Hoy y mañana

El film describe el doloroso aprendizaje y la creciente desesperación de una joven de clase media que decide prostituirse por una noche, recurriendo a una antigua amiga del colegio que se dedica al oficio más antiguo del mundo. Previsiblemente, todo le resultará mucho más difícil de lo que imagina.

La protagonista es la veinteañera Paula (Antonella Costa) que vive sola con su gato, para el que tiene mayores muestras de afecto que con sus familiares y amistades, aparte del entusiasmo por el teatro experimental, para el cual parece tener vocación. Pero múltiples deudas la abruman y presionan, alejándola de lo poco que le gusta.

Vivir y sostenerse sola no es fácil y menos cuando te cortan el gas por falta de pago, te despiden del trabajo o te ponen plazo al desalojo del departamento por no estar al día con el alquiler.
La historia es lineal y transcurre en dos días de ritmo frenético. Narrada con una cámara inquieta que sigue a la protagonista en diferentes escenarios urbanos, desplegando una estética documental con actores en su mayoría no profesionales o poco conocidos y poniendo un especial cuidado por el lenguaje oral, que naturalmente es muy pobre, tal como puede esperarse de adolescentes que apenas balbucean frases hechas.

La película no devuelve una visión complaciente ni de los jóvenes, ni de sus familias y mucho menos del entorno social, donde por momentos se cruzan carros de cirujas y mujeres con hijos en brazos suben a los colectivos reclamando limosna.
Tampoco su protagonista central es precisamente una heroína sino una chica inexperta, arrogante y poco comunicativa, además que las bruscas elipsis que siempre privilegian el ritmo son demasiado abundantes como para profundizar en lo sicológico; ni siquiera en el humor, aún en forma irónica. El énfasis apoyado por un montaje alucinante está puesto en la estrategia para sobrevivir en procura del sustento inmediato, es decir en una proyección donde el futuro no existe.
Un anónimo taxista que conduce a Paula, al ver su cara desolada le aconseja: "Mire, sea lo que sea, olvídelo. No se puede vivir y pensar". Sombrío pronóstico que resume la existencia en una ciudad impiadosa, que transforma a sus criaturas en seres a la deriva, a causa de sus dificultades económicas, mostrando que la crisis se extiende a todos los sectores y afecta nuestras decisiones cotidianas más básicas.

Aunque tengo el mismo gusto que Shandy por el cine argentino, no coincido exactamente con su crítica: no creo que sea tan mala. Es simplemente sobria.
Cualquier intento de mostrar más hubiese caído en el dramatismo lacrimógeno.

Me parece una película correcta, que curiosamente nos sitúa premeditadamente lejos de la protagonista. Ella no llora en ningún momento, cosa que por cierto sucedería si fuera una película española (para ser más exactos, es una coproducción). Y no digamos estadounidense, porque entonces los lagrimones le harían correrse el rimel a los quince minutos de empezar.

Aquí, más que mostrar sentimientos, se nos muestran situaciones, siendo nuestro deber meditar sobre ellas, sin acercarnos demasiado a la chica, ya que en varias escenas hay algunos detalles que me hacen pensar que al director no le interesaba que nos identificáramos con ella.

La ausencia de banda sonora y el aire casual de perros callejeros típico en las películas argentinas le da a ésta un aire más frío aún.
Creo que Antonella Costa "Ana" no lo hace tan mal. La prefiero a ella antes que a una lolita a lo María Valverde cuya sola visión haga pensar automáticamente en sexo al personal. Ana es una chavala normal en circunstancias anormales, y el camino que toma es el único que cree posible tomar o el más fácil en medio del aislamiento en el que se encuentra.

Todo ello mostrado de forma aséptica. Sin morbo ni sensualidad. Te muestran lo que hay. El resto es cosa nuestra.

Por cierto, el que escribió la sinopsis que aparece en Filmaffinity ¿de dónde ha sacado lo del padre "obsesionado con mantener su pasado status social"? porque eso no sale por ningún lado. En fin, entiendo que haya que escribir sinopsis rimbombantes, pero ésta un poco más y acaba siendo novela.

Pese a ser un casi incodicional de todo el cine argentino, poco o nada positivo he encontrado en esta película que al menos es breve; una multitud de planos subjetivos que no cuentan nada y que aburren, son intercalados entre las insulsas escenas de una película que no está mal hecha pero que no cuenta nada y cuyo personaje central no invita a la simpatía, no por una mala interpretación, sino por pura insuficiciencia del guión.

Aquellos que estéis tentados de verla contentaos con la sinopsis que encierra (y casi diría que supera) con creces todos los acontecimientos de una película con planos a lo escuela dogma y con un transcurrir lentisimo.