Don Juan, mi querido fantasma

Todos los años desde su muerte, Don Juan resucita el día de todos los Santos a fin de realizar una buena obra que lo libere del purgatorio. Esta año topará con una compañía de teatro que representa precisamente la inmortal obra de Zorrilla.
Un planteamiento preñado de originalidad y sin duda magnífico (los propios títulos de crédito en vez de salir tal cual son contados al estilo flamenco) que se acaba por quedar en una comedia de enredo muy alejada de lo inicialmente previsto, dando como resultado un film frustrado aunque digno.
El principal problema de esta versión del Don Juan Tenorio reside en el guión, muy irregular, que lo mismo deviene en detalles magníficos (el personaje de Loles León o la reincidencia de Galiardo en meterse desnudo en los cubos de basura) que desarrolla situaciones planas y muy vistas, sobre todo en la parte del hotel, dónde más acaba pareciendo un vodevil teatral que auténtico cine. Fuera aparte de estos "tics" se trata de una película de ingenioso punto de partida, bien interpretada y correctamente acabada, con buena fotografía de Carlos Suárez, pese a tratarse de un título que hubiera dado para bastante más.

En clave de disparate humorístico, A. Mercero presenta una interesante comedia, original e inesperada, de hondo gracejo, que ofrece impagables dosis de guasa y muchas ocurrencias hilarantes que discurren entre la intriga policial y el desenfado de un argumento alocado.
Desde el curioso recitado para presentar los títulos de crédito hasta las mil situaciones chistosas, el guión recorre los ángulos de una peripecia insensata pero divertida en la que se dan la mano lo surrealista, lo imaginativo y una estupenda actuación de los principales protagonistas.
Y todo ello, salpicado por diversas piezas musicales y alguna coreografía excepcional -Ballet de España- con el fondo de un rasgueo mágico de guitarra española.

Me ha sorprendido muy agradablemente. Es una película que, al terminar, te dices "me ha aportado cosas que hasta ahora no había visto en ninguna otra película". Ya al principio, la cabecera es una genialidad. Y el hecho de intercalar pequeños números de flamenco (de muy buena calidad artística, no estoy seguro pero creo que es el ballet de Cristina Hoyos) aporta también originalidad.

El argumento puede parecer mas o menos simple, pero es "resultón", el guión es bueno y tiene golpes de humor interesantes. La interpretación es estupenda por parte de todos los actores y eso es reflejo de una buena dirección que ha sabido sacar lo mejor de cada uno.

Eso sí, veo la puntuación, las críticas...y parece que fuera una película mediocre. El problema es que tenemos demasiada tendencia a menospreciar los productos españoles, no digamos ya si son comedia, ¡complejos!

A finales de los ochenta el desaparecido Antonio Mercero tuvo la idea de llevar a la pantalla la enésima adaptación del mítico personaje, pero en esta ocasión dándole un tono bastante canallesco y es que con el equipo de actores que le acompañaban unos buenos resultados estaban asegurados
Si tuviera que comentar uno por uno a todos los actores que participan en este film, la crítica sería interminable. Los más destacados sin duda serían: Galiardo impresionante en su doble papel, Saza haciendo reír en cada secuencia en la que aparece y como no, en el lado femenino, el papel de Loles León, que te deja sin palabras, mientras que María Barranco te hace reír con un papel que es una extraña mezcla de candidez y descaro.
A pesar de contar con grandes actores, el guión tiende a flaquear en algunas partes el film, aunque este último apunte no impide que al final de la película nos hayamos echado unas buenas risas

No hay que confundirse. No se trata de una adaptación más del Tenorio, como "To be or not to be" de Lubitsch no es una adaptación de Hamlet. Se trata de una variación en clave de vodevil sobre el legendario personaje de Don Juan, al estilo del Don Gil de las calzas verdes (comedia de enredo, según el lenguaje de la época) también del propio Tirso de Molina, autor del Burlador de Sevilla que dio origen al mito. Son inevitables las referencias a La venganza de Don Mendo de Muñoz Seca, llevada al cine por Fernando Fernán Gómez. Están presentes en el film de Mercero los elementos clásicos del género. Personajes dobles que se confunden, puertas que se abren y se cierran, provocando equívocos desternillantes y un largo etcétera. Las coreografías están logradísimas. El elenco de actores es de lujo. Juan Luis Galiardo sale de su encasillado papel de galán guaperas y caradura para demostrar su capacidad cómica, al igual que el resto del reparto cuya comicidad natural está fuera de toda duda, como Rossi de Palma, Saza, Loles León y otras todo terreno como María Barranco y Verónica Forqué. Películas así dignifican la comedia española, después de una época en que se hizo poca cosa que mereciera la pena.