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Cuando naces... ya no puedes esconderte

Drama Sandro, un chico de doce años, es el hijo único de una acomodada familia de Brescia. Una noche, durante un crucero por el Mediterráneo, cae al agua y lo dan por muerto. En realidad, lo rescatan unos inmigrantes clandestinos que se dirigen a la costa italiana. Durante el trayecto, Sandro descubre un universo completamente distinto del suyo... (FILMAFFINITY)
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
13 de septiembre de 2007
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que conmueve, que impacta, sobre la realidad de los emigrantes que llegan de todas partes del mundo a las costas de Europa, en este caso concreto de Italia, intentado penetrar y mejorar su nivel de vida, pero que para ello son estafados por mafias dedicadas al transporte de carne humana, en condiciones parecidas a los animales de matadero, etc. Un muchacho de clase rica y desahogada, cae al mar cuando se halla navegando lujosamente con su padre (algo parecido a aquel otro de "Capitanes intrépidos", EE.UU. 1937), a partir de ahí experimentará lo terrible que es sentirse abandonado en medio del peligro, de la soledad y de la inmensidad, luego más tarde el ser tratado como un persona sin derechos en medio de una masa de extranjeros pobres que para los ojos de la legalidad y los legales de este mundo, representan un tremendo problema.

Película para hacer tomar consciencia sobre los miles de seres humanos que tratan de llegar semanalmente a Europa, principalmente por el Mediterráneo, en condiciones durísimas, maltratados y en ocasiones para acabar perdiendo la vida en el camino, ser devueltos a sus países de origen nada más arribar o para degenerar dentro de la sociedad europea en condiciones penosas de clandestinidad y con la sensación de haberse convertido en apátridas. El filme es dramático y no deja espacio para relajarse con la realidad de los inmigrantes que intentan constantemente el salto a Europa por todas sus fronteras.

«Cuando naces... ya no puedes esconderte», hace alusión al nombre de un hombre negro, subsahariano, que un día llegó clandestinamente a Italia y ahora trabaja de traductor con la policía de frontera, pero también es todo un mensaje titular del ser humano en sí, del que no podemos olvidar por mucho que nos disguste su cara, su acento o su exotismo, que es un nacido en el planeta Tierra y por tanto con el derecho a ir de un lado a otro de la piel del planeta, acción que casi siempre choca con el derecho de otros seres humanos a preservar su casa, comunidad o tierra no dejando a extraños pasar por ellas.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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6 de febrero de 2010
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buen drama sobre la inmigración en Europa, visto desde los ojos de un chico italiano de 12 años llamado Sandro (Matteo Gadola), que durante un crucero en compañía de su padre y un amigo de éste, cae al mar para ser finalmente rescatado por un grupo de inmigrantes que viajan a bordo de una embarcación clandestina fletada por delincuentes italianos, que tras recibir una generosa suma de dinero por cabeza, se encargan de transportar a estos inmigrantes a tierras italianas.

Sandro, que hasta el momento ha vivido con todas las comodidades que ha podido concederle su acomodada familia, siempre había mantenido buena relación con la gente de todos los países que forman parte de la plantilla de la fábrica de su padre (interpretado por Alessio Boni) pero no es hasta el momento de su rescate y su posterior convivencia a bordo de aquella patera, cuando comprende el verdadero drama que es la inmigración, en especial aquella que en condiciones tan inhumanas y estando rodeada de incertidumbre se dirige a las costas de cualquier país llena de esperanzas que fácilmente se desvanecerán.

La película se muestra irregular, contando con momentos notables y otros más flojos. La suma de todas sus escenas dan como resultado una buena película con un gran mensaje, compuesto de su crítica hacia la política -en este caso italiana- que se aplica respecto a la inmigración y de intentar hacer comprender a quien visione esta cinta, las desventuras que diariamente viven en el mundo cientos de inmigrantes que buscan una vida mejor.

Tras ver la película, se me ha quedado la sensación de que muchas cosas que querían ser contadas por Marco Tullio Giordana (La mejor juventud, 2003), se han quedado por el camino (en el que su director hace gala de su habitual e innecesaria tendencia a dejar claro de qué pie cojea políticamente) , dibujadas como una sola intención que no se ha sabido llevar a cabo, especialmente en su parte final. Olvidados los reproches, sólo queda decir que a pesar de lo liviano de un mensaje que ya casi todos conocemos sobradamente, el visionado de la película es de gran interés y se agradecen este tipo de documentos gráficos en los que se habla de algo que pueda dar lugar a la reflexión. Recorre lo agradable para adentrarse en lo tenso, sustituyéndolo después por lo intrigante de las acciones de sus personajes y finalizando “a lo hermanos Coen” en sus últimas películas, dando carpetazo cuando menos te lo esperas y sin más explicaciones. A pesar de esto último, Marco Tullio Giordana deja patentes sus buenas maneras y capacidad para desarrollar un cine serio y elegante.

Buenas interpretaciones de Matteo Gadola, Vlad Alexandru, Ester Haza, y por supuesto, de Alessio Boni, siempre garante de poder ofrecer una buena interpretación sea cual sea el papel que le corresponda representar.
Sandro Fiorito
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14 de diciembre de 2007
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas cuya visión trasciende de los componentes meramente cinematográficos, y ésta es una de ellas. Todos nuestros acomodados adolescentes, que llevan una vida más o menos similar a la del chaval protagonista, deberían de ver esta cinta. Tendrían que pasarla en las clases de la ESO. Más allá de Orfanatos, de H.S.Musics, de HarryPotters, etc, los jóvenes también tienen que acercarse a este tipo de filmes, ver otras realidades, y saber que el mundo es bastante más duro de lo que creen. El viaje de Sandro es un viaje interior intenso y profundo. Como dice Ismael Serrano: "hay gente que nace entre sábanas de seda y otros nacen para ser trapos". Además, la película tiene un ritmo muy logrado y unas muy buenas interpretaciones. Y a poder ser, hay que verla en versión original.
juanma goñi
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26 de agosto de 2007
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lamentable la cantidad de personas africanas que están muriendo en el mar por nuestra culpa.
Si, por culpa de la colonización que padecieron. Y porque actualmente los gobiernos de Europa subvencionan la agricultura para que no importemos productos marroquies, etc.
Es un despertar a la vida de golpe. Darte cuenta de repente, de la triste lamentable situación por la que pasasn muchas personas que casi mueren de hambre.
Es junto a "Lamerica" del genial Gianni Amelio, el film que afronta de forma más profunda este tema.
Es una realidad que mucha gente no quiere ver.
Realizado de forma extraordinariamente realista.
Una maravilla.
KIM KI DUK 2
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13 de abril de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que alguien que ha sido capaz de hacer algo tan maravillosamente conmovedor como "La mejor juventud", siempre debería merecer que nos acercáramos de nuevo a su trabajo dispuestos a dejarnos llevar por él. Así lo hice yo, sin leer la sinopsis y ni siquiera ver la carátula de la peli, confiando en aquel que tanto hizo por muchos de nosotros. Y, en conciencia digo, que es la mejor manera de ver esta película; la única en la que realmente podremos apreciar el inesperado giro con el que nos encontraremos.

Hay, como en su anterior trabajo, momentos de talento y una sólida construcción de algunos personajes (pienso principalmente en el padre y el hijo), con escenas de las que cuando las ves, te das cuenta de la humanidad que llevan escondida. Pienso en la escena del padre diciéndole a su hijo que va a llevar de vuelta al hotel a "sus amigas". Pienso en la madre con el entrenador de natación, hablando de la falta de espíritu competitivo de Sandro. Y, sobre todo, pienso en la que, por lo menos para mí, es una precisa composición de la personalidad de Sandro, siendo relevante la inicial sensación que tuve de que el chico llevaba algo bueno dentro.

Se podría achacar algún que otro cliché en el modo en que compone los personajes y su historia, pero, sinceramente a mí me da totalmente igual. ¿Por qué me va importar, si lo que realmente buscamos cuando entramos en un cine es emocionarnos, vivir a través de otros? ¿Qué pueden existir "trampas"? Sí, ¿y?.
Que me guste reencontrarme con Alessio Boni aunque su papel sea tan distinto; que sea un placer volver a ver esa mirada de Adriana Asti y que no me deje apartar la vista de sus expresivos ojos; pues a eso es a lo que, por lo menos yo, voy al cine. Si la realidad no nos lo ofrece, no hay por qué dejar de buscarlo.
¿Acaso no es fantástico que no sepa por qué demonios oigo una vez y otra vez una canción de Eros Ramazzotti y no me avergüence reconocerlo? Creo que no es tan fácil lograr que días después todavía tenga en el recuerdo la mirada de inmensa tristeza de esa niña-mujer, pidiendo auxilio a un chaval de 12 años...
Claro que puede que no contenga la cantidad de momentos inolvidables de su anterior "juventud", pero no olvidemos que todos los talentosos tienen un techo que a la postre les resulta imposible de igualar. Hay, no obstante, una obra que intenta mostrarle algo al espectador, y que lo quiere hacer con ese matiz costumbrista, intentando llegar al fondo a través de la forma. Podrá no gustar la forma, pero, como hace poco le leí a alguien, yo le aguanto el coscorrón por el beso...
JRC
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