Haz click aquí para copiar la URL

Dinero caído del cielo

Musical Arthur Parker, un vendedor de partituras musicales, está casado con Joan, aunque su matrimonio no va bien a causa de la enfermiza timidez de su mujer. Durante un viaje, Arthur conoce a Ellen, una maestra con quien mantiene una relación, pero ocultándole su condición de casado. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
2 de mayo de 2011
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Redefine "elegancia": "Dinero caído del cielo"

Una triste historia de la Gran Depresión se convierte por arte de magia en un manual de cómo deslizar los pies por las nubes sin abandonar el suelo.

El protagonista se pasea por los escenarios de la miseria, de la soledad, de la insatisfacción, de la desesperación y lo hace con la convicción interior de que está viviendo como en un gran romance.

Pero la melancolía se va aposentando poco a poco sobre la película y las canciones se convierten en sólo fogonazos momentáneos que apenas bastan para revestir los bares sórdidos o los cafés deprimentes de la purpurina en la que se deshacen los falsos sueños.

Aunque nunca pierde la magia: y cuando Vernel Bagneris mira hacia arriba y canta el precioso playback de "Pennies from heaven" casi parece tentarte a creer que todos pueden obtener lo que desean y que vendrá el dinero caído del cielo.
Neathara
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de septiembre de 2005
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con fotografía del inimitable Gordon Willis (incluyendo cambios de iluminación dinámicos que harían sonrojar a "Chicago"), con composiciones extraídas directamente de Edward Hopper, con números musicales que homenajean a Bubsy Berkley y unas interpretaciones a la altura...¿se puede pedir algo más? sí.... Christopher Walken bailando en un número musical que debe estar en los anales de la historia.... si le falta algo que alguien me lo diga.
Otro detalle la reconstrucción de la época es increíble... ésta película es un claro referente para lo que luego fueron películas tan dispares como "Chicago" o "Hedwig and the angry inch". Imprescindible.
lovekraft
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de enero de 2013
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Dinero Caído del Cielo es una de esas películas populares en su momento, que mucha gente de cierta edad recuerda con cariño, y que uno debe desempolvar como si fuera un pequeño tesoro a descubrir. Una película envuelta de un manto clasicista y ambientada en los años de la depresión norteamericana (una suerte de El Gran Salto, pero vehiculada a través del musical y más transgresora aun que el film de los Coen).

La película de Herbert Ross, de una fotografía, dirección artística y coreografías impecables, ofrece numerosos elementos que transgreden lo que se venía haciendo dentro del género musical e incluso lo que se hizo más tarde (teniendo en cuenta que el musical es un género que tradicionalmente siempre ha venido con el concepto de innovación cargado sobre las espaldas -si no, véase un musical de la misma época tan rompedor como The Rocky Horror Picture Show).

Lo primero que me ha llamado la atención de Pennies from Heaven es la forma como se narra la vida del personaje brillantemente interpretado por Steve Martin, moviéndose en todo momento entre las dos caras de la moneda de la vida: por un lado, la realidad que vive el personaje, llena de desgracias, tristeza y un proceder muy poco ético por su parte en esos años de la Depresión norteamericana (aquí nos situamos en el drama más crudo) y, por la otra, se trabajan todas las fantasías de dicho personaje a través de los numeritos musicales en los que expresa sus deseos. E incluso a medida que avanza el film otros personajes importantes (como la esposa y la amante) pasan a recrearse también en sus fantasías a través del numerito musical, y hasta hay lugar para un extraño numerito musical final con los 3 compartiendo micro (Martin, su esposa y su amante). Sorprende el tremendo contraste (casi incendiario a nivel de emociones transmitidas) que se crea entre la vida real de los personajes (triste y por momentos gris y bucólica) y sus fantasías, que suelen aparecer repentinamente en momentos de crisis y aportan la sorprendente nota de humor y alegría.

Y el propio personaje de Arthur lo expresa en un momento dado: “Quiero vivir en un mundo donde las canciones sean la realidad”. Es la senda que toma el film de Ross de forma casi obsesiva, esa idea de que inmediatamente detrás de esas nubes grises de los títulos de inicio que están provocando una tormenta se encuentra ese cielo rabiosamente azul; detrás de todo problema, se encuentra una forma de verlo positivamente, con otros ojos. Y las fantasías recreadas siempre tienden a ser proactivas, a actuar como motor para el cambio, el cambio a mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
kakihara
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de julio de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me da la impresión de que viendo "Cabaret", ambientada en Berlín durante el ascenso del nazismo, a alguien se le ocurrió que, coetáneamente, en EE.UU. se estaba viviendo la "Gran Depresión" y que también era una situación ideal para otro musical sobre una historia sórdida, pero genuinamente americana. Uno de los comentaristas que me preceden califica la película como simpática y ligera. Para una historia que incluye adulterio, aborto, prostitución, un asesinato y alguna cosilla más del mismo cariz no me parecen los calificativos más adecuados.
El hallazgo es que, en esa situación histórica tan deprimente, el cine empezo a hablar y, simultáneamente, a cantar y bailar. El musical vivió, durante los años 30, en plena depresión, su primera edad de oro. Habitualmente, estas películas tenían unos argumentos tontorrones y escapistas que eran una simple excusa para ir introduciendo los números musicales, a veces con calzador, que abrían una ventana a un lujo y una felicidad que contrastaban obscenamente con lo mortecino de la vida cotidiana de la gente corriente. Antes se hablaba mucho de cine de "evasión". Evasión de la realidad, esa idea que tan felizmente desarrolló Woody Allen en "La rosa púrpura de El Cairo" (¿o era el cine el que andaba evadido de la realidad?). Creo que ahora se dice "cine palomitero".
Si ahora recordamos esas películas es por sus números musicales; el resto es, casi siempre, ganga. La suntuosas coreográfías de Busby Berkeley y las aladas danzas de Ginger y Fred siguen siendo una inagotable fuente de fascinación visual y en esta película se las homenajea de forma explícita. También se recrean textualmente dos cuadros de Edward Hopper y por fin sabemos de que hablaba la pareja de "Noctámbulos". Hay referencias a Dorothea Lange y a Norman Rockwell. Visualmente es una película cuidada y llena de sugerencias. Y la construcción dramática tiene la misma falta de cohesión que caracterizaba a aquellos musicales, sólo que aquí la sucesión de acontecimientos no conduce necesariamente a un final feliz. ¿O sí?.
Otro acierto es que los números musicales son canciones de exito en los años 30, generalmente optimistas, que los actores interpretan en play-back y que resultan un ácido contrapunto a las situaciones que viven los protagonistas. Es tal el contraste que, en ocasiones, los actores encarnan una voz que no corresponde a su género y te puedes encontrar con un coro femenino que se expresa a través de tres tipos de aspecto rufianesco. Está claro que no cantan ellos, pero bailar, sí que bailan. En planos generales y con la duración suficiente (como se hacía en los buenos musicales) para que Steve Martin y Christopher Walken demuestren que son unos bailarines más que solventes. Por una vez, el no demasiado inspirado Herbert Ross dió en la tecla con este musical revisionista en el que la ingenuidad impostada de los modelos en los que se basa se sustituye por un desesperanzado cinismo.
Me ha asaltado una curiosidad: ¿Cuánto cobraría una corista por participar en una coreografía de Berkeley?
iñaki
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de septiembre de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de su calidad fue un fracaso comercial porque cuando se estrenó los musicales que estaban de moda entonces iban por otros derroteros. Fama, Flashdance, Footlose o Dirty Dancing eran más actuales y tenían una música más marchosa, mientras que Pennies from heaven era un musical a la vieja usanza, es decir, un sentido homenaje a los de los años treinta.

Técnicamente impecable gracias a su generoso presupuesto, la crítica supo reconocer la clase del film con varias nominaciones al oscar, no solo en los apartados técnicos como su excelente fotografía, diseño de producción o vestuario, sino también en otras categorías más importantes como la de mejor guion.

Steve Martin sorprende con sus aptitudes musicales al bailar en varios números demostrando su versatilidad para el género. También Christopher Walken se luce bailando en un número, exhibiendo como su compañero de reparto sus dotes de bailarín. Yo siempre le recordaré en el vídeo de Fat Boy Slim "Weapon of choice" que grabó veinte años después.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow