Bodas por encargo

Más que una película, este producto parece el episodio piloto de una serie cancelada ya en el primer capítulo. Para nuestra desgracia ni siquiera nos encontramos con la enésima copia de la comedia romántica, pues ni hay risas ni llantos, es una película que realmente pone a prueba la paciencia del espectador, el romance de Heather Graham es totalmente insustancial y las andanzas de una revista de moda para conseguir éxito comercial resulta de todo menos apasionante.

Supongo que Heather Graham aceptó la película porque ejerce también de productora de la misma y como ensayo de la serie que actualmente protagoniza, si ella y sus tramas pintan poco, el resto de secundarios es para llorar directamente...

Una cinta dirigida a las mujeres, para el "supuesto lucimiento" de Heather Graham, llena de color rosa (hasta un coche rosa tiene la prota), que no deja ni una sola escena en nuestra memoria. Un anuncio de tampax es más efectivo.

Lo mejor: que es corta.
Lo peor: totalmente descafeinada.

Pues sí, más de lo mismo, no sorprende en absoluto, con eso digo todo. Hay varios momentos en que ni siquiera engancha mínimamente. Personajes con guión muy predecible, pasando desde el padre que no ha sido padre durante toda la infancia y adolescencia de Graham, a las amigas que hacen el típico papel americano y el ya repetitivo amigo gay que hace de bufón durante toda la película. Además, para mi humilde opinión, las interpretaciones son bastantes flojas por parte de todo el reparto.
Decir que quizás para mentalidades "clásicas" americanas (en que el matrimonio es una especie de sino de paso obligado en esta vida) puede tener cierto interés, y más teniendo en cuenta el hecho de lo extraño que una mujer atractiva a los 30 años pueda estar todavía sin compromiso ni casada... pero saliendo de esta típica mentalidad, decir que es una absurda comedia americana con constantes toques rosas explícitos e implícitos absurdos.
Utilidad: para verla un domingo por la tarde en que el tiempo no acompaña.
En resumen, pese a decir que es bastante floja, se puede ver pero sin esperar NADA.
Ahí queda.

Horror absoluto ejemplificante de cómo no hay un fondo para el abismo más profundo de la estolidez cinematográfica. Nos hallamos ante algo parecido a una comedia romántica, en el que ni siquiera se atisba un romance medianamente interesante. Todo resulta predecible, cocinadito e indigesto como un empalagosillo pastel rosa, color que domina en casi todas las escenas de este subproducto, destinado para una clase de mujeres, las unineuronales, porque se me hace difícil imaginar que nadie con una inteligencia superior a un "border line" pueda sentir algo más que un bostezo mientras contempla esto.
Desconozco si por imperativos de producción o qué, pero me resulta curioso el desconocimiento del alma femenina que tienen las responsables de esta cosa, todas mujeres, desde la canadiense Nisha Ganatra, la guionista Tassie Cameron a la productora ejecutiva y protagonista Heather Graham, que será muy mona, muy rubia y con dos poderosas razones, pero que no parece haber aprendido mucho tras trabajar con grandes del cine "indie" o alternativo americano, como Paul Thomas Anderson (Boogie Nights), David Lynch (Twin Peaks) o Gus Van Sant (Drugstore Cowboy). Su papel como Pippa McGee, absolutamente odioso, responde a una visión tan "americana" y tan machista que es casi ofensiva: pretende ir de transgresora, de luchar contra un sistema social en el que poco menos que se condena al ostracismo a toda mujer que se acerca a los treinta sin haber logrado pillar marido, para concluir viendo que es todo fachada y que se pliega a la memez del romanticismo más descerebrado.
En fin...

La única sorpresa que me ha deparado Bodas por encargo es descubrir que es de nacionalidad americana, ya que emana por sus cuatro costados el peor tufillo de las típicas comedias románticas británicas de serie B. Nada hay en esta film que haga gracia, ni que emocione, ni siquiera que cabree, es tan sumamente insustancial que no se merecería ni siquiera que alguien escribiese una crítica sobre ella, así que mejor dedico mi tiempo a otra cosa.

Un rolllete. No entiendo por qué a esto se le llama comedia. Es un pastiche de cuidado. No hay historia, no hay diálogos que hagan que se preste atención, y se me ha hecho muy larga para, además, imaginarme, con acierto, cómo iba a acabar.
Cada día comprendo menos el humor americano. No es ni una buena historia de amor, porque no hay absolutamente nada de química entre la pareja protagonista.
En fin, muy prescindible.