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El árbol de los sueños

Drama La historia transcurre en una aldea transcaucasiana en los primeros tramos del siglo XX. Es una aldea rural detenida en el tiempo, sometida a un sistema de costumbres tan cruel como primitivo, en el que se paga un alto precio por defender el amor o el derecho a soñar. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
21 de febrero de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película“El árbol de los sueños” forma parte de la trilogía más conocida del director Tegiz Abuladze. Basada en unos cuentos del escritor Gueorgi Leonidze, configura una espléndida historia épica llena de imágenes de la vida de un pueblo de montaña. Los primeros planos sorprenden por la fotografía exquisita y su poesía: ¡Tetra! ¿Qué tienes? Soy yo, Guedio, y el caballo llora ante su presencia. Cuando el tío Tsitskore saca su puñal diciendo que no hay que dejar que sufra más, se hace un fundido en rojo con las amapolas evitando el sufrimiento. Hasta los caballos fallecen en la pendiente, donde crece una hierba mala por los combates que allí se produjeron. Sacerdotes corruptos, patriotas, idealistas, locos, son claves difíciles de entender si no se conoce la historia de Georgia, mezcladas con el trágico amor entre la joven Marita y Guedio, y la presencia de Pupala, enamorada de un extranjero invisible que combate con tono de humor el patriarcado que domina la vida de las mujeres locales siempre juntas y de negro debajo de los árboles. Marita se ve obligada a montar un burro (sentada hacia atrás) que la llevará a la muerte en un acto de venganza popular y de destrucción de la belleza, por negarse a aceptar la boda de conveniencia, mostrándose sutilmente la violencia del pueblo, con un simbolismo parecido al que vimos en “La lengua de las mariposas” de Cuerda
Paisajes de montaña, amapolas, flores, valles, es como si viéramos una Pintura de Pieter Brueghel. Estoy dispuesto a ser el primero en el combate por la libertad, ¡ayudarme a encontrar el árbol mágico! Una excelente película.
félix alonso
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26 de mayo de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegue a esta película a través de una pagina de cine independiente donde se recomiendan verdaderas reliquias. Y cuando la acabe me di cuenta de que en realidad no es una película. Es un regalo, un regalo que en ese mismo momento se convirtió en una de mis películas favoritas.
Me parece increíble que una película de 1976 de la URSS tenga tantas similitudes con la sociedad actual. Y aunque la historia que nos cuenta Tengiz Abuladze es la historia de una aldea remota y arcaica, donde las tradiciones están por encima de la razón, tiene mucho que ver con el mundo en el que vivimos. Siempre recordare la preciosa poesía que se esconde tras sus escenas iniciales y como narran a modo profético lo que va a acontecer. Tampoco podre olvidar a los personajes tan peculiares y auténticos que nos muestran. Toda una declaración de intenciones. El ''loco'' de la aldea, que sueña constantemente con el progreso y es seguido por un ejercito de niños que buscan ese cambio que no llega. El padre delirante que tiene como único objetivo en la vida buscar un árbol mítico donde esta escondido un tesoro y no cesa en su empeño, aunque esto signifique dejar descuidadas a sus hijas. Los dos sacerdotes corruptos que muestran el carácter anticlerical de la película; donde importa mas obrar un falso milagro que ayudar al que lo necesita.
Pupala, la eterna enamorada de un misterioso extranjero que desapareció de pronto sin dejar rastro. Y todas esas mujeres vestidas de negro( símbolo innato del patriarcado) que la señalan, la acusan y se mofan de ella sin parar. Convirtiendo su historia de amor de ensueño en una parodia. Porque cuando una mujer a esa edad continua soltera y parece no querer ''arreglar'' su vida ,definitivamente no tiene sitio dentro de ese sistema.
Como decía, lo que pasa al otro lado de la pantalla aunque este bañado de cierto surrealismo y de escenas oníricas no me resulta tan extraño ni tan lejano.
Y en mitad de esto, la historia de amor de Guido y Marita.
Raíces de ese árbol de los sueños donde la libertad individual se sacrifica por pertenecer a un sistema cruel que no respeta la capacidad de ser uno mismo en un mundo hostil y violento. Un mundo que no conoce la verdadera belleza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Nadja
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10 de abril de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable sorpresa la que me he llevado con esta gran película. Es una cinta única, con una mezcla extraña y fascinante de neorrealismo, surrealismo y comedia que te deja con la sensación de haber degustado una de esas obras de arte prácticamente desconocida para el gran público, pero que dignifica aún más, si cabe, este medio de expresión artístico tan maravilloso que es el cine.

La obra de Abuladze es singular y única, ya que nos permite ser testigos de la vida de un pueblo anclado en el tiempo. Es un pueblo de montaña transcaucasiano en el que parece que no haya pasado el tiempo, y en el que se mantienen viejas y férreas costumbres que nos muestran la cara y la cruz del ser humano. La vida en el pueblo depende absolutamente de la naturaleza; de la tierra, de los animales, del clima y de los cultivos. No existen instituciones tales como la escuela, cárceles o servicios sociales y todo se resuelve según la justicia y las costumbres del lugar. Esto hace que se produzcan situaciones especialmente humillantes para las personas del pueblo que muestran o expresan actitudes diferentes, tal es el caso de la malograda Pupala, del amor real y verdadero de Marita y Guedio o del memorable personaje revolucionario que arrastra consigo a niños y niñas.
En el pueblo confluyen personajes antológicos, como el ya mencionado, revolucionario, que va predicando sus ansias de liberación y de progreso, el patriota, los curas, la mujer que se aleja del modelo de mujer y que no duda en coquetear y mostrar sus encantos sin importarle las críticas, el tío Tkitskore, una especie de cacique que gobierna el lugar y que es perfecto símbolo del yugo que ejercen esas costumbres ancestrales...

Es absolutamente cautivador como cada personaje representa su papel en el pueblo, mostrando las luces y las sombras de un sistema de vida caduco, pero del que haríamos bien en aprender algunas cosas para superar nuestros sistemas capitalistas, individualistas y megaconsumistas.

Por otro lado nos muestra una historia de amor pasional y tierna entre dos seres puros y angelicales que se ven sometidos a la tiranía de la ruindad de un sistema de valores cruel y desesperanzado. Es un amor condenado al fracaso en un pueblo en el que prima la imagen y el capital económico. Es un amor condenado al olvido en un pueblo en el que si te sales levemente del rol que te ha tocado representar como mujer/hombre pagas un altísimo precio y es un amor que por mucho empeño que se ponga en erradicarlo, seguirá vigente y resplandeciente cada segundo de la existencia, aún después de la muerte.

Advierto también, en contraposición a lo que he expuesto anteriormente una enorme alegría de vivir, especialmente en los niños y niñas del pueblo, aspecto este que se muestra de una manera magistral con primeros planos de los niños y siguiendo también sus andanzas y desventuras, de manera que ellos y ellas adquieren cierto protagonismo. De hecho me encanta que en esta película el protagonismo recaiga en la comunidad y no en ningún individuo en particular. Es una forma de hacer cine muy alejada de la industria Hollywodiense.

Me gustaría también, como siempre, detenerme en los aspectos técnicos. La forma de filmar y narrar la historia es marcadamente naturalista. Es como si la cámara fuese una observadora más, una confidente y testigo de las andanzas y vivencias de cada uno de los personajes del pueblo. Aunque pueda parecer que ese naturalismo le hace perder su carga poética, nada más lejos de la realidad. Tanto el comienzo, como los últimos diez minutos se convierten en pasajes de un arrebatador lirismo.

En definitiva nos encontramos ante una película dotada de un realismo poético y de un naturalismo lírico que la hace diferente e indispensable. Verla es una experiencia única, que nos hace más humanos, más conscientes y un poquito más felices.

Enorme.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Raul
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15 de junio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bellísimo cuento ambientado en algún lugar remoto de Georgia (una de las repúblicas socialistas soviéticas, pertenecientes en ese entonces a la U.R.S.S.) y también en un tiempo indefinido. Si bien se nos presentan diferentes historias de vida con personajes tan distintos entre sí, estos tiene algo en común, que es la carencia de autonomía e intimidad, todos son observados, vigilados y juzgados por los actos que cometen. Es así como ocurre la historia principal, la que nos relata la triste vida de una hermosa muchacha que debe renunciar al amor verdadero para ser obligada a casarse con alguien que no conoce ni ama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
maufs66
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