Guía ideológica para pervertidos

Sophie Fiennes, hermana de los actores Joseph y Ralph Fiennes, y Slavoj Zizek, filósofo esloveno, vuelven a unir fuerzas tras 'The Pervert's Guide to Cinema' en 'Guía ideológica para pervertidos', uno de los documentales más interesantes de los últimos años. El film ofrece 130 minutos que perfectamente podrían ser una sesión de filosofía y sociología: Zizek cita títulos míticos del séptimo arte y los reinterpreta obedeciendo a la ideología que suscitaron esos fotogramas y que dichas imágenes infunden, casi siempre de forma subrepticia, a todos sus espectadores-consumidores. La película puede resultar un tanto difusa y espesa, pero si se conserva la atención de un alumno aplicado se obtienen unos apuntes modélicos sobre la sociedad occidental, sus evoluciones, sus valores y los mensajes subterráneos que esconden las nunca inocentes ficciones norteamericanas. Zizek ofrece sus lecciones maestras sin filtros y con mucha ironía, situándose en distintos platós que simulan los espacios más emblemáticos de obras como 'Sonrisas y lágrimas', 'Titanic' y 'El caballero oscuro'. Una guía tan didáctica que olvida ser dinámica, tan intelectual que por el camino pierde parte de la diversión y frescura que debería atesorar cualquier revisión cinéfila. Para ciudadanos comprometidos y amantes del cine con más curiosidad que perversión.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities

Documental denso pero más accesible al gran público que el anterior "The Pervert's Guide to Cinema". Zizek, aunque controvertido, es un gran pensador y crítico cultural, como se puede ver en ambos documentales. A través de varias películas más o menos míticos nos explica como funciona la ideología y otros conceptos desde marxistas hasta psicoanalíticos.

Aunque todo el contenido de primeras no se puede entender bien, muestra unas ideas básicas en el pensamiento de Zizek que te auparán para que le sigas la pista a tan grande pensador.

Ante todo, conviene señalar que el popular filósofo esloveno, como buen hegeliano, entiende el cine no como un mero entretenimiento para las masas, sino como una forma (acaso la forma total, en la medida en que engloba todas las anteriores) en que la humanidad se hace presente a sí misma, es decir, como una etapa crucial dentro del desarrollo de la autoconciencia humana.

Ahora bien, a diferencia de lo que ocurre con las manifestaciones superiores del espíritu (tales como el arte, la ciencia o la filosofía), en las que, supuestamente, tiene su culminación el autoconocimiento del Absoluto, el cine no sirve para suministrar a la humanidad un mayor grado de autoconocimiento, sino que ejerce su función en el orden del deseo. ¿Cuál es esta función? No la de darnos algo que desear, como pueda parecer a simple vista, sino la de enseñarnos a desear. Por eso el cine, según nuestro filósofo, es la perversión hecha arte.

Si, en la guía de cine para pervertidos, Zizek ilustraba las lecciones fundamentales del psicoanálisis a través de películas bastante célebres, en esta ocasión, el cine de Hollywood (el lugar donde los sueños se hacen realidad) es interpretado como un instrumento ideológico, como una industria en la que operan de manera implacable los mecanismos sutiles de la ideología.

Sigo en zona spoiler.

Muchas ideas interesantes sobre nuestra sociedad nos explica el filósofo y psicólogo, muchas de ellas bastante especulativas y discutibles. Su interpretación de algunas películas es bastante simbólica, eligiendo alguna de las múltiples interpretaciones posibles de algunos elementos en el cine.
Donde sí es claro y más carente de vaguedades abstractas es en la revisión histórica de algunas ideologías de libro, como en la antigua Unión Soviética o en el movimiento nazi en Alemania. Echo de menos sin embargo un análisis igual de incisivo en el uso manipulador del cine por las ideologías democráticas actuales, y que nos contara cómo se subvencionan cierto tipo de películas en función del nivel propagandístico acorde al sistema. Sería ilustrativo para abrir los ojos a quien ingenuamente cree que el cine es una fábrica de sueños sin segundas intenciones.

Nada tiene de perverso. Como documental es plano y un tanto aburrido. Es en realidad un tratado folosófico en una sola dirección. Pero se deja ver, porque no deja de ser interesante su ejemplificación.

Como filosofía, pues tiene grietas, como confundir satisfacción con felicidad. pero también aporta ideas y puntos de vista interesantes.

Pero tienes que decir que es la leche, porque es un producto a la última y tienes que saber lo que este tipo dice.