Amor y amistad

Adaptación de la novela poco conocida de Jane Austen "Lady Susan" de corte muy similar a "sense and sensibility" retratando las modas y costumbres de la parasitaria aristocracia inglesa del siglo XIX y su moral laxa, sólo preocupados por un matrimonio de conveniencia que permita mantener el nivel de vida.
Susan acaba de quedarse viuda a sus treinta y pocos años, y con todo el cinismo del mundo intenta pescar un nuevo marido y a la vez casar a su conflictiva e idealista hija, Frederica, a la que han expulsado del colegio, con un hombre mucho mayor y al que ella considera tonto.
Ese es el punto de partida para una película bien interpretada y muy elegante en su diseño de producción. Kate Beckinsale está fabulosa, demostrando que sirve para mucho más que para matar vampiros.

La única pega es que dura poco y en sus inicios agolpa la presentación de los personajes, demasiados en pocos minutos, y aunque intenta arreglarlo con un pie de texto cuando aparece por primera vez cada personaje, explicando quien es y los lazos de parentesco con el resto de personajes, uno tarda en centrarse en quien es quien.

Yo la recomiendo. hay un momento que Lady Susan le hace una confidencia a su amiga, que refleja perfectamente el espíritu de la película. " Se equivocó al elegir marido, demasiado viejo para dejarse gobernar pero demasiado joven para morir pronto"

Deliciosa y cínica pieza de cámara que te vende o da hiel en forma de miel.
Al principio desconcierta tanta cara y tanto nombre, después intriga, divierte y cansa tanta chanza y tanta charla, finalmente alegra, nos encanta que los planes salgan la mar de bien.
Retrato de una arpía con todas las letras. Abismal, infalible, precisa como una cuchilla, sagaz como un hurón, feliz como una leona. Nada se le escapa ni perdona, es un pozo de ambición sin fondo. Estratega, lianta, retorcida y manipuladora. Brillante e implacable. Muy conspiradora.
Clase alta, final del siglo dieciocho y el posible o seguro casamiento como zona minada, de mucha y variada guerra; transacción y trapicheo. El dinero como fin y el placer como sentido.
Diálogos acerados, buenas interpretaciones y sabia utilización de la música. Quizás se nota en demasía su origen epistolar y por momentos se atasca con tanta explicación; también es cierto que la frivolidad o superficialidad aparentes pueden llegar a confundir e irritar, pero es un sano y brillante ejercicio de crueldad irónica, una reflexión torcida sobre las relaciones humanas en su profunda estupidez y falta de escrúpulos por parte de los participantes/contrincantes.
Aquí los hombres quedan por los suelos y son ellas las directoras del teatro de marionetas. Ganan por goleada en cuanto a carácter, inteligencia y malas intenciones. Ellos son apenas risibles peleles manejados como títeres; seres vanidosos y débiles que bailan, sin darse cuenta los pobres y miserables, al son que ellas marcan. Muy especialmente la reina madre de esta función, Lady Susan en todo lo alto; insuperable como habilidosa y pérfida intrigante.
Bien. Simpática, afilada y maliciosa. Correcta y modesta. Vale.

Como desconocedor de Jane Austen y Whit Stillman por igual, me confieso.
Siempre he pensado que el desconocimiento no debería ser nunca el problema a la hora de apreciar una pieza literaria, cinematográfica, musical, y es por eso por lo que rechazo el "solo para iniciados en tal director" o "únicamente apto para tal tipo de espectador". El conocimiento previo de "cómo un director se mueve" o "lo que se puede esperar de una historia" solo debería ser añadido, nunca cosa esencial en la construcción, para evitar convertir algo en una broma privada no apta para los recién iniciados.

Recalco esto porque 'Amor y Amistad' goza en todos lados del mismo tipo de crítica: "gran adaptación del libro de Jane Austen y muy personal relectura de Whit Stillman", dando a entender que es lo mejor de esos dos creadores, que por inercia han convertido el material en algo magistral.
Bien, no es el caso.
'Amor y Amistad' es un majestuosamente localizado, bellamente vestido y excepcionalmente ambientado... pedazo de rancio que aporta mucho menos de lo que parece, y cuyos personajes "hablan" mucho más que "cuentan".
Un libro no es una película, y Stillman ha despreciado alegremente esa afirmación para construir un monumental ladrillo cuajado de conversaciones amorfas, interminables y polvorientas en su ironía.

¿Entretiene o interesa?
Discutible para cada uno, pero es doloroso ver como la historia recorre cada mísero lugar común que puede, sin preocuparse de aportar nada más (tampoco añadiendo particular emoción a nada).
¿Mujeres subyugadas al marido? Check.
¿Hombres víctimas de maquinaciones femeninas? Check.
¿Intrigas de salón forzadísimas con la intensidad de un pedo al viento? Check.
¿Charletas frente al té con jocosísimas revelaciones que sólo saltarían las enaguas a tu abuela? Check.
Nada que justifique la adaptación, o que la haga relevante, más allá de problemas sociales que hemos podido ver una y mil veces mejor en otros lados.

Lady Susan tiene por objetivo casarse con buen hombre y dejar a la niña colocada de paso, y sí, Kate Beckinsale le da un aire casi perverso a su personaje, de única persona verdaderamente despierta en una época de zombies de talco en trajes caros, pero queda al servicio de la nada, vendida en parlamentos aburrídisimos que quizá fascinen en lectura, pero no resisten una visualización tan especialmente rancia.
Que llegado a un punto, uno desconecta y empieza a jugar a reconocer las habitaciones en las que ya han rodado, por amor del cielo, así de interés está la cosa.

Y de repente, llega el final, propio de una sitcom trasnochada, sin la mitad de ingenio y sorpresa que cree tener.
Y es entonces cuando, con cierta pena, me doy cuenta de que todo lo que haga tal o cual autor no tiene por qué ser algo memorable.

A veces solo querían entretener, y escribir un buen culebrón.
A veces, incluso podría jurar que ellos mismos sabían que lo que escribían no era algo especialmente novedoso, o interesante, o memorable.
Y es que, a veces, nos pierde la adoración por los "libros viejos", que parece que solo por serlo merecen alabanza, y algun director piensa que merecen su adaptación anacrónica correspondiente.

Leo las novelas de Jane Austin como un prodigio de inteligencia, refinamiento, gracia (en el doble sentido: humor y donaire) y buen estilo. Lo mejor que puedo decir de esta película es que emana el mismo aroma que las novelas. Sin servidumbres al original. Seguramente acentúa el tono irónico y da mayor realce a la seductora perversidad de la protagonista. Las tiesuras, los atildamientos, los envaramientos y los fatigosos amaneramientos que tanto abundan en las representaciones filmográficas de la clase alta británica están aquí envueltos en una ironía que los hacen tolerables, incluso divertidos, y que, al extenderse a toda la película, primorosamente rodada, hacen de ella una delicia. Muy recomendable para quien no tenga todavía el gusto del todo estragado por la vulgaridad triunfante.

No debe de ser tarea fácil hacer una película de época. Además del trabajo que hay que realizar en materia de ambientación, decorados, vestuario y todo lo relativo al aspecto visual, llevar a cabo un film de este tipo requiere la necesidad de respetar el “glamour” del género sin hacer que la obra caiga en la intrascendencia. Hemos visto incontables ejemplos de dramas de época con bonita fachada pero vacíos a la hora de transmitir una historia interesante. María Antonieta o la reciente Anna Karenina de Joe Wright son ejemplos inmediatos. Pocos trabajos se acercan a la calidad de la filmografía de James Ivory o de las bien consideradas Las amistades peligrosas, Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, etc., por no hablar de obras maestras como aquella que se sacó de la manga Kubrick con Barry Lyndon.

Debido a esa circunstancia, el intento de Whit Stillman por llevar a su largometraje al terreno de la casi paródica comedia de época merece su reconocimiento. Amor y amistad, basada en una novela de Jane Austen y ambientada a finales del Siglo XVIII, cuenta cómo Susan Vernon acude al hogar familiar de su difunto marido para reestablecer lazos y buscar un nuevo matrimonio. La curiosa personalidad de Vernon, una mujer tan ególatra como atractiva que no esconde sus deseos de prosperar en su economía personal y clase social, rompe por completo la estabilidad de todos los que le rodean. Sus intenciones afectan sobre todo a su propia hija Frederica, que es presionada para buscarse un marido pese a que la joven no parece muy por la labor.

El carácter pijo de la protagonista y el aire tontorrón de algunos secundarios cimenta aquello que Amor y amistad tiene por objetivo: ofrecer un nada serio tejemaneje de relaciones, deseos e intenciones casamenteras en sus diálogos, de manera que es fácil sonreír con varias escenas que vemos en la pantalla. Stillman parece burlarse de las actitudes que esta gente mantenía en su época, cuando respetar las buenas costumbres era una santa obligación que todo el mundo parecía asumir pero que pocos respetaban. El decoro era la teoría; el adulterio, la práctica. Pocos de los personajes que desfilan por la película tienen un espíritu noble, quizá ninguno si exceptuamos a Reginald y a la propia Frederica.

Sin embargo, y pese a todas estas virtudes, Amor y amistad tampoco consigue encandilar lo suficiente como para aseverar que estamos ante una notable película. Entre otras cosas, porque la gracia cómica va perdiendo encanto con el paso de los minutos. Lo que al principio sorprende y hace reír, pasada la hora de metraje llega a cansar. Es en esa parte final cuando todas las cartas se ponen boca arriba: los personajes perfilan su triunfo o fracaso en aquello que habían buscado durante todo el film, aportando al espectador un motivo para seguir con interés el resto de la trama hasta el desenlace. Un interés que se pone a debate al llegar los créditos finales, cuando uno tiene la sensación de haber visto un buen pasatiempo sin algo sólido detrás.

No es nada peyorativa esta última afirmación, por cierto. Que una película basada en un tiempo, lugar y clase social tan lejanos sepa despertar la atención y mantenerla durante 90 minutos es un logro a tener en cuenta. Más aún si, para conseguirlo, se aleja de los tópicos baratos del telefilm. Amor y amistad es una interesante obra lastrada, paradójicamente, por sus propias intenciones. Stillman reproduce parcialmente el estilo descriptivo de Austen con una ambientación bien conseguida, pero sin hacer despegar su película hasta alcanzar un terreno que, además de sorprender y entretener, también pudiera proporcionar algo más fértil al espectador.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)