El regalo

Película enmarcada en el subgénero denominado "Home Invasion" muy popular a principio de la década de los 90 que siempre contaba la historia de una pareja asediada por un asesino que se camuflaba bajo la máscara de un atractivo vecino,una encantadora niñera ó una posible nueva amiga a diferencia que esta "The Gift" no resuelve el entuerto a base de finales truculentos y escenas de acción forzadas y inverosímiles sino que remata la trama de manera coherente,verosímil y realista.

Rebeca Hall interpreta de forma correcta a la incrédula y confiada protagonista pero la actriz siempre me ha resultado algo sosa aunque encarna a la tipo de mujer "florero" que cumple y poco más. Los verdaderos roles con peso y interés recaen en un sorprendente Joel Edgerton interpretando a un tipo raro y siniestro de la forma más realista posible y sobretodo en el que al final se revela como el auténtico protagonista de la historia un increíblemente verosímil Jason Bateman interpretando a un personaje que podría ser tu vecino del quinto,un hombre ambicioso y en principio políticamente correcto.

La historia tarda algo en arrancar pero se desarrolla de forma elegante y pausada pero le sobran un par de sustos mediocres insertados a ultima hora para meter algo de ritmo a una historia que no lo necesita porque no es ese tipo de película.

Tras innumerables artículos y críticas que siempre se han quejado de las resoluciones chapuceras,forzadas y violentas del 90% de los thrillers en la actualidad llega "El regalo" una película de intriga de los más convencional y poca sorpresiva pero que se diferencia del resto de las de su género en su autenticidad,realismo,coherencia y final sorpresa con sentido y posible.

Lo mejor : La sencillez y funcionalidad del guión y de toda la propuesta en conjunto.
Lo peor : Algunos sustos metidos con calzador que desentonan con el estilo de la película.

Leyendo las críticas negativas que mentan a que no hay sorpresa me quedo estupefacto. ¿Que no hay sorpresas en la película? Está claro que sabes que algo más turbio de lo inicial hay detrás, pero ni de broma puedes descubrir que llega a ese nivel. Se intuyen diversos detalles (al llegar al final recuerdas más aún) que te hacen pensar sobre la realidad de la pareja, pero ni de broma es algo que veas venir.

Una pareja se muda a una nueva ciudad y, un día cualquiera, se encuentran con un antiguo compañero de clase del joven protagonista. La relación con él empieza siendo algo normal, sin embargo una serie de situaciones llevará este triángulo personal a algo mucho más difícil e inimaginable, llegando a niveles tan altos que hasta el peligro acechará a todos. Una premisa inicial ya sobada en el cine, sin embargo el desarrollo (aun habiéndose visto veces) sorprende, y mucho. Existen muchos giros, cada cual me dejó más sorprendido, y esto es cierto que resulta cargante. Edgerton se basa en la idea de que debe meter giros para crear tensión, cuando no siempre debe ser así, y por ello la duración (1h50min) es su gran problema. Si hubiera recortado 20 minutos hubiera conseguido una ópera prima mucho más redonda.

Aun así todo está bien llevado, el peso del trabajo lo lleva Bateman, siendo además la gran incógnita de la película. Podría decirse que está dividida en dos partes, una primera con mucha tensión pero con todo en el aire, y una segunda donde empiezan a asentarse las bases.

Yo fui uno de los que criticó Regresión por lo poco sorprendente que es dentro del género, amén de que ya conocía el final a la media hora, sin embargo 'The Gift' me ha pillado por sorpresa, no sabía lo que iba a ocurrir. Lógicamente sabías que lo primero que se cuenta no suena bien, pero para nada llegar a imaginarte lo que ocurrió y ocurrirá, como si se vio en la película de Amenábar.

En definitiva, un trabajo muy notable y sorprendente que no se puede perder ningún amante del thriller. Contiene algún que otro sustillo, pero lo primordial es el suspense, del que solamente en unas escenas determinadas desaparece y se convierte en algo vacuo.

Nuestros actos tienen consecuencias. Y si no nos responsabilizamos de los efectos que nuestras palabras, obras u omisiones causan en nuestros semejantes, no nos podemos hacer los desentendidos: no vale con tirar la piedra y esconder la mano, porque todo acaba volviendo sobre nosotros con un letal efecto boomerang. Escudarse en que las palabras son inocentes y se las lleva el viento es una pobre excusa a la que se aferran todos los deslenguados que creen que pueden calumniar, vejar o crucificar al prójimo como si de un pasatiempo cómico se tratase, para hacerse el gallito o para aparentar una seguridad o superioridad ficticias.

Estamos antes una película de misterio quizás convencional pero muy interesante, tanto en su planteamiento como en su desenlace – no exenta de ponzoñosas sorpresas. Siembra el desasosiego en el espectador, temiéndonos siempre lo peor – las reglas del género no perdonan – y cumpliéndose con porfiada cabezonería los negros augurios que se van desvelando con vaporosa elegancia. Rascar bajo la superficie de las personas suele dejar al descubierto lodazales del pasado que quisiéramos enterrar en silencio u olvidar para acallar los atisbos de remordimientos que pudieran surgir. Y el éxito suele tener los pies de barro y por ello hay quien piensa que la mejor defensa es un buen ataque, para desviar la atención y salir indemne de todo contratiempo.

¿Qué esconde nuestro pasado? ¿Qué hay detrás de la impasible fechada que con tanto ahínco nos hemos labrado durante laboriosos años de faena? ¿Cómo expiar una culpa remota cuando no tenemos conciencia del mal que causamos, ni tan siquiera nos queda el tenue rescoldo de un sentimiento de culpa que nunca nos atormentó? Hay regalos envenenados como hay palabras tóxicas. Recibir una atención inmerecida causa estupor y desconcierto y sobre esta premisa se construye este thriller psicológico donde el psicópata es quien parece ser – pero no es el único – y quizás estemos durmiendo con nuestro peor enemigo, sin siquiera sospecharlo. Y lo mejor es que la venganza es tan pérfida como contundente, tan sibilina como inapelable.

Sorprende que un actor como Joel Edgerton haya debutado en la dirección con una obra tan sólida y satisfactoria, reservándose además un papel en apariencia secundario pero del todo turbador. También es suyo el guión, férreamente trabado, donde el creciente desconcierto y amenaza están aviesamente dosificados. No se deja nada al azar y por ello el golpe final encaja a la perfección y deja un mal cuerpo perdurable.

Con una premisa ya muy manoseada en el cine hollywoodense, Joel Edgerton irrumpe con el pie derecho en la dirección con una película, escrita por el mismo, que sorprende y funciona casi siempre y bien.

Una pareja de esposos se mudan de Chicago a California por un nuevo empleo del marido, aún sin terminar de instalarse se toparán con un viejo compañero de escuela de Simon (Jason Bateman) a quien apenas puede recordar.

Una mañana estando sola Robyn (Rebecca Hall), un regalo la sorprende en la puerta de su casa, el cual lo ha dejado Gordon (Edgerton), quien con cada vez más regularidad le hace visitas inoportunas y regalos misteriosos, hasta que una noche en una fallida cena, Simon le pondrá en claro a Gordon que lo suyo está cerca del acoso pidiéndole no verse más, hecho que provocará que ciertos secretos del pasado salgan a flote.

Haciendo uso de cuanto recurso narrativo tiene a la mano para generar tensión y uno que otro susto, pero sin golpes de efecto hay que decirlo, el debut en la dirección de Joel Edgerton es más que promisorio, con un film que genera interés, el cual consigue sostener aun con los diferentes puntos de giro en cuanto a la historia, dosificando las diferentes sorpresas dispersas a lo largo del guion.

Uno de las principales virtudes de ‘The Gift’ son las contundentes actuaciones tanto de Rebecca Hall como del mismo Edgerton, quien compone a un contenido “villano” fuera de los arquetipos que lo alejan de un personaje maniático sino por el contrario, el suyo es uno bien introvertido pero calculador.

El debut del también guionista resulta en un thriller muy efectivo, que presenta su punto menos logrado en un final un tanto aleccionador, pero que consigue atrapar de inicio a fin.

http://tantocine.com/el-regalo-de-joel-edgerton/

65/06(11/04/16) Muy prometedor debut en la dirección de largometraje del hasta ahora actor Joel Edgerton, el australiano además escribe, produce y co-protagoniza este sugestivo thriller psicológico con sabrosas dosis de terror. Una inquietante propuesta que un gradual crescendo dramático consigue atraparte en lo que parece algo atractivo pero convencional, pero a la que sabe darle giros sorpresa estupendos, descolocándote en lo que creías previsible. Film que se enmarca en el subgénero “Home invasión”, sobre como el miedo llega a lo más preciado de unos su hogar, donde tiene lo que más quiere, hogar invadido por alguien que en principio parece ser una persona amable, amigable, un “corderito”, pero que a medida que avanza la historia se torna en villano, pertenecen a este cintas como la hitchcockiana “La sombra de la duda” (1943), “De repente un extraño” (1990) de Schlesinger, “La mano que mece la cuna” (1993) de Curtis Hanson, “Mujer blanca soltera busca...” (1992) de Schroeder, “Harry, un amigo que os quiere” (2000) de Dominik Moll, o la más reciente “The guest” (2014) de adam Wingard.

Un matrimonio, Robyn (Rebecca Hall) y Simon Callum (Jason Bateman), se han trasladado de Chicago a Los Ángeles por un nuevo trabajo de él. Un día de compras se encuentran con un ex compañero de la secundaria de Simon, Gordon “Gordo” Moseley (Joel Edgerton), este comienza a hacer regalos y visitas a los Callum, convirtiéndose en un tipo incómodo que al parecer guarda un secreto.

Edgerton demuestra gran habilidad narrativa construyendo una turbadora fábula moral, con trasfondo de los que te hace pensar, manejando sutilmente la tensión, primero en su sereno arranque, muy ajado, como es la pareja que se muda a una nueva casa, después se perfila con esmero la personalidad de la pareja de casados, dosificándonos la información de modo perverso para hacernos un zasca cuando creemos sabemos lo que ocurre, sorprendiéndonos, y entonces se desata el verdadero tema de la historia, como el pasado nos persigue, como nuestros actos siempre tienen consecuencias, hasta desembocar en su tramo final, de los que te deja inquieto e incomodo.

El director nos pone en el enfoque de Robyn, nuestra información será la de ella, con lo que sus sorpresas serán las nuestras, sus pesadillas serán las nuestras, su zozobra será la nuestra, esto cambiando en el tramo final para situarnos en la piel de Simon, situado en el centro de un perturbador “juego”. Edgerton juega con los recursos inteligentemente, edificando una atmósfera en constante opresión, emitiendo por momentos claustrofobia, desarrollando escenas notables, muy bien llevadas las del trío protagónico, donde el hastío ambiental es diáfano, de trémula intensidad. Sabe escarbar en la psique de los personajes, ahondando en su ambigüedad moral, trasladando al espectador desasosiego e intranquilidad.
Obra que toca temas como el peso del pasado, las relaciones de pareja, la competitividad laboral, la marginación social, las falsas apariencias, los prejuicios, el clasismo, los sentimientos de culpa, la redención, en lo que es también una ácida crítica a la clase media americana, instalada en su falsa seguridad, en su vacua felicidad, y en realidad con mentiras y trampas en su patio trasero.

Es una cinta que usa sus elementos para provocar la curiosidad en el espectador, para hacernos empatizar con este matrimonio, para sensibilizarnos con su aparente felicidad, luego sueltan un elemento perturbador de esta placidez y que aparentemente amenaza su seguridad, la intriga y el peligro se va deslizando suavemente, con picos de intensidad punzante, y siempre con gran elegancia y sin truculencias efectistas, donde el bien y el mal será algo difuso.

Jason Bateman da muy bien con el personaje, alejado de sus papeles cómicos, sabe darle fortaleza, autoconfianza, seguridad en sí mismo, dureza, y ello de modo mesurado, contenido, muy creíble en su ambiguo Simon. Joel Edgerton interpreta con gran eficacia al siniestro “Gordo”, aportándole complejos, fragilidad, y complejidad, estupendo. Rebecca Hall encarna con naturalidad y mucha humanidad a nuestra brújula moral en el film, muestra un arco de desarrollo formidable, exhibiendo una gran gama de sentimientos, desde la felicidad, el desconcierto, la turbación, el terror, el hastío, excelente el manejo de su mirada como espejo de lo que siente.

El film posee una absorbente puesta en escena, erigiéndose esta en motor de de momentos tensos y de inquietud, con un brillante diseño de producción minimalista de Richard Sherman (“Kinsey” o “Crepúsculo”), rodándose íntegramente en Los Ángeles, California (15615 Castlewoods Drive, Sherman Oaks, California, para la casa de los Callum, y en el 5133 Louise Avenue, Encino, para “la casa” de “Gordo”), la casa de los Callum con fachadas de grandes cristales emitiendo el peligro de la continua exposición, y donde el espectador están en constante tensión por lo que pueda aparecer, transmitiendo en su estética inseguridad latente, esto potenciado por la fotografía del barcelonés Eduard Grau (“Un hombre soltero” o “Buried”), filmando con Alexa Arri con Canon lentes de K35, jugando con la iluminación tenue, la semioscuridad por donde se puede colar el “terror”, los reflejos en cristales, notable labor. La música es de Danny Bensi (“Enemy” o “The One i Love”), y Saunder Jurriaans (“Enemy” o “The One I Love”), adaptan bien sus melodías al tono de suspense vibrante de la historia.