En un mundo nuevo

De este tipo de películas, lo que de verdad me emociona, es volver a encontrarme con todos esos llamados secundarios, la gran mayoría unos maravillosos e imprescindibles actores, ya sea de cine, teatro o televisión... Ellos, forman parte de mi memoria de la juventud, la que yo vivía entonces...

Por lo demás, la peliculita es bastante pachucha, dentro del género de las de canción va y canción viene... viene sin venir a cuento, quiero decir... pero, la película tenía un determinado fin (el momento especial de la popularidad de Karina) y no hay más vueltas que darle... Otras películas, con canciones incluídas, no se ponen tan "pesaditas"....

En fin, me produce nostalgia ver a Guadalupe Muñoz San Pedro.... y recordar su estirpe de actores en el teatro....

... Uuuuh. Cualquier tiempo pasado nos parece mejor".
Pues eso, que buceando en el cine hispano setentero nos encontramos con Karina. Y ella todavía tiene un pase musical. Si no que se lo digan a un amigo que se pasó todo un verano en el giradiscos del bar asaetándonos con sus "Flechas del amor".
Tiene un pase sobre todo si la comparamos con "La Pandilla" que lleva de teloneros y su "Capitán de madera".
Cinta musical de la eurovisiva Karina que va de institutriz a lo Julie Andrews, no a la mansión de los Trap sino a la más divertida casa donde campan a sus anchas Florinda Chico y Juanito Navarro. Suerte a ellos y a Pajares que al menos mantienen el tipo.
A falta de "Edelweiss" ahí está el repertorio de ella y de sus amiguitos bombardeando al espectador.
Ni guion, ni realización. Patéticos golpes de humor y de bobalicona ternura. Ni sonrisas, ni lágrimas.
Karina aparte, el único posible aliciente es ver las calles de Madrid todavía sin grandes atascos ni aglomeraciones.
Huir.

Experiencias matafísicas, la cosa esta de las películas generacionales, extraños encuentros en el televisor, los optimistas setenta, cuántas bellas emociones, qué bonito todo caray, luego el guiòn, originalísimos: Karina es una institutriz que entra a trabajar en la casa de un industrial adinerado (Juanito Navarro nada menos) para cuidar de unos niños un poco bobines que irán cambiando gracias a la dulzura de la institutriz con una maligna propensión a cantar. Cantan una y luego otra y otra y luego cantan la de mete saca aparato de pis con este movimiento yo me siento feliz, vamos, lo que se dice un completo. En fin... Para guardarla para siempre en el baúl de los recuerdos. No se pierdan los números ni a Pepe Rubio como doble de Al Pacino. Y finalmente dos preguntas: después de escucha cantar a Karina... ¿Cómo pudo triunfar esta chica? Y ¿Qué significa triunfo?

En la época en la que ya no existían institutrices, Eurovisión era un acontecimiento nacional y las estrellas de la farándula recibían películas y no 'realities', nuestra Karina se rodeó de los cinco niños más abominables de la historia de la humanidad y, cual Julie Andrews jovial y cantarina, intentó aumentar la calidad del cine del régimen, aportando incontables caras (de sorpresa, enfado y felicidad) y momentos vergonzosos ("¿Por qué no eres tú mi mamá?"), dignos de las peores pesadillas jamás imaginadas.