El comisario y el mar: Nadie lo ha visto (TV)

Una película pésima en mi opinión. No tiene ritmo en ningún momento, los personajes son planos, la forma de narrar la historia genera sopor en vez de suspense o intriga, los actores están regular, la música es tremendamente pobre y para colmo, hay varias incongruencias en el guión que hace que te quedes cabreado. Tiene algunos detalles de rodaje, pero no logran reducir ni por un momento la sensación de desastre.
En resumen, no aporta nada, ni siquiera entretenimiento. No recomendaría verla bajo ningún concepto.

Un film que podríamos calificar como cine de tarde que podríamos ver perfectamente en la televisión abierta.
Cine policial al estilo americano.
Las actuaciones son convincentes y la película entretiene.
Lo mejor: Su distinción y buena presencia dentro del cine europeo.
Lo peor: Es un film de televisión por lo tanto hay detalles poco cuidados.
Parecida a: Cualquier película o serie policíaca.

Uno de los rasgos más comunes dentro del cine europeo actual, por lo menos el denominado más comercial y que llega al mercado global, es su inminente semejanza con el modelo estadounidense a seguir. Nadie lo ha visto es, desde su estructura, un policial como los que vemos a menudo por la televisión abierta. Y por otro lado se detiene en una puesta en escena definitivamente más cuidada que en los policiales medio pelo que enganchamos un fin de semana. Ya ni siquiera podemos decir que le juega en contra, sino que simplemente lo hunde dentro del anonimato más salvaje.

Paradójicamente, supera al policial medio, con un trato de los planos y de las actuaciones que la hacen más sobria y madura: no se ve muy seguido un primer plano de por lo menos diez segundos con un viejo, un extra casi dentro de la peli, llorando a moco tendido. Ante estos síntomas, uno tiende a subir su puntaje, pero por otro lado cabe plantearse para qué hibridarse tanto, como si el viejo continente no tuviera temas poderosos para contar. A un tema pequeño, con sus cotidianos fallos al estilo familiar del protagonista con problemas con el agua que no vienen al caso (por más analogías con la matríz que se pretendan hacer, el asunto es que chirría por los cuatro costados) se le suma un visionado que oscila entre el entretenimiento de culto, los policiales genéricos no son de consumo masivo, y la contemplación de un "buen hacer" que pierde su batalla con el "hacer para...".

Están saliendo estas criaturas a menudo, yo no puedo menos que preguntarme a donde llevan y si vale la pena el viaje.