La pesadilla (Historias para no dormir) (TV)

Partiendo de la novela de Drácula, Ibáñez Serrador nos sumerge, en muy pocos escenarios y con muy pocos recursos, en una aldea rusa del siglo XIX en donde se suceden unas misteriosas muertes. El director y guionista sabe crear tensión mediante sus formidables guiones, palabras creíbles que nos transportan a los cerebros de los protagonistas, consiguiendo que el espectador haga uso de su empatía y, de esta manera, pueda sentir lo mismo que ellos. Incluido el miedo.

Un magnífico elenco para que N. Ibáñez Serrador dirija una historia teñida de terror del bueno, una auténtica historia para no dormir.
Hermosa y sensual, G. Cuervo -pérfida también- interpreta su papel de manera sobresaliente y, a gran altura, el apuesto F. Guillén y un T. Blanco cuya presencia inspira respeto.
El juego de las pausas en las que una música inquietante y una cámara que se desliza con parsimonia resaltan la intensidad del argumento.

Carga dramática, sentimientos encontrados y superstición encuentran un campo abonado en una remota aldea de los Cárpatos orientales a mediados de 1880.

Primera entrega de una temporada de Historias para no dormir, que no acabó por ser santo de mi devoción. Un ritmo demasiado plomizo, que si bien consigue transformarse en buena ambientación y tensión tiene una resolución demasiado predecible.

Buenas actuaciones en general, salvo de los secundarios que no acaban de entrar tanto en pantalla. La pesadilla parece más un ejercicio teatral con tintes cinematográficos en su iluminación que una verdadera película, lo cual es más un piropo que una queja, pero que también advierte de su presentación.

Drama de terror psicológico en una pequeña aldea rusa mezclada con una historia vampiresa.

No me van mucho estos asuntos pero he de reconocer que Chicho sabe manejar los tiempos para que la inquietud por saber quién es el asesino de todas esas jóvenes se mantenga hasta el final.

La interpretación de un joven Fernando Guillén junto con la hermosa Gemma Cuervo es lo que más destaca de este episodio junto con un final ciertamente inesperado. O quizás no. Bueno, es Chicho, y todo puede pasar. Un 6.