Haz click aquí para copiar la URL

Mi amigo Mr. Morgan

Comedia. Drama Un profesor de filosofía ya retirado conoce a una joven parisina. Y, de pronto, sus vidas cambian. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 >>
Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
14 de agosto de 2014
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Caine pertenece a esa estirpe de actores que aceptan casi cualquier papel que le llegue a su disposición, máxime cuando está bien pagado. Eso no le exime de ser un muy buen actor, aunque de haber prestado menos atención a la billetera seguramente estaríamos hablando de un intérprete bastante más legendario. Si bien antes de llegar a los 90 había trabajado con muchos directores de renombre (Allen, Lumet, Aldrich, Preminger, Losey, Huston, Mankiewicz, Donen…), a partir de esa fecha comenzó a aceptar papeles en películas más palomiteras, llegando incluso a trabajar con Steven Seagal y con la guinda final de ser uno de los actores fetiche de Nolan.

Una de las últimas actuaciones de Caine nos llega con Mi amigo Mr. Morgan (Mr. Morgan’s Last Love en el original, por una vez casi prefiero el título de aquí) una producción de hasta cuatro países (Alemania, Bélgica, EEUU y Francia) a cargo en dirección y guión de la alemana Sandra Nettelbeck, realizadora semi-desconocida pero que recolectó bastantes premios y nominaciones con su ópera prima Deliciosa Martha (fue nominada al Goya a la mejor película europea, por ejemplo). Como es lógico, el papel que desarrolla Caine en la cinta es el del señor Morgan al que hace referencia el título, un hombre que no ha superado la muerte de su mujer y que ahora vaga casi sin rumbo por una ciudad de París donde no tiene familia ni amigos. Al menos hasta que conoce en un autobús a la joven Pauline, una profesora de baile que tiene el dudoso honor de convertirse de la noche a la mañana en la persona más importante de la vida de Morgan.

Pauline está encarnada por la francesa de rostro angelical Clémence Poésy, una actriz que no ha sumado demasiadas interpretaciones relevantes pese a tener ya 31 años, cosa que le sorprende sobremanera a quién aquí escribe ya que este tipo de actrices con una imagen tan buena suelen estar bien solicitadas. Quizá haya tenido pretensiones más altas que las que su caché actoral merecía. En cualquier caso, la pareja Caine-Poésy arranca la película con una química bastante sorprendente, teniendo en cuenta la diferencia generacional e idiomática que existe entre ambos. En general, durante la primera media hora de metraje la película engancha bastante, es fácil implicarse emocionalmente con ese anciano perdido en una bella ciudad, que vive de un recuerdo que ya no pertenece al mundo de los vivos, así como con la actriz francesa que si bien no destila tanta calidad interpretativa, construye un personaje a la altura de su papel.

Los problemas llegan a partir del ecuador de la cinta, cuando lo que antes era evocador y despedía una ternura romántica, se convierte en un producto plomizo, motivado por el dramatismo exacerbado que se desprende de las conversaciones y la evolución de sus personajes. Mi amigo Mr. Morgan se pierde en un lío de romances absurdos, de sentimientos que dan la vuelta más rápido que un ventilador, de demasiados gestos y poca chicha en lo que se refiere a los diálogos. Es irreprochable entonces que el espectador pueda caer en el tedio a partir de un cierto momento, ya que cuando se le dan tantas vueltas a un mismo asunto al final no quedan argumentos de los que tirar.

Buen intento el realizado por Nettelbeck a la hora de retratar sentimientos tan sugestivos como la nostalgia, el amor, el sentido de pertenencia o incluso los lazos familiares, pero desafortunadamente resulta difícil calificar a Mi amigo Mr. Morgan como una película satisfactoria, dado el poco carácter que muestra en la segunda mitad de película a la hora de proseguir con una evolución que al comienzo de la misma parecía muy gratificante. Demasiada ambición a la hora de encarar una película de casi dos horas sin excesivos fundamentos para ello, confiando casi en que sus protagonistas le salven de caer al agua, algo que ni siquiera el gran Caine puede impedir. No llega a ser un naufragio, pero la película sí acaba pidiendo a gritos un salvavidas.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
Kasanovic
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de noviembre de 2013
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno voy a tratar de ser breve en una historia que no lo es porque la verdad necesitas ver esta buena película que cuenta con detalles el dolor de una perdida tan importante para uno como lo es la pareja que lo acompaño toda una vida,
Morgan, (Michael Caine) es un viudo resiente que no ve a sus hijos hace tiempo que no encuentra motivo de vivir y por que el destino lo quiso conoce a una muchacha (Clemense Poisy) que empieza a cambiar su vida y trae a su mente el recuerdo de su difunta esposa.
Hermosa la historia con un mensaje y una enseñanza muy noble y pura, que nos roba un poco de tiempo pero que nos da un verdadero toque al corazón.
Bella novela de Françoise Corner adaptada por Sandra Nettelbeck , entretenida y directa al corazón como dije antes
La actuación de Michael Caine muy buena y bien lograda sobre todo en su rostro que pareciera que en vedad le dolería la perdía de su amada; Y también buenas actuaciones de Poseí, y Justin Kira.

Buena
alekhan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de marzo de 2015
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de cumplir 42 años y mi afición por el cine comenzó muy lejana en el tiempo. Con 8 años ya era un adicto a todo tipo de cine, era raro que un fin de semana no acudiera al cine el sábado y el domingo, gran culpa de ello la tenía un buen amigo de mi padre, dueño del cine y el cual me hacía entrar gratis.

Pues desde ese tiempo vengo viendo películas del señor Caine, comedias, cine de espionaje, dramas, acción, aventuras y cuanto más lo veo, más me encanta. Pero todo tiene un final y ya con más de 80 años, está cada vez más cerca. Jamás le podré agradecer todo lo que me ha hecho disfrutar con sus interpretaciones.

Mi amigo Mr. Morgan es una gran película, pero no de esas que te rellenan con un reparto espectacular, una trama que te mantiene pegado al sillón sin apenas respirar o cargada de efectos especiales jamás visto antes. No, simplemente es una película que te cuenta una gran historia, motivo más que suficiente para convertirla en una gran película. Cuando te cuentan algo real, cercano, con lo cual identificarte y sentir empatía por los personajes allí vistos, te llega mucho más profundo. Y eso es lo que me ha pasado con la película de Sandra Nerelbeck. Soy de los que piensan que una mujer ejemplifica mejor en pantalla los sentimientos y así lo ha demostrado la directora. Una historia que nos habla del ciclo de la vida, perder a un ser querido y tu acompañante durante gran parte de tu vida. Ver a partir de ese momento el mundo y el amanecer de cada día de forma diferente, con menos ilusión, con menos ganas, pedir que tus días sean más cortos en esta existencia para reunirte con ese ser querido.

Nos cuenta el punto de vista de igual forma de un personaje joven que se ha visto en la misma tesitura, pero al cual aún le quedan muchos años por vivir. Se nos muestra una amistad sincera entre un hombre y una mujer sin que medio el motivo económico o el sexo de por medio. Amor fraternal puro y duro. Este motivo ocasionará que nuestro personaje principal Walter Morgan recupere la ilusión de nuevo, llegando incluso a acudir a clases de baile. Y tener citas ocasionales. Entre tanto aparecerán sus hijos por supuesto, quienes no entenderán la relación de una joven lista y guapa, con un hombre maduro. No desvelaré más.

Es una historia preciosa, donde los personajes no se guardan nada, donde una vez ganada la confianza se abren como un libro y hablan libremente de sus sentimientos sin tener en cuenta las consecuencias. Hay una parte que es la más floja de la cinta, ese romance para mi muy forzado entre dos de sus protagonistas y la cual le resta magia al resto de la historia. Se inclina hacia una dirección que es muy predecible.

Disfruten de ella.
THE CROW
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de enero de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esa es la descripción más fiel que se me antoja sobre la vejez, el periodo postrero de nuestra vida, del que deberíamos saborear en toda su intensidad, pero que por diversas razones termina, a veces, siendo triste y desolador. Se trata de un conmovedor film de la directora alemana Sandra Nettelbeck que se dio a conocer hace unos años con “Deliciosa Martha” (2001), de la que los americanos hicieron un remake, “Sin reservas” (2007). La cineasta nos describe la situación del anciano Morgan (un colosal Michael Caine), antiguo profesor de filosofía en Princeton (U.S.A.) que abandonó su país natal para vivir con su esposa (Jane Alexander) en París. La escena que abre el film precisamente alude a la perdida de su compañera en un desgarrador adiós tras una larga enfermedad. A partir de entonces su vida solitaria en un lujoso apartamento en el centro se vuelve gris y sin sentido, a pesar de su excelente posición económica, sus paseos por unos parques otoñales y semivacios nos transmiten esa melancolía y esa tristeza infinita.

Su vida es cada día rutinaria, incapaz de comunicarse en francés hasta que en un trayecto en autobús un día conocerá a la joven Pauline (Clémence Poésy) una francesa profesora de baile, de notoria sensibilidad que encuentra en el anciano una relación de amistad que suple las carencias de ambos, que no es otra que la soledad, pues la joven no se entiende bien con los hombres y el anciano tiene una relación pésima con sus hijos de América. A partir de entonces el film emprende sus mejores momentos con la relación de los protagonistas, quienes pasan por todo tipo de circunstancias emocionales en su relación, se complementan y se enriquecen hasta que sus hijos, de los que nunca se ha sentido querido, irrumpen con su llegada a París en la vida del anciano, tras una lamentable decisión equivocada.

Es entonces cuando la película da un giro argumental, en mi opinión, equivocado y lamentable, que casi destruye todo lo que se había construido hasta entonces, tomando derroteros inadmisibles e incoherentes con la lógica del film. Es entonces cuando la trama avanza de manera lenta y anodina, abandonando el excelente tono de la primera parte del film y decantándose descaradamente por un tono más sentimentalista que consigue cambiar lo profundamente lacerante por lo trivial. No obstante, pese al serio problema de elementos del guión que la cineasta no termina de manejar con solvencia, el film sigue siendo interesante por el tema tan actual que aborda sobre el mundo de la tercera edad. Todo lo erróneo del film queda soterrado por la maravillosa actuación de Michael Caine que se basta y sobra para sacar adelante el film, creando un personaje fascinante y lleno de matices que le colocan como uno de los grandes actores de su tiempo. La recomiendo pese a la opinión de los críticos profesionales que denostan el film.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de abril de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo una película puede comenzar bien y terminar tan mal? Ahora se trata de El último amor del señor Morgan (2013), filme escrito y dirigido por la alemana Sandra Nettelbeck y con actuación del británico Michael Caine. Nos encontramos ante un relato de buen comienzo e interesante al principio. Lo que sucede luego es casi inexplicable. La película pierde fuelle y se hunde en su autocomplacencia: solo queda del ahogado el sombrero: la presencia del actor Michael Caine no es suficiente. Eso sí, en la retina nos queda la exquisita actuación de la joven actriz Clémence Poésy. La historia va a tono del melodrama con un personaje crepuscular: el señor Matt Morgan. Un día, en el bus, en París, el señor Morgan conoce a una jovencita generosa llamada Pauline Laubie (¡aquí Clémence Poésy!) y, entre ellos, surge una galana empatía que roza el más extraño amor. Lo que comienza con deliberado tono poético, como si fuese sonrisa de la vida, empieza a enredarse en sus propios mecates al transcurrir el relato y, entonces, la narración le quema las manos a la directora (pese a tener de base la novela de Françoise Dorner). Pasado el primer tercio, todo parece un despropósito, más bien. En lo que sí este filme no escatima imágenes es para mostrar el encanto de París y esto podría valer el boleto. Eso y Clémence Poésy.
http://lahuelladelojo.blogspot.com
wílliam venegas
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    Ana Such
    1961
    Franz Peter Wirth
    arrow