Juegos viriles (C)

142/32(24/04/11) Surrealista cortometraje del genial Jan Svankmajer, un genial artesano del stop-motion que en este caso juega con diferentes de animación en este estilo, salen personas reales, mezcladas con siluetas recortadas a modo de colage y por supuesto no podían faltar sus juguetes favoritos la plastilina y la comida. Con estos elementos el travieso realizador checo nos ofrece un trabajo frenético, son 17 minutos trepidantes, en los que un tipo se sienta tranquilamente delante de su televisor a ver un partido de futbol, se prepara con cerveza y el partido empieza y la locura más kafkiana se desata, la imaginería visual no tiene freno, donde la violencia tanto de los futbolistas como del público es notoria, donde lo importante parece ser destrozar al rival, incluso los espectadores vitorean a ataúdes circulando por el campo como si jugadores fueran. Yo lo entiendo como una crítica al opio del pueblo, como el deporte Rey, el Futbol, y todos los elementos perniciosos que esto conlleva, como es un violento forofismo que raya con el belicismo. Me ha entretenido bastante su delirio visual que como en el director es habitual bebe del feísmo, le repele la belleza límpida, y como siempre su mensaje final es bastante sombrío, no tiene una visión positiva del mundo. Como defecto, pues no es redondo,entiendo que en su desparrame se le va la pinza, se pasa de rosca, por momentos resulta redundante y repetitivo, y esto en un corto es negativo. Atisbo influencias buñuelianas en este trabajo, así como bastantes paralelismos hay con trabajos de los Monty Python, pero no sé quién ha influido a quien. Recomendable a los que gusten de cortos delirantes con mensaje. Fuerza y honor!!!

Corto de múltiples interpretaciones y de alma surrealista dirigido por Svankmajer que muestra mucho de su cine en pocos minutos. La mayoría de las marcas personales del director son apreciables aunque quizá en una dosis de esplendor mucho menor. Podemos volver a ver la fijación por la comida y el uso y abuso del stop-motion, así como inertes objetes que cobran vida en un ambiente de comedia negra.

Muzné hry no es tan profunda como la mayoría de sus trabajos. Por encima de su mensaje que deja entrever una preocupación por el ser humano como bien de consumo y un lavado de cerebro de manera que lo moral choca con lo legal, no hay nada que destaque. El principal problema es que aunque el mensaje en sí es bueno, se ha visto demasiado en casi todos los medios habidos y por haber, y cae un poco en saco roto por repetitivo.

Ramplona producción que combina imágenes reales con otras de elaboración personal para conformar un batiburrillo poco coherente incluso para presentarlo con pretensión surrealista.

El cortometraje resulta simple por su planteamiento y nada brillante por su desarrollo de manera que su principal virtud es la de su brevedad.