Cautivos del terror

Desconocido pero buen Thriller (rodado completamente fuera de los estudios MGM) de Andrew Stone, que cuenta lo que al principio es un chantaje perfecto a una aerolínea pero que se va desmoronando debido a que el jefe de la banda no ha contado con las debilidades humanas de sus secuaces. James Mason e Inger Stevens dan vida al matrimonio de los que se vale Rod Steiger (perfecto en su rol de líder de la banda sin escrúpulos, frío y meticuloso) para extorsionar a la compañía aérea. Angie Dickinson que por dinero hará lo que le mande el jefe, Neville Brand como un degenerado sexual y Jack Klugman completan la banda. (defenders of the faith).

Película que intenta penetrar en los secretos de la intriga y en su trasfondo psicológico pero que choca con una cruda realidad inmisericorde que no sabe de esfuerzos, de sacrificios ni de entrega.
A pesar del complejo entamado fílmico que el director A.J. Stone despliega con profusión de medios y riqueza de detalles, la acción no capta el interés del espectador porque éste no se cree la historia.
La capacidad de fabulación del largometraje no cumple las expectativas y la entidad de sus tramas se va desvaneciendo a medida que se suceden las situaciones ingenuas, los rasgos argumentales de poca consistencia y, sobre todo, la notable escasez de coherencia formal.
No se trata de una mala película pero se abandona la sala de proyecciones con la sensación de que no se ha sabido aprovechar una historia de gran potencial.

James Mason podía hacer cualquier papel en el cine. Era absolutamente versátil, comodín, servía para todo... Para malo, para bueno, para sensible, para duro, pera películas de niños, para cualquier cosa...
El director no le conocía, creía que había visto algo suyo, pero no, no he visto nada suyo. Es bueno, hace una buena cinta. Quizá un poco trepidante, no te deja respirar, desde el primer minuto están en tensión, en acción, de manera radical, sin descanso.
Una muy guapa Angie Dikynson en una de sus primeros papeles. Y un brutal Rod Steiger, que era también un grandísimo actor. Otro que podía, y de hecho hizo, de todo, incluso de indio, que ya es echarle hijo a la cometa.