The Flat

Impresionante documental. Fascinante historia.
Estamos en Israel. Muere una mujer de 98 años y sus familiares acuden a la casa en que vivía. Se encuentran muchísimos objetos y recuerdos. Había vivido en Alemania sus primeros 30 años de vida (más o menos) y se dedicó a guardar todo lo relacionado con su país de origen (se encuentran montones de libros en alemán; no llegó a aprender bien el hebreo). Hasta aquí nada les sorprende. Lo interesante comienza cuando descubren la extraña y turbadora relación de esta mujer (y su marido) con un matrimonio nazi (los Mindelstein). Leopold Von Mindelstein fue nombrado por Eichmann durante su juicio, le situó como su predecesor en el departamento de asuntos judíos.
El narrador del documental (y su director y guionista) es el nieto de la mujer fallecida; él nos guía. La película es el desarrollo de la investigación; un buceo sobrecogedor en el pasado (de su familia y de la historia, la pequeña y la que se escribe con mayúsculas); el intento de comprender, de desentrañar hechos enterrados, confusos y desoladores.

128/03(05/09/14)Notable documental sobre como los hijos no se interesan por lo que han padecido sus padres, y son los nietos los que hurgan en sus ancestros, un fascinante trabajo, centrado en una compleja relación de una pareja de judíos y una pareja de nazis, donde la ideología no es barrera para la amistad. Escrito y dirigido con gran pulso por el israelí Arnon Goldfinger, que también es el narrador. Es una labor que se adentra en la confusa línea entre sí podría haber existido amistad entre nazis y judíos, hurga en el pasado con una labor detectivesca sugerente, con un buen ritmo, con refrescantes notas de humor desengrasante (lo referente al peculiar modo de vestir de la abuela), con elementos perturbadores, se intenta comprender esta confusa relación, contraponiéndola a un tiempo en que unos exterminaban a los otros, se analizan si pudo haber nazis sionistas, ello tocando temas como el perdón, la tolerancia al diferente o los prejuicios. Es una historia llena de secretos, medias verdades, necesidad de olvido, de sombras, de claroscuros, de muertes, de zonas grises, donde prima el relativismo, donde los juicios morales son endebles. Arnon junto a un vecino de la zona, Talya Galon que ejerció de cámara, y Philip Bellaiche que cogió la filmadora más tarde arrancaron la atractiva propuesta, que le llevó 5 años de proyecto.

Arranca en Tel-Aviv, Gerda Tuchler de 98 años de edad ha fallecido, sus nietos e hijos hacen limpieza en el piso donde vivió 70 años, el nieto Arnon Goldfinger graba como revisan todo el apartamento para decidir lo que tiran y lo que guardan, a través de estos recuerdos materiales se va desgranando una vida oculta en esta mujer, ella junto a su esposo muerto Kurt estuvieron en el país germano 20 años, él fue condecorado en la Gran Guerra por Alemania, ejercía de prestigioso juez, pero tras empezar a sufrir el odio nazi, le quitaron su trabajo, se trasladaron a Palestina poco después de que los nazis tomaran el poder en los 30, entre sus pertenencias encuentran una moneda turbadora, por un lado la Estrella de David y por el otro una gamada nazi, tras esto hayan un periódico nazi, Der Angriff (El Asalto), fechado antes de la Guerra en el que se comenta la visita de un oficial alemán a Palestina, el Barón Leopold Von Mildenstein, jefe de la Oficina de Asuntos Judíos SS (antes de Adolph Eichmann ), el artículo incluye una foto, el Barón junto a Gerda y Kurt, esto deja perplejo a Arnon que comienza una ardua investigación por saber sobre esta relación entre sus abuelos y un gerifalte nazi, descubriendo que estos mantenían amistad antes del éxodo de sus abuelos, se mantuvo en la preguerra e incluso parece ser que después del conflicto, esto a pesar de que sabremos que la madre de Kurt murió en el campo de concentración de Theresienstadt y la madre de Gerda fue deportada al gueto de Riga donde murió. Las pesquisas de Arnon le llevan a descubrir que Von Mildenstein estuvo en Palestina buscando destino para los judíos alemanes, Arnon viaja a Alemania para entrevistar a los descendientes del Barón.

Una narración que arranca por la senda del costumbrismo, avanza por la comedia, y su hilo conductor será un misterio por resolver, una madeja de la que irá tirando Arnon, pero nunca llegará al final, su periplo le llevará por Israel, y después a Alemania, allí se encontrará con descendientes de los investigados, además de indagar en las instituciones germanas para intentar dar luz a sus preguntas. El documental discurre sin ahondar en el drama del holocausto, esto ya se da por masticado, no redundan en el dramatismo de los deportados, esto hace que no sea sentimentaloide y maniqueo, intenta ser equidistante en el tratamiento de lo que cuenta, influenciado por la inteligencia y la sutilidad en que se muestra todo con naturalidad frescura. Es un relato que nos viene a contar aquello de que hay que conocer el pasado para poder afrontar el futuro. Maneja Arnon de modo sugestivo el material de archivo para incrementar la sensación de autenticidad. La madre de Arnon queda como la generación que ha querido superar el dolor de la SHOAH obviándolo, no se perturba por las historias de sus antepasados durante el Genocidio, ha creado una coraza de frialdad con la que ha podido hacer su vida, sin este escudo seguramente no podría haber hecho “vida normal”, ha de ser la tercera generación, la que está más alejada en el tiempo la que se conmueva por crudeza de los hechos.