La última fortaleza

Película americana que tiene como argumento la debacle de un prestigioso General debido a una corte marcial y su llegada a una prisión militar.
Es interesante, pero tiene grandes defectos argumentales: los presos son más buenos que el pan, es verdad que se desarrolla en una prisión militar pero la naturaleza humana ante situaciones en las que enfrenta a un individuo a la privación de libertad transfoma a una persona, pudiéndo sacar sus peores vicios y defectos. La relación del personaje de Redford con su hija está de más en el film y alarga una película que con 20 minutos menos sería mucho mejor.
La actuación de Gandolfini es aceptable, Redford está años luz de papeles que encunbraron su carrera.
Dr.Juventus

Olvidable drama carcelario en el que Robert Redford interpreta a un general degradado y encerrado en una prisión militar, acusado de desobedecer una orden de fatales consecuencias donde fallecen ocho personas a su cargo. Allí, en la prisión, se convierte en el punto de mira del alcaide, un coronel con un carácter violento y dictatorial.

Robert Redford actúa a placer, dentro de un personaje diseñado para su lucimiento personal. Sus patrióticos discursos, se escuchan por todo el patio de la cárcel como si de propaganda electoral de tratasen. Y es que, no se puede entrar en una prisión, y a los 2 ó 3 días, tener a todos los reos sin excepción comiéndo de tu mano por mucho general que hayas sido antes. El auténtico y único problema de la cinta recae en la absurda actitud de los personajes, movidos como marionetas por Redford: del negro matón que se convierte en lameculos o del predilecto tartamudo que pasa del casi autismo a ser el mártir de la prisión.

La cinta se volvía muy pastosa, con diálogos interminables, con un alcaide seboso aparentemente malévolo pero al que le toreaba hasta el más tonto de la cárcel y -repito- actitudes bastante absurdas pero al fin vino la tan ansiada acción, que para eso está calificada dentro de dicho género... En el último tramo el espectador ya puede ver las primeras explosiones, oir los primeros casquillos de bala cayéndose, presenciar el uso de metralletas en helicópteros de guerra, etc. todo ello envuelto dentro de un motín espectacular aunque sí que es verdad que nada creíble.

La película remonta el vuelo gracias a la acción de la parte final, la manera en la que concluye, con un Robert Redford coronándose con su patriótica y convincente interpretacón y esa sonrisilla que se te queda con el último fotograma. Qué menos que un aprobado.

De “Brubaker” a “La última fortaleza” no sólo han pasado veinte años sino una lluvia de arrugas para Robert Redford y un desorden general por lo que se entiende por drama carcelario.
Con sólo mirar atrás aparecen títulos y títulos: “La evasión”, “Sin remisión”, “Un condenado a muerte se ha escapado”, “Fuerza bruta”, “Cadena perpetua”, “Fuga de Alcatraz”, “El expreso de medianoche”…. Mirar ahora mismo al género supone la cadena perpetua o la cámara de gas. Vilipendiado por la acción estereotipada, las crónicas televisivas de dos musculosos muertos vivientes o nefastos encuentros con el boxeo.

David Scarpa ha pretendido enfatizar y afrontar el drama carcelario apostando por una película bélica sobre el liderazgo, pero acaba siendo una lucha de egos. El problema es que la producción de la Dreamworks va encaminada al espectáculo más directo aunque menos consecuente por su duración. El duelo Redford/Gandolfini hace aguas por todos lados.

Una cosa es que a Rod Lurie le gusten los temas políticos y otra es que un hipotético cruce entre “El puente sobre el río Kwai” y “La gran evasión” sea tan miserablemente alargado, inútil, propagandísticamente hablando, y tramposo hasta la saciedad y la nausea.

Pequeña tontería carcelaria en la que el siempre comprometido con temas de la política Rod Lurie (la interesante "Candidata al poder", la decepcionante serie "Sra. Presidenta") acaba realizando una bochornosa película a mayor gloria de un Robert Redford que hace poco creible un papel que en ningún momento interesa al espectador.

Así supuestamente la película es un duelo interpretativo entre un Redford decepcionante y un James Gandolfini bastante flojo y que no encuentra en el cine un papel en el que pueda demostar su talento como lo hace en "Los soprano". El papel del guardia que lleva la cárcel, admirador de los libros y del personaje de Redford al que acaba tratando de mala manera porque no acepta sus ordenes está pasadísimo y en la última escena (que lo único que diré es que es con una bandera américana) hace el ridículo. Ni Mark Ruffalo ni Delroy Lindo ni ninguno de los secundarios hacen nada por mejorar la película.

Patriótica hasta límites desesperantes y con escenas ridículas (esa del helicóptero o las de retrasado que es castigado por saludar). Quizá la única que merezca la pena es la del castigo a Redford llevando piedras y se acaba haciendo pesada por que ya sabemos que Redford aunque tuviera 90 años y no se pudiera mover, lo acabaría haciendo porque es el rey. En fin una pequeña estupidez que acaba irritando y aburriendo al ver a dos actores principales a los que admiro haciendo el ridículo. Siempre podré disfrutar del Redford de "El golpe" y del Gandolfini de "Los soprano". Desde luego de "La última fortaleza" no hay absolutamente nada interesante.

¿Qué pasa, que una peli con las clásicas "americanadas" no puede ser buena? ¿No puede ser realmente entretenida? Pues en mi humilde opinión diré que sí, ya lo creo que puede. He aquí el ejemplo.

El film es muy ameno de principio a fin, con escenas de acción perfectamente llevadas y sin tiempo para el aburrimiento del espectador. Cierto es que Robert Redford ya no es un chaval, pero sabe llevar de una manera muy digna su personaje, incluso me atrevería a decir que lo hace notablemente. Por otro lado, encontramos a James Gandolfini, que aunque no hace el papel de su vida, se cree su personaje y lo lleva bastante bien, lo hace creíble. Para mi, un punto fuerte de la cinta es la banda sonora que, pese a ser muy sencilla y constar de apenas dos o tres melodías diferentes, acompaña perfectamente a la película, ensalzando los momentos cumbres de un modo muy efectivo.

¿Qué elementos típicamente americanos "no pueden faltar" en esta peli"? Pues la bandera estrellada de los Estados Unidos, que la encontraremos hasta en la sopa. Da la sensación de que nos gobierne a todos mientras ondea, como si del famoso anillo de Frodo se tratase. Igualmente, se aprecia la idea de grandeza del ejército y del patriotismo militar estadounidense que, evidentemente, está ensalzado por un director de la misma denominación de orígen.

Aún con lo anterior, la película es puro espectáculo acompañado de grandes dosis de acción. Imprescindible para todos aquellos a los que les gusten las cintas carcelarias.