Juicio en el Lago Balatón

El lago Balatón es el más grande que existe en la Europa central. De forma alargada, mide 79 kilómetros de largo, llegando a alcanzar hasta 14 kms de ancho. Ubicado a unos 100 kms de Budapest y ahora conocido como el Parque Nacional de Hungría donde se ha estimulado mucho el turismo local e internacional, el lago Balatón fue (y sigue siendo aunque en menor proporción) el lugar donde decenas de pescadores derivan su sustento diario.

Es aquí donde transcurre la historia de Mária Kovács, la muchacha de 19 años que ha sido dada por su padre en compromiso matrimonial a un pariente cercano llamado János, pero a quien es evidente que ella no quiere, porque lo siente rudo e improcedente. Para desgracia de Mária, su padre anuncia la boda justo el día en que consigue entablar relación con otro pescador de nombre Mihály Szabó (miembro de una familia con la que choca su padre), a quien ha conocido en el funeral de un pescador asesinado a sangre fría.

Con un guión escrito por él mismo, en el que describe un drama de tintes shakespearianos, Pál Fejös hace su segundo filme tras su regreso a Hungría en el año 1932, y de nuevo consigue una historia de anticipación al Neorrealismo, con actores de escasa trayectoria y en un ambiente casi al natural. El filme fue criticado en su país afirmando que dejaba mal sentada la imagen de los pescadores, pero el propósito de Fejös es evidente que se centraba en lo esencial, en cuestionar el machismo cultural y los matrimonios arreglados en los que las féminas han llevado siempre la peor parte.

El interés y el respeto profundo del director húngaro por la mujer, es perceptible en todos los filmes que le hemos conocido, y “JUICIO EN EL LAGO BALATÓN”, no iba a ser la excepción. Aquí Mária (Mária Medgyessy) -nombre que, también para Fejös, se ofrece como sinónimo de la mujer del común-, es la suerte de persona ignorada, manipulada, apaleada… y tratada como un ser despreciable cuando por fin decide expresar libremente lo que su corazón reclama. Los hombres son prepotentes, machistas, despectivos… y por eso, encontrar a un ser caballeroso, detallista y romántico como Mihály (Ernö Elekos), es para la muchacha la gran esperanza de su vida.

Las imágenes del director húngaro están cargadas de precisa iluminación, de belleza natural, y de situaciones dramáticas sobriamente recreadas, acompañadas casi siempre por una música coral, magníficamente interpretada por el coro Volkzsweisen dirigido por Viktor Vassy. El drama se desenvuelve en un gradual crescendo hasta llegar a una secuencia culminante de magnífica composición, donde se entrecruzan las más fuertes emociones, la imponencia de la naturaleza, y esa espiritualidad que para Fejös, como para nosotros, tiene siempre tantísimo significado.

“JUICIO EN EL LAGO BALATÓN” es otro filme muy meritorio en la filmografía de un director al que la poesía y la belleza le corrían por las venas.

Podría verse como una especie de Romeo y Julieta, a la húngara.
Jugando con supercherías ancestrales, tipo, si no pesco, es porque mi mujer me es infiel.

Un matrimonio concertado por el cacique del lugar, una mujer que ama a otro y ya tenemos drama romántico.

La película refleja con abundancia de situaciones, el folcklore húngaro de esa época.
Bailes, bodas, pesca, recogida de la cosecha, la vendimia, para designar el matrimonio concertado.

Una historia que debió ser dura y difícil de rodar, está ambientada en exteriores en su mayoría.
Tormentas, barcos a la deriva, peleas.
Mención especial, a la parte filmada en el agua, con la brava tormenta de por medio.
No sé como la rodaron, pero imagino que pusieron una piscina gigante.

Pone en entredicho los matrimonios de conveniencia, que el padre, cabeza de familia, designaba interesadamente, sin pensar en sus hijos, hijas.
También pone en tela de juicio, el patriarcado reinante, cómo supersticiones de corte religioso.
Parece ser que no cayó con agrado en la sociedad conservadora magiar de la época.
Una epopeya amorosa con un romántico amor de los de novela.