pero mucho que ver, lo mismo que el uso de grasa de vaca y cerdo en los cartuchos que les entregaban en sus regimientos, la cada vez mayor persistencia de los británicos en cambiar algunos hábitos indios, como la quema de viudas, las castas o simplemente la llegada de una tecnología que se detestaba por parte local. La India a mediados del siglo XIX vivía como en el siglo XIII en Europa, y el tradicionalismo de sus modos de vida era defendido con orgullo. Aquella rebelión de año y medio fue brutal y cruel por los dos bandos, rivalizando por ser probablemente una de las más sanguinarias que jamás han existido en la época contemporánea.

El caso es que supuso el fin de la Compañía de las Indias como institución del control político del país y de una anexión por parte de la Corona británica que se prolongaría hasta después de la SGM.

¿Por qué perdieron aquella guerra los indios? Porque no fue una rebelión generalizada, esencialmente los cipayos lucharon casi solos, y los gurkhas o los sikhs se pusieron al lado de los británicos. El concepto de la India como país, estaba muy verde y hasta finales de ese siglo no se irá creando una conciencia nacional.

“The Rising” no nos cuenta todo el conflicto, sino las causas y la sublevación del primer mes, pero es una bendición encontrar tramas como estas cuando lo que abundan son las simplezas argumentales. No es una película de factura Bollywood (se agradece), aunque es inevitable algunos temas musicales y la sempiterna historia de amor. Pero no son más que acompañamientos en una película esencialmente histórica de gran calidad. Tampoco es una película nacionalista india que siga el juego al Hindutva, sin ir más lejos el BJP (el partido nacionalista hindú) no le gusto nada.

En España para variar pasó desapercibida, aquí interesa más “La boda del Monzón”. Menudo país el nuestro.

A medida que los paises coloniales, se van despojando de sus invasores, y consiguen medios, para producir películas al estilo hollywood, nos encontramos con joyas como The Rising, que es una excelente película, sobre la opresión británica, ejercida en la India, contada desde el lado de los colonizados. los trapos sucios, la corrupción colonial, el tráfico con opio, el brazo de la ley britanica, con sus distintas medidas, según la raza... Es una gran peli, la recomiendo a todo aquel que le guste el cine histórico, y en general a todos, para saber las atrocidades que siempre comete occidente... no solo ahora.

Hubo un tiempo en que llegué a ver bastantes películas "made in Bollywood". Duraban la mayoría no menos de tres horas y el argumento era parecido casi siempre. Algún conflicto amoroso, con impedimentos familiares o de casta, y mucha Danza Bollywood, que es lo que realmente las hacía encantadoras. De repente la pantalla era todo colorido, baile y una música tan especial que te hacía levantar del asiento estuvieses donde estuvieses. En el cine, en el sofá o en el asiento de un autobús. Estabas invitado a una fiesta, y extrañamente superabas la timidez inicial y aceptabas la invitación. Realmente no me enteraba un carajo de lo que contaban, entre otras cosas porque el hindi o el marathi no son lenguas que domine precisamente. Desgraciadamente no recuerdo ningún título, entre otras cosas porque estaban todos puestos en grafía sánscrita.

Pues me puse a ver "The Rising" por su publicidad: "La película más cara y ambiciosa de Bollywood". Bueno, pensé, normalmente las hacen con cuatro duros pero con bastante alegría. Así que con pasta a ver qué son capaces de hacer. Y mi gozo en un pozo, claro. Se nota que el dinero y la ambición a veces corrompe. Porque decidieron hacer algo demasiado hollywoodense y pierden toda su esencia. Y encima rezuma un nacionalismo indio, que últimamente está en auge, que la hace bastante ridícula.

El film cuenta la legendaria historia del cipayo Mangal Pandey, que se sublevó contra la Compañía de las Indias Orientales, que no contra la Reina. Y quizá hubiese sido una buena historia para una película, pero no para una "made in Bollywood".

Las actuaciones son estilo indio, pero no porque actúen así, sino porque los indios son así: muy expresivos. Y a un occidental le da la sensación al principio que sobreactúan. Los actores son menos gordetes de lo que suele ser habitual en un producto bollywoodense. Tienen un concepto de belleza distinto al nuestro. Opinan que cualquiera puede estar delgado y lo que realmente es admirable y bello es la carne. Y por el género que trata esta peli, histórico-bélico, salen pocas mujeres en comparación con sus típicas cintas. Y es una pena, porque la mayoría de las indias son bastante guapas y dan mucho colorido con sus saris y punjabis.

A pesar de que la acción se desarrolla en el siglo XIX, introducen algunos conflictos de la sociedad india, como el problema de los "intocables" y el "sati" (quema de viudas). Pero estos temas polémicos en realidad empezaron a afrontarlos en el siglo XX, así que parecen metidos con calzador para concienciar al público indio. Y también sueltan algun mensajito buenrollero entre las relaciones entre hindúes y musulmanes, que suena falso porque siempre se han llevado no muy bien.
Lo más pasable, como siempre, son los pasajes de Danza Bollywood, pero como esta vez han intentado ponerse serios, desgraciadamente son muy pocos.

En fin, como producto no está mal del todo. Pero nada recomendable si uno quiere adentrarse en Bollywood. Aquí no verá sus esencias.

La curiosa mixtura de aventura colonial británica y Bollywood resulta fascinante. También el modo interpretativo de los actores indios, tan teatral y pintoresco. Diría que de ellos hay algo que aprender, en particular, del protagonista. Ecos del Ramayana fundidos con Gunga Dim (inolvidable). Recomiendo la película. Por cierto: la sinopsis que da esta querida página es algo deficiente.

Entretenido y con interés histórico. A veces un poco artificial en lo visual pero cumple su cometido. La música muy buena pero como que no pega por su ritmo y baile en pleno siglo XIX.
Se puede ver perfectamente y no cansa a pesar de su duración.