Haz click aquí para copiar la URL

El diablo a las cuatro

Aventuras Cuando un volcán, situado en una pequeña isla del Pacífico Sur, entra en erupción, un sacerdote (Tracy) y tres presidiarios arriesgarán la vida para salvar a los niños y al personal de un hospital infantil. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 9
Críticas ordenadas por nota
15 de abril de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, no es una película de catástrofes. Es sin duda una historia de expiación; la expiación de un viejo sacerdote que ha perdido la fe, la expiación de tres hombres sin esperanza y sin nada que perder, la expiación de un pueblo que apartó de su lado a sus hijos más necesitados; y debería pagar por su olvido.

No, no era el volcán quien estallaría a las cuatro; era el diablo quien a las cuatro vendría a por sus almas. Y sólo unos pocos hombres y mujeres, por distintas motivaciones, le harían frente.

Un Spencer Tracy ya al final de su carrera vuelve a bordar una vez más su personaje, y Frank Sinatra interpreta la mejor actuación que le recuerdo en el cine. Los efectos especiales resultan correctos, aunque evidentemente se notan demasiado los decorados y las secuencias de exteriores rodadas en estudio (pero hay que tener en cuenta la época, entonces todo esto era muy costoso; y requería mucho esfuerzo y mucha imaginación), pero como ya he dicho éste no es el punto fuerte de la cinta sino que lo es su relato.

El director Mervyn LeRoy es un buen narrador de grandes metrajes como ya demostró en “Quo Vadis”, o en “El FBI contra el imperio del crimen”, que independientemente del valor que les otorguemos, hay que reconocer que están bien contadas; y no es fácil cuando se alargan tanto. Y a mi corto entender “El diablo a las cuatro” fue su mejor trabajo. Uno de esos magníficos, esplendidos, soberbios, y aún más adjetivos con los que no quisiera aburrirles que dio a la luz aquel Hollywood que ya jamás volverá; y al que… añoro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Plácido Eldel Motocarro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de abril de 2006
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realizada por Mervyn LeRoy, adapta al cine la novela homónima (1960) de Max Cott. Se rodó en Lahaina y Maui (Haití) y Fallbrook (California). Fue nominada al Golden Laurel al mejor actor de acción/aventuras. Producida por Fred Kohlmar, se estrnó el 18-X-1961.

La acción tiene lugar en Talúa, isla volcánica del Pacífico Sur, a 700 km. de Tahití, de soberanía francesa, habitada por unas 200 personas y regida por un gobernador. Narra la historia del padre Doonan (Spencer Tracy), sacerdote católico, que lleva trabajando en el lugar 16 años. Tiempo atrás montó una leprosería para niños con la enfermedad de Hansen, situada en un enclave montañoso alejado de la ciudad. La población de la isla rechazó la construcción del centro y, como protesta, dejó de asistir a la misa de los domingos. En hidroavión llegan a la isla tres penados, camino de Tahití, el norteamericano Harry (Sinatra), el francés Marcel y el isleño Charlie. Junto a ellos llega el padre Perreau (Kerwin Matheus), sustituto de Doonan, jubilado por edad.

Spencer Tracy encarna la figura de un sacerdote católico, luchador y generoso, al que la comunidad dio la espalda hace unos diez años, cuando construyó en la isla una leprosería para niños enfermos. Desolado, perdió la fe y cayó en el alcoholismo. Pese a todo, mantuvo su lucha por el mantenimiento del centro. Ante la inminencia de una posible catástrofe natural, requiere de nuevo la ayuda de los isleños, que le dejan de nuevo en la estacada. Con argumentos desesperados consigue la colaboración de los 3 penados, con los que intenta el rescate de los niños y su traslado a pie al puerto. Se crea entonces un clima de tensión creciente, alimentado por la fatiga de los menores, las dificultades que se interponen en el camino, la pérdida de Marcel y el plazo inexorable de tiempo que concluye con la marea alta de las 4 de la tarde.

La música corresponde a una partitura original con fragmentos de violín, percusión, saxo y coros imponentes de voces. La fotografía es luminosa y colorista. Aprovecha la belleza de un paisaje natural, hecho de tranquilas aguas transparentes y de acantilados vertiginosos. Los efectos visuales, abundantes, muestran la eficacia efectistas de los recursos más artesanales que técnicos disponibles en los primeros 60. El guión elabora un relato bien construído, que se enmarca en la corriente de las producciones americanas de cine católico, que proliferaron a partir de los 40, con obras como "La canción de Bernadette" (1943), "Yo confieso" (1952), "Historia de una monja" (1959), "Los lirios del valle" (1963), "El cardenal" (1963) y otras. La interpretación de Spencer Tracy es excelente y meritoria la de Sinatra, que le valió la nominación a un premio. La dirección crea una obra que se sitúa entre las que propiciaron el auge del cine de catástrofes, como "Terremoto" y "El coloso en llamas" (1974).

Película de tensión y suspense, heroismo y soledad, enfermedad y delincuencia, bien narrada. Es entretenida e interesante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
14 de febrero de 2010
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mervyn Leroy construye una de las películas precursoras del que más tarde seria llamado "cine de catástrofes". Pero esta película es muy diferentes a las otras ("Coloso en llamas", "Terremoto", "El enjambre"). Va un poco más alla de un simple volcán en erupción, y no tiene demasiados efectos especiales. Aquí más bien se centra en la figura del padre Doonan (Spencer Tracy), que sin duda es el principal foco de atención. Después están los tres presos muy poco convencionales, liderados por un Sinatra venido a menos.

No es ni mucho menos una película que vaya a sorprendernos, junto al atractivo paisaje lo más interesante que veo es el personaje del padre Doonan, que lo interpreta el grandísimo Spencer Tracy y como siempre da un recital de como se debe actuar.

Una buena película, entretenida, con paisajes atractivos y algunas dosis acertadas de tensión (la escena del puente).
Dusty Rivers
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecé a ver este "El diablo a las cuatro" sin tener idea de su argumento o género, y durante la primera hora (más o menos) no ocurre nada de lo que se explica en la sinopsis: ni volcán, ni rescate, ni nada... solo la adaptación a una isla tropical del nuevo sacerdote, quien se afana en conocer a su predecesor.

Esta parte, y la descripción del personaje de Tracy como el sacerdote derrotado que deja contra su voluntad su trabajo en un hospital que él mismo creó, constituye - de hecho - toda esa primera hora de metraje.

A partir de ahí comienza una entretenida película de aventuras que anticipa el género catastrofista que tanto triunfó en los 70. No falta ni su paso por un puente semi-derruido.

Resulta un producto muy interesante de ver, con una gran interpretación de Spencer Tracy y una correcta de Sinatra.

Aunque la película también tiene sus peros, sobre todo sobre su verosimilitud, que pasaré a detallar en la zona spoiler.

En fin, recomendable, sobre todo para recordar un cine que ya no se hace, con sus efectos especiales (bastante decentes), sus alusiones veladas a todo lo sexual (el piloto del hidroavión que conduce a los protagonistas a la isla donde todo sucede, no necesita coger habitación en el hotel porque "tiene alojamiento" en casa de una isleña...) y sus inevitables ¡arenas movedizas!.

Y algunas frases que debían considerarse de lo más cool y que tenían que decir los rudos hombres que protagonizaban estas aventuras, como cuando al copiloto del citado hidroavión le piden que vuelve al volcán de marras y él contesta:
- Mi mujer no sabría qué hacer con un cadáver en la cama
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
BelénLo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de enero de 2006
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El protagonismo absoluto es de Spencer Tracy, directa e indirectamente (cuando no aparece en pantalla, todos hablan de él). Vale la pena verle encarnando a un misionero resabiado que ha perdido la fe.
También son buenos el guión, la dirección, la música y la fotografía.

Fallan los decorados y algunos actores, entre ellos Sinatra.
jastarloa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow