Casta invencible

El padre de la familia (Henry Fonda) siempre ha trabajado en Oregón, como maderero en sus inóspitas montañas. Siempre ha sido un hombre duro y trabajador, sin acogerse a los devaneos ni conveniencias de los sindicatos. Pero cuando éstos comienzan a crear problemas en el valle, la vida de su familia se empezará a complicar, al tiempo que luchará por enseñar a los suyos el coraje y la honradez con la que han de regir sus vidas.

Película bastante desconocia para el público, a la que tuve acceso hace dos o tres años en una de mis madrugadas insomnes, que me dejó un buen sabor de boca.

Alejada de los tópicos Hollywoodienses de la época, estamos ante una película que premonitoriamente habla de la falta de comunicación en las personas, del contraste existente entre muchas zonas de la tierra - la diferencia abismal entre la riqueza y la pobreza-, el ataque industrializado al bosque y en definitiva el amparo de la sociedad americana a seres cavernícolas, incultos y misóginos.

El nombre de la película me ha costado recordarlo- más bien me he tenido que ayudar de mi querido "google", porque mi memoria no me secundaba en el esfuerzo- de lo que no me podré olvidar nunca es de la última escena de la película, alejada con toda crueldad y realidad de los finales "made in América".

Película que muestra la diversidad estadounidense y nos da una buena lección de cómo se forja su mentalidad, que pasa por la lucha contra la adversidad, ya sea ésta el clima, la naturaleza u otros seres humanos.

Buen retrato costumbrista de una dura familia madedera y atinado título que se le dio en castellano, porque realmente se trata de una Casta invencible que a mí me enamoró, que acompañé en sus avatares y con los que sufrí, y lloré.

La vi hace mucho y es de estas películas de las que guardo un gran sabor de boca.

La acción tiene lugar en la región maderera de Oregon. "Casta invencible" es un absorvente melodrama centrado en una orgullosa familia de trabajadores forestales... cuando se declara una huelga general entre los madereros, la familia Stamper se propone continuar trabando, a pesar de las amenazas del sindicato...

Paul Newman llega borracho a casa y le dice a su mujer: "Lo siento pero nos vimos obligados a darles unos golpes a nuestros vecinos y amigos"

Más vale quedarse con lo bueno que tiene "Casta invencible", que es la presencia conjunta de dos de los más importantes actores de la historia del cine, verdaderos y únicos iconos, como son Paul Newman y Henry Fonda. Destacarlos por encima del resto de la familia de leñadores puede no ser justo, porque lo cierto es que tras ellos no hay nadie que lo haga mal, desde el hermanito recién aparecido a la mujer de Newman, todos están fenomenales.

Lo que me ha mosqueado de forma inevitable es observar que estas personas representan con su actitud todo aquello que detesto. ¿Qué le vamos a hacer?, seres humanos insolidarios, egoístas, orgullosos, violentos, machistas y religiosos. No es que sean conservadores, son lo siguiente. Y para colmo se dedican a cortar árboles que debe hacer siglos que formaron el bosque que ellos destruyen.... Para mí forman parte del peligroso grupo de estadounidenses del mundo rural profundo, lo que siempre he señalado como típicos paletos yankees.

Ya sé que es cine, pero tantas cosas que detesto del ser humano seguidas, una detrás de otra, pues no me ha gustado. Le otorgo cinco estrellitas en la escala FA porque sí, es verdad, es cine, y hay dos escenas muy concretas que me han encantado y que, dicho sea de paso, la mayoría de usuarios no describen en la zona spoiler: eso es tener mala leche, partes que son clave en la trama desveladas así. Yo seré la excepción, aunque nadie me lea, me voy a la zona oculta. Por cierto, no es poca cosa apreciar que todos tienen ojos azules, cuestión que ciertamente tampoco es que aporte más que una evidencia. Por una vez Newman tuvo buena competencia de ojos.

Paul Newman demostró que, además de excelente actor podía ser un notable director, como demostró en "El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas" (1972) y, sobre todo, en su mejor película, la extraordinaria "Rachel Rachel" (1968). No es el caso de esta entretenida pero fallida narración de la insobornable independencia de un grupo de aguerridos leñadores en las montañas de Oregon. Pese a contar con un destacadísimo plantel de estrellas parece con si el impresionante marco natural se hubiese comido a los personajes, apenas esbozados -desaprovechar a Lee Remick de esa manera es un imperdonable pecado- justo lo contrario que en otras películas dirigidas por el actor donde el intimismo y la psique, a veces torturada, de sus personajes era el elemento conductor y que las hace, aun hoy, tan atractivas. Por destacar algo, señalaría la escena en el que el tronco atrapa a uno de los leñadores, narrada con enorme y brillante pero emotiva contención, insuficiente por si sola para levantar esta película a mayores alturas cinematográficas