Cronos

Lo más original y convincente que ha hecho Del Toro hasta el momento se adentra en los mundos de la alquimia sobrenatural y el vampirismo para ofrecernos una curiosa fábula adulta sobre el precio de la vida eterna. Hay que destacar el magníficamente aprovechado presupuesto y una dirección entusiasta y original que se sobrepone a los pequeños inconvenientes de una propuesta tan irreal.
Hay detalles de humor grotesco que me gustaron mucho, y le encuentro interesantes similitudes con "La mosca" de Cronenberg y con "El protegido" –el artefacto Cronos podría haber dado lugar a una especie de superhéroe–.

Lo mejor: la fiesta de fin de año y la resurrección posterior.
Lo peor: el convencional villano; Ron Perlman, aunque que esté entre lo peor de la película no quiere decir que sea necesariamente malo.

'Cronos' lo tenía todo para poder haber sido una obra maestra. Un buen director, un buen reparto, un tema muy bien escogido y un buen argumento, pero por desgracia lo que a priori aparentaba ser algo grande, finalmente acaba quedándose en nada. ¿Como puede ser eso?, os preguntaréis, si tenía tanto cómo se puede quedar en tan poco. Pues bien, la película no arranca del todo mal, un monólogo narrado en tercera persona que nos sitúa en los hechos, y nos deja con ganas de saber que va a ocurrir, y ese es el gran problema, que durante 93 eternos minutos, no ocurre absolutamente nada en toda la película, o por lo menos no ocurre nada de lo que se pueda sacar algo provechoso.

La historia está mal llevada, mal contada, con grandes lagunas entre hecho y hecho, sin apenas desarrollo de la acción, tampoco con apenas diálogos, y practicamente nada destacable salvo el curisoso aparatejo, que aunque su uso en la película está desaprovechado resulta lo más interesante de ella, y el reparto protagonista. Es una cinta oscura cómo la que más, que en su punto puede ser algo bueno, pero que en este caso es tan oscuro que a veces hasta impide ver lo que ocurre.

En resumen, 'Cronos' podría haber sido una gran película, pero desgraciadamente, por culpa de una historia muy mal aprovechada y llevada que apenas causa interés en el espectador se queda en una película desaprovechada sin más. Otra del montón.

Para que os hagáis una idea yo llegué a esta película después de haber visto HELLBOY, MIMIC, EL ESPINAZO DEL DIABLO y EL LABERINTO DEL FAUNO, es decir dos de cal (las americanas, dos pastiches típicos), una peli normalita (el espinazo) y una de arena (gran película la hispano mexicana). Ante esta situación , me situé delante de la pantalla con muchas reticencias.
Y después de la hora y media de la peli os insto a que le enviéis una carta a Del Toro pidiéndole que por favor no vuelva a hacer películas en Estados Unidos, ya que está claro que no le sientan bien los corsés impuestos por los grandes estudios, estudios que desde luego no le permitirían nunca hacer films como El laberinto del fauno o esta originalísima CRONOS.
En cuanto a ésta última está claro que no es redonda, recordemos que es un debut, en contra puedo decir que en ocasiones es un poco incoherente ( no entiendo lo del ricachón con un solo criado y que ademas es su sobrino) y le falta calado a algún personaje (la mujer del protagonista).
En su favor: está por encima de la mayoría de las películas fantásticas que se producen en la actualidad, ya que no se ajusta a los trillados clichés del género, consiguiendo en algún momento niveles realmente altos de emotividad, recordando en alguna ocasión a EL LABERINTO DEL FAUNO (con la que guarda mças de un paralelismo).
En conclusión se trata de un film muy original y muy por encima de la media.

Fantástico debut del realizador Guillermo del Toro, donde este se centra sobretodo en la relación personal de sus protagonistas principales, Fernando Gris y Aurora Gris, logrando momentos realmente emotivos y brillantes. Así pues, el director mejicano, nos embarca en esta obra, una historia oscura pero enternecedora, donde trabaja con gran temple todos sus aspectos, desde el meticuloso montaje, hasta la genial banda sonora, dejando que sus personajes confeccionen un entramado realmente fascinante alrededor de cada momento y secuencia que inunda este film, y consigan conmover al espectador.
Cabría destacar también las actuaciones, con Federico Luppi demostrando grandes dotes y un Ron Perlman que consigue embriagar la cinta de carácter, que confieren la intensidad adecuada a cada tramo, obteniendo momentos de lo más sobrecogedores y sorpresivos. Del Toro, además, consigue llevar a cabo un proyecto de lo más completo, sosteniendo al público en auténtica tensión cuando este lo requiere y, dejando escapar la imaginación del respetable en otros momentos, donde la interpretación de uno mismo también es importante.

Ya en su debut el mexicano Guillermo del Toro demostraba pulso y, sobre todo, buenas ideas. La historia de un artefacto metálico que se alimenta cual vampiro y da a su víctima la inmortalidad, a costa de su sangre, no es demasiado original pero al menos está bien llevada, especialmente desde el momento en que no es un raperillo de 16 años el que es afectado por el ítem, sino un anciano con su vida ya solucionada y una pequeña nieta a la que cuidar. Así, la cinta se desarrolla desde el minuto uno sin recurrir demasiado al tópico innecesario.

Peca de ser poco original, pero al menos intenta insuflar un poco de vida al mito vampírico aportado una imaginería que más adelante demostraría sobradamente en la magnífica "El laberinto del fauno" e incluso previamente en "Blade 2" o "Hellboy". Del Toro es un artesano y sabe fabricar sus obras, es capaz de aportar encuadres o planos que dan solidez a las escenas, y es capaz de conseguir que Federico Luppi se convierta en un zombie putrefacto pero que, aún así, resulte tan entrañable o más que en su versión no-muerto. Y es capaz, también, de sacar lo mejor de esa pequeña actriz llamada Tamara Sanath y que, unida a su abuelo, acabará por enfrentarse al malo maloso que quiere el artefacto para curarse de su cáncer y vivir eternamente. E, incluso, del asistente del malo maloso que quiere convertirse en el jefe del cotarro, interpretado sobradamente bien por Ron Perlman.

Y es capaz de, además, entretener al espectador durante hora y media sin hacerle mirar el reloj, de soltarle un bonito mensaje y, por que no, de regalarle un pequeño porcentaje de la magia que ha ido aplicando -mejor o peor- al resto de su filmografía. En definitiva, un debut bastante convincente, aún teniendo fallos que a posteriori solucionaría. El estar rodada en varios idiomas es, además, todo un acierto.