Casanova Brown

Película simpática e insustancial, una 'frivolité' de Sam Wood. Tiene suerte el bueno de Wood de contar con esa pareja de formidables actores como son Gary Cooper y Teresa Wright. Bueno, y los secundarios están magníficos, sobre todo Frank Morgan y Mary Treen. Hasta la bebé tiene una expresión simpatiquísima. El problema de "Casanova Brown" es que uno no sabe a que atenerse, ¿es una comedia romántica al uso o una comedia loca?, Sam Wood no encuentra nunca el ritmo adecuado, los diálogos han quedado desfasados o muchos de ellos nos resultan incomprensibles (quizás sea por el doblaje de los subtitulos). Sí entendemos la mímica de Cooper y por eso nos tronchamos. Entendemos la dulzura de Teresa Wright y por eso nos conmueve. Lo que ya entendemos menos es el tono general de frivolidad que desprende la cinta.

Comedia de enredo menor la que nos ofrece Sam Wood, donde finalmente la protagonista es la preciosa muñequita que enreda toda la trama con esa simpatía innata que desprende sin necesidad de actuar, bonito casting de bebés que realizó la productora donde acertaron plenamente.

La comedia es ligera donde únicamente los rictus faciales de Gary Cooper rompen el tedio, con diálogos pasados de moda, y junto a la interpretación de Cooper destaca la dulzura innata de Teresa Wright, cuyo precioso rostro irradia ternura y pasión.

Interesante para para el rato. Bien, 6.

Una divertida comedia con bebé de por medio que me ha sorprendido gratamente. Sam Wood dirige a Gary Cooper y Teresa Wright en los papeles principales en este divertido enredo, donde Frank Morgan (el "mago" de Oz) se lleva la palma con sus chispeantes diálogos, además de una serie de escenas que me han hecho reir con ganas (el incendio de una gran casa es desternillante para un servidor, hacía tiempo que no me sorprendía la risa como en esa secuencia). En definitiva le doy un 7, ya que no llega a la excelencia por culpa de un final un poco precipitado.

Diálogos chispeantes, situaciones francamente hilarantes y una interpretación admirable proporcionan a la película un inusitado atractivo y un envidiable sentido cómico.
El prolífico y versátil S. Wood no era ningún novato a la sazón y por eso supo sacar máximo partido al estupendo guión elaborado por N. Johnson a partir del texto de F. Dell y de T. Mitchell.
Simplicidad y profundidad, excelente ambientación, notable capacidad de fabulación, narrativa eficaz, dinamismo, fluidez y un alto grado de madurez conceptual -también cinematográfica- no pueden dejar indiferente a nadie.
La interpretación del apuesto G. Cooper es magistral pero F. Morgan y el resto del elenco también imprimen sobre el celuloide esa magia especial de quienes están dotados para ponerse frente a la cámara.

Uno puede dejar pasar esta película, como si fuera una mera comedia de enredos, frívola y bobita. Incluso uno pude decirse a sí mismo que es natural suspender cualquier asomo ideológico o moral cuando se ve una película. Pero hay veces en que el problema es más complejo.

Para ir al grano: conseguir a Gary Cooper en 1944 para una película era un negoción, aún si el guión fuera una estupidez. Tanto, que se puede contratar a Sam Wood para dirigirla, y a nada menos que Nunnaly Johnson para adaptar la obra teatral, y éstos aceptar. Hay miles de ejemplos parecidos en el pasado y en el presente.

Pero hay temas a los que nadie se atreve. No se habría hecho una apología del nazismo, por ejemplo. Pero sí pueden atreverse a presentar personajes femeninos y abandonarlos a su suerte, tratarlos como materia humana al servicio de la historia y luego desecharlos sin más explicación.

Este problema de guion es digno de un principiante. No se entiende en una figura de la talla de Nunnaly Johnson. Pero eso no es lo importante. El problema es que devela lo que el mundo (y no solo el masculino) de 1944 podía abandonar a su suerte y lo que no. Y la mujer era uno de esos tópicos.

El público (incluso el femenino) podía claramente reírse con esta historia en 1944. Y creo que eso es grave, primero porque pone al descubierto el rol al que se sometía a la mujer, y segundo porque da origen a un justo reclamo posterior que en la actualidad ha crecido de tal modo que afecta hasta al idioma, y genera cupos en vez de fomentar la igualdad de oportunidades. SIn ir mas lejos la peli no tieen empacho en postular que Gary Cooper será mejor madre que Teresa Wright.

Este guion, desde su franca estupidez comercial, es peligroso, acaso sin proponérselo.

Para más datos véase spoiler