Volando hacia Río de Janeiro

Con gran curiosidad pude finalmente ver esta, la primera película que hicieron juntos, aunque como secundarios, Astaire y Rogers. Habiendo visto las otras nueve creo que esta es la más floja y en eso coincido plenamente con la calificación general que tienen las diez en Filmaffinity. El argumento nunca es el fuerte en este tipo de películas y por lo tanto no le podemos pedir mucho. Es interesante la presencia de la gran estrella mejicana de aquella época Dolores Del Río. Entre las canciones no hay ninguna que me haya parecido especialmente recordable. Justifica su visionado ver por primera vez bailando juntos a Fred y Ginger y el número de los aviones con las bailarinas encima me pareció ocurrente. En fin, sólo para amantes del musical y muy interesante para los que nos apasiona la historia del cine y teníamos pendiente este hito.

sí, de acuerdo, en mi opinión esta película ha envejecido muy mal. La escena del baile en las alas del avión no es de lo más logrado del cine pero ahí van varios factores para considerarla desde otro punto de vista:

a) primera película en la que aparecen Fred Astaire y Ginger Rogers juntos, aunque sea en papeles secundarios.

b) estamos hablando de una película hecha en 1933. Tampoco podemos pedir más.

c) sirve como ensayo de los grandes musicales que vendrían años después, sobre todo de la maravillosa "Sombrero de copa".

En definitiva, véala con cariño y no le defraudará. Véala en plan crítico y cambiará de canal.

Película concebida para el lucimiento de la insulsa Dolores del Rio, pero que pasó a la historia por ser la primera que interpretaron juntos Fred Astaire y Ginger Rogers, aunque como secundarios. Las insoportables peripecias amorosas de Dolores del Rio en Río (de Janeiro), dudando entre un músico americano con poca cabeza y un aburrido hacendado brasileño, están afortunadamente amenizadas por la adorable canción de Ginger Music makes me, por el primer baile en pareja de ella y Fred, frente con frente a los compases de una acartonada Carioca, y por el ingenuo pero atractivo número final, en el que docenas de coristas en ropas ligeras y transparentes estiran la pierna y se matan a sonreír subidas a unas avionetas que se suponen en pleno vuelo (¡qué disparate, pero la cosa no deja de tener su encanto, vista con distanciamiento! Lejos de ser la pareja de empalagosos ejemplares que tanto repetirían posteriormente en su estrellato (Sombrero de copa, Sigamos la flota, etcétera), Ginger interpreta aquí el papel de rubia dinámica y descocada y Fred el de graciosillo “amigo del chico” protagonista. Es curioso que el breve y poco atractivo número que Ginger y Fred bailan juntos (lejos de las maravillas que harían luego) fuera suficiente para dejar al resto del reparto a la altura del betún y convertirse en la sensación musical de la década. Un sorpasso en toda regla.

Si anteriormente, ya comenté que el musical ya despuntaba a los típicos musicales hollywoodenses, en esta película aún se despunta más.

Tiene dos grandes musicales, donde el escenario es enorme, hay cientos de bailarines con coreografías realmente complicadas de conjugar por el número de persones encima del escenario. Y para rematar el segundo gran musical es encima de aviones, que claro, no vuelan realmente, pero el querer hacer algo grande como un musical en el aire ya les da aire de grandeza, aunque lógicamente, es prácticamente imposible que la gente de tierra pueda ver con claridad que leches están haciendo allá arriba... un fallo de visión, pero bueno...

La película en sí es bastante tonta, pero en aquella época lo que la gente quería es evadirse de la realidad y transportarse a algo divertido, y lo consiguió ya que fue todo un éxito en taquilla.

Curiosidades, es que es la primera vez que se le dio la oportunidad a Fred Astaire, pero como papel secundario. Sabían que sabía bailar y es lo que hizo durante casi toda la película, eso hizo ganarse el afecto del público y llegar a ser quien a día de hoy aún recordamos. Eso sí, lo hizo con su pareja inseparable Ginger Rogers, y esta fue la única película que ella ganó más que él.

La pareja estrella de la película fue el guapo Gene Raymond y Dolores Del Rio, la musa mexicana que triunfó en Hollywood, la primera latina en hacerlo.

El final, algo patético, pero muy hollywoodense.