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En mi piel

Terror. Drama Esther, una mujer treintañera, comienza a obsesionarse progresivamente con su cuerpo tras sufrir un accidente que la desfigura. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
24 de septiembre de 2009
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Dans ma peau" llega a parecer, durante su corto recorrido para lo densa y compleja que podía haber sido esta propuesta, un anexo inferior (a nivel argumental) y a la altura (a nivel visceral) del mejor Cronenberg. Ese Cronenberg que nos hace palpitar, que inducido por el horror corporal y los vértices de la sociedad, siempre nos ha mantenido pegados a la butaca accediendo a nuestras entrañas como si la dificultad de tal asunto no fuera tal, pero por desgracia, éste no es un film de David Cronenberg, sino de Marina De Van.
Y digo por desgracia, debido a que el debut de la realizadora gala podría haber aspirado a mucho, muchísimo más de lo que deja entrever, no porque esté mal dirigido o no aproveche bien sus bazas, de hecho, por instantes, uno está en la incómoda tesitura de aquel que no sabe exactamente ante qué se halla, y De Van logra comprimir en momentos de excelente cine una atmósfera prácticamente irrespirable, que hace de su cinta un anexo interesante al que acceder para la que, con los años, seguramente se confirmará como la gran realizadora que parece ser.

Partiendo así, de una base de lo más curiosa, la propia De Van guioniza y asume el rol principal en lo que, visto desde la perspectiva de otro director, podría parecer un ataque de egolatría, pero que en "Dans ma peau" no es más que un puñetazo en la mesa y una muestra de valía impresionante, porque señores, a muchos directores les ha gustado chupar cámara durante la historia del cine, pero el acto de la francesa es un acto de valentía, sin más. Pocos afrontarían ese papel con los redaños que lo hace ella y le darían ese cauce que le otorga casi sin inmutarse.

El pero, sin embargo, viene en cuanto la propuesta no sabe decantarse adecuadamente: es decir, cuando el recorrido ha llegado lo suficientemente lejos para tener al espectador contra las cuerdas y darle una imponente lección sin caer en el efectismo más burdo e, incluso, usando recursos interesantes (como la pantalla partida), y uno no sabe si va a tomar una senda más en la línea de los trabajos del canadiense antes citado, o ofrecer otra sobredosis de crudeza en una conclusión que podría haber sido del todo desalentadora, el guión se despacha entre justificaciones y un final poco arriesgado que habría dotado, sin duda, de mayor empaque a la propuesta.
En definitiva, si lo que se pretendía retratar es un proceso de automutilación, se queda a expuertas de ofrecer un tramo final más compacto, si quería ir más allá, sinceramente servidor no ha llegado a tanto y opina que "Dans ma peau" es un ejercicio tan interesante como sólido de alguien que, como dije, promete y mucho.
Grandine
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14 de diciembre de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dans Ma Peau es una película difícil. Creo que no gustará a los amantes del cine gore (porque es muy pausada, con situaciones muy cotidianas y poca "acción gore"), y tampoco gustará al resto, porque la obsesión de Esther (Marina de Van) es la automutilación. Y te lo muestran.
La forma en la cual la directora (la misma Marina de Van) va mostrando como se desarrolla esta compulsión mutiladora y caníbal en Esther, y como lo vive su entorno ("Yo te conozco, pero le parecerá una patología a un desconocido"), me mantuvo interesada hasta el final, que llega un poco de repente.
Personalmente me estaba creyendo todo este enfermizo retrato hasta que llegó la escena de la farmacia. Me pareció tan surrealista que rompió un poco la "magia" de la historia.
Recomendable si te interesa la psicopatología y tienes estómago para soportar lo desagradable.
Gremlin
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20 de junio de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece papel principal de Cronenberg dilatar cuerpos para conformar un relato, pero su interés pasa más por la morfología de ese cuerpo y sus capacidades, utilizando el mismo como máquina —y a la inversa—, que por la concepción íntima y explorativa que han utilizado muchos otros directores a partir de sus estudios. Digna de la palabra escalofrío es la película con la que debutó Marina de Van, una mente que con facilidad se podría catalogar de epidérmica, porque sabe jugar con la superficie, el drama en el que se convierte la vida de Esther, una mujer en sus treinta que poco a poco destapa otra realidad, un tono febril y decadente en el que la autoexploración de su cuerpo es un objetivo principal y aterrador.

Podría subrayar lo de aterrador, durante años me resultó fascinante el resultado de Dans ma peau, su desarrollo chocaba con cualquier situación comprensible y esperada. No soy capaz de soportar el dolor (físico) ajeno, y cuando alguien logra que crea posible ese dolor… simplemente me perturba. Dans ma peau va un poco más allá, porque consigue transmitir el dolor, transmutando nuestras conexiones hasta desdibujar donde comienza su cuerpo y donde termina nuestro cerebro. En cierto modo en sus primeros despuntes somos capaces de sentir la piel de la protagonista, que la misma directora interpreta, dotando de un punto extremo de intimidad que compartir con nosotros. Esta vez no me siento visitante, ni siquiera una observadora, lo que se percibe se asemeja más a un elemento extracorpóreo que participa pese a una evidente objeción, solo quiero dejar de experimentar el dolor que ella no parece recibir.

Por tanto, Dans ma peau irradia el terror físico, a partir de un proceso mental que sacude la normalidad de Esther. Lo sencillo es asociar una psicopatía a un comportamiento anómalo, pero la directora se centra en extrapolar el concepto de convivencia para convertir en una necesidad la soledad del individuo, difumina hasta convertir en humo un sentido social al que asociamos el comportamiento y se recrea en un bucle (dolor, placer, éxtasis y triunfo) que tan hechizados nos deja con su tajante aunque agudo final, cuando ya pesa más el sentimiento que produce que la comprensión de un mensaje concreto.

Lejos de querer justificar un comportamiento, Marina dibuja un entorno donde todos son lobos, sin disfraces posibles. Extrema el concepto de superioridad, ya sea moral o social, de todo aquel que participa y lo utiliza para empujar a la reclusión física y mental a su creación más absoluta, una mujer que poco a poco toma consciencia de sus formas, de cada pedazo que la compone, siendo capaz de disfrutar de sí misma a un nivel plenamente físico, donde surge en realidad una repulsión socavada, pero que resulta inédita y única, primordial para ella. Obviando cualquier recurso extremista del más puro gore consigue agriar su visualización con detalles que evidencian la realidad de una persona mutilándose, sin regodearse en la sangre sin un sentido claro. Algo que, por su puesto, duele. Marina de Van no se priva de realizar sus propios homenajes y una de sus escenas más desquiciadas parece un comprometido guiño a Sisters (Hermanas) de Brian de Palma, con una pantalla partida que asume el rol de convertir en arte una situación extraña, una que solo podría suceder a puerta cerrada.

El físico de Marina de Van parece determinante en el tono que adquiere la película. Un rostro peculiar que se acompaña de una mirada intimidante y transparente, y una ausencia necesaria de pudor a la hora de mostrar cada rincón de su anatomía forman unos claros rasgos que combinan perfectamente con la extrema personalidad de Esther. Algo indispensable cuando sobre ese físico se incrusta el elemento cortante como herramienta para sentir hasta desfallecer, cuando masticar la propia piel debe asemejarse a lo real.

Solo un último apunte. Será realmente una buscada intención la de elegir a Laurent Lucas como parte de Crudo (Grave) tras la repulsa sintomática que siente en Dans ma peau. Lo pregunto. O no.

Crítica para www.cinemaldito.com
@CineMaldito
mnemea
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29 de julio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dans Ma Peau es, sencillamente, muy perturbadora. Estamos ante el debut en la dirección de Marina de Van, que también tiene el papel principal, y que venía por aquel entonces de hacer numerosos cortometrajes. Su carrera siempre ha estado vinculada al terror, con películas como Dark Touch, o Ne te retourne pas, pero esta que nos ocupa, de verdad que es algo muy especial que os recomiendo que veáis.

Esther (Marina de Van) parece tenerlo todo para ser feliz: un novio que la quiere, una buena amiga, un trabajo en el que se la valora. Pero una noche, sufre una caída que le destroza media pierna y Esther empieza a sentir fascinación por la laceración en su carne …

Dans Ma Peau es un descenso a la locura, o a la extraña afición de destrozarte la piel y el cuerpo, que viene a ser lo mismo. Con poquísimos elementos y sospecho que poquísimo presupuesto, Marina de Van cuenta esta historia de body-horror con un acierto casi absoluto. Hay tanta crudeza y tan poco adorno (mucho de lo que se autoinflige está rodado fuera de campo), que nos parece estar pegados a Esther en su viaje demencial.

Si bien en los apartados más técnicos el film tiene un aire amateur, la parte de cómo se narra y se expone este proceso destructivo es un diez. En este caso, la fotografía a cargo de Pierre Barougier, padece a veces de cierta oscuridad y de una textura un poco “vídeo”. Pero a nivel de decisiones narrativas, como exponer sin florituras lo que le está pasando a la protagonista, Marina de Van acierta en casi todo.

Diría que peca de un final abrupto. Podríamos decir también que le falta desarrollo, es decir, nunca llegamos a comprender por qué a Esther le pasa lo que le pasa, o porque se obsesiona con ciertas cosas durante su destructivo proceso (fotos, cuero) pero esta parte no me resulta un obstáculo para que la película sea fascinante. El no saber puede convertirla en más inquietante.

Todo lo que hemos visto ¿será el despertar de una enfermedad mental muy seria? ¿Es daño autoinfligido porque Esther se siente vacía? No lo sabemos con certeza, pero no importa. Su descenso a la locura está tan bien hecho, con tan pocos elementos, es tan desasosegante lo que nos muestra, sin suavizante, sin música muchas veces... en fin, locura y desquicie en estado puro.

Dans Ma Peau, que sin duda bebe de Crash de Cronenberg, se la considera una de las precursoras del horror extremo francés. A ella la seguirían obras tan importantes como Alta Tensión de Alexandre Aja, Al Interior de Bustillo y Maury, Martyrs de Pascal Laugier y tantas otras.

Esta película se alzó con el premio a mejor película en Fantasia 2003 por encima de Cabin Fever de Eli Roth, me parece todo un logro, y muy merecido.

https://www.terrorweekend.com/2022/07/dans-ma-peau-review.html
TerrorWeekend
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