Las viudas

Una película dotada de un encanto muy particular con tres historias protagonizadas por tres viudas muy diferentes. "Luna de miel" que es la primera está dirigida por el genial Pedro Lazaga y cuenta con el atractivo de una estupenda Irán Eory que juega con su recién estrenado marido como si fuera un juguete y que inconscientemente acabará destruyéndolo. Tiene agradables ilustraciones musicales. El segundo episodio "El aniversario" es de corte dramático y aunque empieza de una manera distendida se volverá amargo. Alberto Closas, Julia Gutiérrez Caba y Aida Power consiguen unas perfectas creaciones. Insólitamente está dirigido por Julio Coll, otro buen cineasta. El tercero lo dirige el autor de una joya como es "Accidente 703", José María Forqué. Se titula "El retrato de Regino" y ofrece una gran oportunidad de lucimiento a López Vázquez que el genial actor aprovecha del todo. Los deliciosos acompañamientos musicales del inolvidable Augusto Algueró son destacables. También destaca la canción de los créditos que interpreta Monna Bell por su inspirada letra. Sin ninguna duda representa uno de los grandes logros de Pedro Masó como productor.

Obviemos los dos primeros cortos, y centrémonos en "El retrato de Regino".

Si señor. Tiene una de las escenas más míticas de José Luis Lopez Vázquez - de las más buscadas y vistas en youtube, por mucho que se empeñen en borrar el vídeo -. Solo por esa escena, merece la pena ver el corto. La pena es que en youtube de tanto copiar y pegar el vídeo ya no saben de qué película es.

Es una escena de apenas dos o tres minutos donde te descojonas si o si. Si no te ríes, ve al médico, por favor. Cuando aparece Rafaela Aparicio, ya es la pera.

La escena - y el corto - tiene casi 50 años - que se dice rápido - y es de una frescura que ya la quisieran ahora. No se puede explicar, simplemente hay que verla.

Siempre lo diré: José Luis López Vázquez es un genio y pervivirá en la historia del cine cuando todos ya no estemos aquí.

Rosalía no me huyas...

Película de "episodios" muy desigual, mientras el primero es poco más que un "chiste verde" muy pasado de moda y el segundo solo tiene interés sociológico (con ese marido infiel que la juega por tener una aventurilla en ... La Pinilla), el tercero... el tercero es una obra de arte.

"El retrato de Regino" es una historia llena de humor negro, crítica social, actuaciones memorables y un hallazgo (¿original?) en el que el protagonista, el siempre magnífico José Luis López Vázquez, actúa, sobre todo, desde un cuadro.

De verdad, una auténtica joya desde ese comienzo en el que - al no llegar una corona a tiempo para un entierro - una invitada al velatorio se lleva el lazo a su casa "para que juegue el niño", hasta el final con una venganza gloriosa, pasando por una recua de pretendientes totalmente vergonzosos, que interpretan con su habitual solvencia gente como Antonio Ferrandis o Alfredo Landa..

La nota es la media entre las tres, pero este episodio merece un 10 y demuestra, una vez más, que José Mª Forqué era un director capaz de lo mejor.

Se trata de tres historias independientes entre sí tituladas “Luna de miel” (P. Lazaga), “El aniversario” (J. Coll) y “El retrato de Regino” (J.M. Forqué) que bien podían titularse “El encanto de lo previsible”, “La sorpresa de lo inesperado” y “El lado menos oscuro del cine negro”.

Su nexo común es la facilidad para tomar apuntes del natural y traspasarlos al celuloide con precisión, contar lo que se desea con sencillez, saber crear atmósfera -cada cual en el ámbito de su propia narración- y ser capaces de hacer vivir la historia en cada escena.

La fluidez, la falta de artificio y la naturalidad son los mejores aliados cuando el propósito está claro y la idea bordea la brillantez.

Un desfile de grandes nombres de la cinematografía española se unen aquí para protagonizar esta película de tres episodios a cargo también de tres grandes directores de la industria patria.
El primero corre a cargo de Pedro Lazaga, humorístico y desenfadado, sirve bien para ir haciendo boca. El segundo, con Julio Coll al frente de él, adquiere un tono algo más amargo y realista y el tercero con José María Forqué, es el más irónico y mordaz, convirtiéndose, sin duda, en el mejor de los tres. José Luis López Vázquez, involuntario testigo post mortem a través de su retrato, se verá obligado a ver cómo su mujer ajusta las cuentas con él después de su fallecimiento, en justo pago por el mezquino trato que le había dispensado.
Este episodio sirve muy bien para ver el gran actor que era José Luis ya que contiene una escena verdaderamente fantástica y la idea de obligar a ser testigo al retrato es brillante pero, aun así, no me parece que le sacan el jugo que podrían o debieran y, por lo demás, tampoco es que la cinta merezca mucho la pena, (lo siento, es mi opinión).
Ráfagas de brillantez y muchas mesetas la convierten en una cinta irregular. No es lo mejor de estos grandes.