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Los tramposos

Drama Unos estudiantes viven sumidos en la apatía, los sueños irrealizables y la indiferencia por todo lo que los rodea. El adinerado estudiante de ciencias Bob Letellier y la joven Mic se conocen en una fiesta y simpatizan inmediatamente, pero mientras que Bob parece un chico responsable, la única ilusión de la atractiva Mic es tener un coche lujoso. Cuando ella queda embarazada sin saber quién es el padre, Bob no está dispuesto a aceptar la ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
29 de marzo de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Les tricheurs” es un film inédito en España del director Marcel Carné, editado en versión original con subtítulos por el sello Avalon – Filmoteca Fnac. Representa un esfuerzo de su autor por acercarse a los usos y costumbres de la juventud de la época, 1958. Resulta francamente curioso, divertido incluso, que en el reparto de esta película aparezca en un papel secundario Jean-Paul Belmondo, justo un año antes de protagonizar “A bout de soufflé” con Jean-Luc Godard, el título fundacional de la Nouvelle Vague, es decir del movimiento cinematográfico que rompía con el cine que representaba Carné, envejecido y anticuado, se decía. Más gracioso resulta comprobar que, a fin de cuentas, no hay tanta distancia formal entre ésta película y los primeros títulos de la Nuovelle Vague, lo cual permite abonar la teoría de que este movimiento, más que una ruptura propiamente dicha, fue un paso más allá de ciertas formas codificadas que en el fondo obedecía a una evolución natural del lenguaje cinematográfico.

Por otro lado, el film muestra un interesante retrato colectivo de la juventud que quiere romper con sus mayores por la vía de la promiscuidad sexual que excluye todo compromiso permanente y un hedonista sentido de la diversión de sábado noche que guarda ciertos ecos del existencialismo, el cual es expresamente mencionado en los diálogos. En el fondo, son unos estereotipos de jóvenes que buscan su propia identidad, desde su rebeldía contra la sociedad imperante y los convencionalismos sociales. El film está narrado en un tono cercano al documental, con el cual están retratadas las actitudes, conductas, conversaciones, reacciones y, en última instancia los sentimientos de unos jóvenes del París de finales de los cincuenta. En mi opinión, Marcel Carné demuestra que es un cineasta de los más importantes del cine francés, de la corriente artística denominada realismo poético pero que supo evolucionar hacia un cine más social, no sólo por esta película, sino por toda su obra.
Antonio Morales
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4 de noviembre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bob es hijo de la burguesía y aspira a hacerse un lugar en la sociedad de consumo. Para ello, aprovecha su tiempo estudiando y siguiendo los buenos consejos de su padre, hombre trabajador y emprendedor.

Mic dejó los estudios y se hizo amiga de un grupo de jóvenes que desprecia todo lo que sea encorsetamiento burgués: amor, trabajo, posición social, vida familiar.

Y Mic y Bob se conocen y surge una historia de amor. Pero Mic se acuesta con cualquiera, porque está a favor del amor libre. Y Bob respeta esa actitud frívola disfrazada de progresismo. Y digo "disfrazada" porque esos jóvenes "progresistas" viven en continua evasión, sin querer tomar parte en la sociedad pero sin hacer nada por cambiar lo que detestan; burlándose de los que trabajan al mismo tiempo que viven de ellos.

Y el ídolo de todos es James Dean, que tuvo la buena idea de matarse antes de envejecer.
Al final, el sumiso Bob es el más fuerte, porque es capaz de comprometerse, de ser gamberro, de esforzarse en los estudios y de darse cuenta -desde la misma juventud que los otros- que un mundo que ha salido de dos guerras mundiales no es perfecto, pero la evasión, las borracheras y la pura delincuencia envuelta en arengas anti-burguersas sólo llevan a la autodestrucción.

A lo mejor sobran esos semi-discursos que achacan todo el pasotismo de la juventud a los malos ejemplos de los adultos.
luguca
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14 de enero de 2023
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En 1958, con casi 5 millones de entradas, <<LOS TRAMPOSOS>>, fue el 6° filme más taquillero en Francia… y costó muuuchísimo menos que las superproducciones que ocuparon los tres primeros lugares (“The Ten Commandments”, “Les Misérables” y “Sissi Schicksalsjahre einer Kaiserin”). De nada sirvió que el inconsecuente crítico de Cahiers du Cinema, François Truffaut, dijera, absurdamente, que el filme es, “el primer ejemplo del declive del cine francés”.

¿Cómo explicar tan enorme acogida a un filme de escaso presupuesto y con actores casi todos noveles? Pienso que, en primera instancia, estamos ante una historia que registra de una manera, casi que documental, los cambios sociales que comenzaban a darse en la sociedad de la posguerra: El resurgimiento de la llamada “gente bien” que brindaba comodidades y dinero, pero, con escasa presencia, cuestionable moralidad, y difícil adaptación a las nuevas ideas… y, como antagonista, el mayor grado de conciencia de la nueva generación de adolescentes que los llevó a renegar de la hipocresía y las tradiciones, al tiempo que promovían las relaciones grupales y una vida de hedonismo que, infortunadamente, llevaba a veces a situaciones extremas que terminaban en hastío, infelicidad y otras veces en suicidios.

El director, no es ningún aparecido, ¡es nada menos que Marcel Carné!, autor de títulos de enorme trascendencia como: “Hotel du Nord”, “Les Enfants du Paradis”, “Thérèse Raquin”… el cual asume la historia -que él mismo escribiera con la colaboración de Jacques Sigurd-, como una plasmación objetiva, lejos de los sesgados juicios que, sobre los adolescentes, emitía la sociedad. Quedan plasmados sus excesos, sus impertinencias, sus ocasionales afanes destructivos, sus depresiones, su facilismo… pero, también hay un gran halo de luz en su solidaridad, en su sincero afán de compartir, en el respeto por los animales, en el interés más interior que exterior, en su desprendimiento, su ausencia de prejuicios… y su búsqueda de conocimiento.

En un país donde la discriminación se advierte hasta en la música, ellos aman el jazz de Chet Baker, Gerry Mulligan, Fat’s Domino…, menosprecian los lujos de la burguesía y se esmeran por seguir viviendo en un mundo que les resulta bastante vacío.

Aunque de alguna manera se hace remembranza de la excelente, “Rebel without a cause” (Nicholas Ray, 1955), en la que también se recrean las problemáticas juveniles, <<LOS TRAMPOSOS>>, surge como una suerte de anticipación -y refuerzo- del radical cambio social que tendría su punto más álgido en el Mayo del ’68. A partir de entonces, el mundo ya no sería igual, pues, la libertad comenzaba a tener grandes espacios.

El reparto lo encabezan: La encantadora, Pascale Petit, en el rol de Mic, la chica que, además de un auto Jaguar, también ansía amar… aunque no sabe cómo preservar el amor. Jacques Charrier (Bob), el chico de clase alta que fácilmente conecta con los muchachos de barrio. Andréa Parisy (Clo), la chica que lo tiene “todo”… pero eso es todo lo que tiene. Laurent Terzieff, en la piel de Alain, el joven que mirará la vida con total desprendimiento, sintiendo, como las aves, que cada día la vida proveerá; y en pequeños roles, futuras grandes estrellas como, Jean-Paul Belmondo, Pierre Brice y Dany Saval.

Creo que, <<LOS TRAMPOSOS>>, reafirma a Marcel Carné como un gran director.
Luis Guillermo Cardona
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