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Rascal

Drama. Thriller Dje llega a París sin dinero y utiliza su encanto para salir adelante, aprovechando cualquier oportunidad que se le presenta, incluso si se trata de matar. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
12 de noviembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De dónde sale este tal Djé? ¿Es verdad que ha salido de la cárcel? ¿Qué clase de nombre es ése? Comprobamos que es cierto que no tiene dónde caerse muerto y que no es capaz de ver una mujer sola sin irle detrás. Mientras el viento le sopla de cara, este veleta es arrogante y burlón, por momentos incluso simpático, pero a la que las cosas se le tuercen y ve que tiene las de ganar, muerde. Es un verdadero chacal, un cazador carroñero.

Djé puede recorrer las ciudades sin mayores problemas porque a banda de su actitud desenfadada, también su aspecto le abala como un ciudadano de bien. Blanco, francés, ciertamente atractivo, ¿para qué sospechar? Ahí el director lanza un dardo sutil, pues nos invita a contemplar más allá de las meras apariencias. Confiarse de las cosas aprobadas por la buena sociedad no garantiza nada, si te descuidas Djé ya ha atacado. Le da igual que sea en un autobús a plena luz del día o de noche en un rellano. En ese sentido Delandochamps está impecable, capaz de expresar con idéntica solvencia tanto la cara amable como la violenta de su personaje.

El resto del análisis que va esbozando la narración tampoco creo que se quede atrás. Por ejemplo, vemos al personaje de Solomon, un emigrante africano que da la cara por su amigo, acoge a su colega el vagabundo si hace falta y a la vez tiene un discurso atrozmente machista. Si bien se adivina esta "Vaurien" posee una visión feminista, no se limita a mostrar a las mujeres como simples seres indefensos, a la espera de ser protegidas por la sociedad. Vemos ciertamente a algunas mujeres que son frágiles y son las que Djé prefiere, pero también encontramos personajes fuertes como Maya, un personaje con carácter, capaz de poner en su sitio a cualquiera.

Todas esas pinceladas sirven para mostrar en conjunto un panorama matizado que refuerzan lo que en verdad supone una inmersión en el mal. Se echan falta más películas como ésta. Este depredador sexual se mueve como pez en el agua por las ciudades, sin despertar suspicacias. Incluso le invitan a café cuando lo ven desvalido. O, bajo la excusa que no tiene casa y ha "perdido" su identificación, no le obligan a bajar del tren aunque viaje sin billete. Si va en la moto con un colega y la policía les persigue, al de aspecto foráneo lo retienen con brutalidad mientras que a él lo tratan de forma justa. En el fondo son las sociedades, con sus costumbres y valores hipócritas, las que dan lugar a esta clase de sujetos. Es de suponer que muchas feministas de discurso pop la rechazarán como odiosa, como romantización de la masculinidad tóxica, pero a mí me parece que se impone como un estudio objetivo y descarnado, una observación de cerca de un personaje verdaderamente oscuro, que sin duda es una fuente de dolor en las sociedades.

La película no impone sus juicios, tampoco etiquetas simplonas, muestra y que sea la audiencia quien opine, discuta y critique. Un film sin duda valiente.
Jean Ra
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12 de noviembre de 2020
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La película sigue la vida cotidiana de un tipo que acaba de salir de la cárcel, un camaleón que deambula entre algún amigo que le deja dormir provisionalmente en su casa, centros para personas sin hogar y okupas; su rostro angelical esconde un despreciable depredador.

Ya desde la primera escena en un tren vemos un rifi rafe sin importancia con una chica joven y comprobamos que nuestro protagonista va a ser un tipo conflictivo por su manera de ser. Llega a París donde le espera un amigo, le consigue un trabajo en la construcción que pronto dejara y comienza a tener unos comportamientos erráticos hasta que vemos su primer asesinato.

Un psicópata compulsivo muy bien retratado por el director Peter Dourountzis que con una cara angelical, ojos azules penetrantes y mucho carisma va consiguiendo objetivos aleatorios para sus macabros deseos.

El protagonista de "Vivir deprisa, amar despacio" Pierre Deladonchamps consigue crear un personaje odioso desde el minuto uno, al que asistes perplejo como se mueve con gran desparpajo, sabiendo muy poco de él y de lo que le induce a cometer estos actos. Ophélie Bau es una chica okupa que se lía con él al poco de conocerse, pero que consigue ver rápidamente su oscuro interior. 

Una gran película con un personaje muy bien construido.
Destino Arrakis.com
videorecord
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