La dama del tren

Extraño film. Extraño porque su director, que, al parecer, trabajó en Francia en los años 30 en la producción de films, algunos de Renoir, aparece en los 40 en USA y dirige este film en 1945, junto a otro del mismo año (según imdb) y desaparece (?) del cine. Fue el marido de D. Durbin y murió en Francia.
Este extraño film presenta un guion basado en una obra de Leslie Charteris ( El Santo) mezcla de comedia, trhiller y musical. El guión no es muy afortunado, entretiene en el mejor de los casos. Pero el cinéfilo se llevará una grata sorpresa con la puesta en escena del film, su narrativa y su elegante movimiento de la cámara. Cuando el guión decae la atención se dirige a admirar el trabajo del director. Lama la atención y uno no puede menos de preguntarse por qué no dirigió nada más.

Entretenidísima mezcla de comedia y thriller de un desconocido director. El guion puede resultar simple pero la acción es trepidante y los diálogos muy atrayentes y el desenlace se hace esperar con verdadero interés porque las cosas van cambiando de un lado a otro sin respiro.

Fue nominada a mejor sonido y también destacan algunos temas musicales porque también tiene parte de eso esta historia.

La califico entre interesante y buena. Un 6,5.

Entretenida película de intriga criminal, con una chispeante y bonita Deanna Durbin, que además cantaba como los ángeles, y feliz mezcla de dicho género con el de la comedia, gracias a, sobre todo, la siempre grata presencia de ese roba escenas que fue Edward Everett Horton, en este papel muy atolondrado aunque valiente y determinado a cuidar a toda costa a la protagonista, aunque en realidad poca ayuda le da.
Lo mejor es el primer tercio, donde se nos presenta la principal situación, el asesinato y cómo lo ve la protagonista, amén de su primer encuentro con el escritor de novelas policiacas.
También es competente la presentación de la familia del fallecido y cómo es en realidad, con sus deseos y ambiciones.
Quizás la parte central sea lo menos conseguido, con ese sin cesar de entradas y salidas de camerinos en el nigth club donde canta la supuesta Margo.
Pero en líneas generales deja un más que aceptable sabor de boca a cine bien hecho de la época del cine dorado del viejo Hollywood.

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