Haz click aquí para copiar la URL

Flor de cactus

Comedia. Romance Julian Winston (Walter Matthau) es un soltero cuarentón que va por la vida de seductor. Su última amante es la caprichosa e infantil Tonie Simons (Goldie Hawn), a la que hace creer que está casado y tiene tres hijos, es decir, que no es libre para casarse con ella. Julian es dentista y tiene una recepcionista sueca llamada Stephanie Dickinson (Ingrid Bergman), que lleva diez años desviviéndose por él. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
9 de agosto de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita y entretenida comedia de enredos y más enredos. Que lástima que ya no se hagan películas de este tipo en la cinematografía actual, guiones redondos y actuaciones estelares. Comprobar como dos de los grandes: Matthau un especialista de la comedia y que con sólo su presencia despierta toda nuestra simpatía y la gran Ingrid, actriz camaleónica que nos demuestra que en la comedia también se encuentra como pez en el agua, es toda una delicia para nuestros sentidos. El resto del reparto está genial con una Goldie Hawn adorable y a la que le dieron un oscar por su interpretación. Es de las películas que desde que empieza hasta que termina no baja en ningún momento el nivel y que nos saca más que alguna carcajada. Sin duda que el director Saks se movía muy bien en este tipo de comedias como ya nos demostró en "Descalzos en el parque".
mateus64
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de octubre de 2016
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
197/14(23/10/16) Irregular y envejecida comedia realizada por Gene Saks, el paso del tiempo la ha maltratado, dejando muchos de sus momentos y situaciones en una caricatura burda pasada de vueltas, donde su juego de mentiras y enredos, falsas parejas, se estira demasiado hasta desbarrar. Producto que tiene su punto fuerte en su trío protagonista, Walter Matthau, Ingrid Bergman y Goldie Hawn, esta en su debut en cine obtuvo el Oscar a actriz secundaria. Es la adaptación de una exitosa obra teatro (de Broadway) de Abe Burrows, a su vez se basó en una película francesa homónima de Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy, el guión es del gran IAL Diamond (mítico colaborador de Billy Wilder, del binomio salieron 11 films, como “Con faldas y a lo loco”, “Un, Dos, Tres” o “El apartamento”), en principio los elementos eran inmejorables, el director que debutó (también obras adaptadas del teatro, y con el escenario de Nueva York) con la notable “Descalzos por el parque” (1967) y siguió con la maravillosa “La extraña pareja” (1968), el guionista de obras maestras (de las comedias ácidas), y unos intérpretes de prestigio, pero el resultado final queda en una ramplona comedia de farsas encadenadas, de mentiras que solo se salvan con más mentiras. Bien es cierto que es una película sin más pretensión que hacerte disfrutar un rato, y esto lo consigue a medias.

Estamos en Nueva York, Toni Simmons es una chica de 21 años, tras un desengaño amoroso intenta suicidarse, pero lo impide su vecino Igor Sullivan (Rick Lenz). Cuando se entera de lo sucedido su amante, el dentista Julian Winston (Walter Matthau), decide recomponer la situación y casarse con ella, el problema es que como escudo al principio le contó a Toni que estaba casado y tenía tres hijos, y para no decir la verdad le cuenta que piensa divorciarse, la situación se complica aún más cuando Toni desea conocer a su esposa. También tendrá importancia en la historia la secretaria de Julian, Stephanie Dickinson (Ingrid Bergman), y dos clientes amigos de Julian, Harvey Greenfield (Jack Weston) y Arturo Sánchez (Vito Scotti).

Una comedia que tiene un potente inicio, jugando con las apariencias, con las mentiras, con truhanes, con la inocencia, con diálogos frescos, con situaciones estupendas, pero a medio metraje (o menos) todo se convierte en un barullo cercano a la astracanada, ello asentado en las penosas escenas de la discoteca, un peso muerto que echa a pique el film. Tampoco ayuda que desde el minuto cinco todo se hace tan previsible como que después del día viene la noche, todo lo reguilar (siendo benévolo) se acentúa cuando conforme avanzan los minutos su desarrollo se vuelve más y más esperpéntico, donde la mínima racionalidad ha sido absorbida por una sensación de artificiosidad plus. Trata temas como la mentira, el adulterio, los sacrificios por amor, pero tratados de un modo naif.

Destacaría sobre la inanidad del producto, la grácil y encantadora actuación de Goldie Hawn, un encanto, extrovertida, simpática, sensual, con esos ojazos saltones, con su candidez, una actuación por la que ganó el Oscar, y asimismo quedó encasillada en este tipo de roles. Está el baile descocado de Ingrid Bergman, el llamado “Baile del dentista”, todo un shock para los que la tenemos en mente por su Colosal papel en “Casablanca”, provocando en mí una mezcla turbadora entre vergüenza ajena y perplejidad, ello para una actriz sueca nada acostumbrada a la comedia, de hecho ello actúa cual si estuviera en un drama, su rostro estoico y flemático apenas deja entrever sonrisa alguna. Mala es la elección de Walter Matthau para un personaje de playboy, no te lo crees, chirría con Goldie Hawn a su lado, por supuesto que la vis cómica la tiene, arrolla con su mordacidad, pero de enamora-jóvenes queda muy forzado (quedándome corto), este error de casting se maximiza cuando además de no tener compenetración alguna con Hawn, tampoco la tiene con Bergman, su química es nula, con lo que además de un guión que derrapa, parte de los protagonistas no suman.

La puesta en escena, a pesar de querer alejarse de su origen teatral se nota mucho de donde proviene el libreto, con diseño de producción de Robert Clatworthy (“Sed de mal”), rodándose en Nueva York, con pocos exteriores, el relato se centra en su tres escenarios, la consulta del dentista, la casa de Toni, y un local de fiestas, con una realización funcional, con una fotografía a cargo de Charles Lang (“Con faldas y a lo loco”), muy luminosa, en la tonalidad de fulgor cromático que su premisa de comedia trivial requiere. Lo más reseñable es su banda sonora obra de Quincy Jones (“El color purpura”), una delicia que nos sumerge en la época, con temas además que se oyen del propio Quicy y Neil Diamond.

El productor M.J. Frankovich se hizo acreedor del odio de Lauren Bacall cuando desestimó su participación en la película en favor de Ingrid Bergman, a la sazón nueve años mayor, para representar el papel de la sufrida enfermera Stephanie que es la fiel colaboradora del Don Juan odontólogo Dr. Julian Winston.

Comedia pasable, que desaprovecha el tremendo caudal de actores que integra en su historia. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de enero de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a empezar con un enorme tópico que en mi opinión es una verdad como un templo: "ya no se hacen comedias como las de antes".

Se trata de uno de los géneros que más odio, la comedia romántica, y para más delito combinada con una buena dosis de enredo. Pues aunque parezca extraño esta no da ganas de vomitar. Imagino que se debe a la brillantez del guión, firmado, como no, por el magistral I.A.L. Diamond.

No podemos comparar a Gene Saks con Wilder, sería injusto pues estamos hablando de tal vez uno de los mejores directores de todos los tiempos, al menos en lo que se refiere a la industria de Hollywood, pero si de alguien capaz de divertir, entretener sin pretenciones y sin recurrir al lagrimeo facil, o a la broma burda y grosera, que sería lo más fácil.

El guión se desliza por toda la película sin llamar la atención, no hay la más mínima incongruencia y eso es muy de agradecer. Claro que hay enredo y algunos giros sorprendentes, pero esta no es una película de Bergman, es para dejarse llevar y disfrutar de una historia divertida, bien contada y con unos excelentes actores, porque hay que descubrirse ante lo trabajados que están los personajes secundarios y lo bien que encajan en el guión. Magistral.
awrence
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de mayo de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simpática comedia, amable, con sentido del humor y entretenida.
Enredo amoroso entre 4 protagonistas, llena de tópicos pero bien construida.
Muy bien interpretada por sus protagonistas, encantadores en sus papeles.
No decae y te mantiene interesada todo el tiempo...a pesar de lo previsible del guión.
Mas que carcajadas dibuja sonrisas.
Solidad
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de noviembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agradable comedia de origen teatral, llevada a la pantalla por Gene Saks, ( " Descalzos por el parque", " La extraña pareja"...) y guionizada por I.A.L.Diamond, el compañero de Wilder en el alumbramiento de los ácidos guiones de " Con faldas y a lo loco", " El apartamento", " Uno, dos, tres", " Irma la dulce"...ya nos hace la promesa de que nos vamos a encontrar con una película, cuando menos, apoyada en un texto inteligente y corrosivo.
Pero es que además la interpretación corre a cargo de tres actores fantásticos, con lo que esta cinta, no puede dejar de resultar como mínimo, estimulante.
Walter Matthau en su papel de ladino sinvergüenza, que siempre lo clavaba. Ingrid Bergman de la cual no hay que explicar nada, ya que hiciera el papel que hiciera, dotaba de entidad y carisma a su personaje. Y el debut de Goldie Hawn, que en este film se llevaría el Oscar a la mejor actriz de reparto, que nos revelaría a la gran actriz de comedia que es.
La película, al igual que todas las de este director, no oculta su origen teatral, con lo que me temo que a más de uno le echará para atrás. Casi toda la película se apoya en el genial guion, en una trama de equívocos, enredos y mentiras donde los diálogos son protagonistas y cuya comicidad se apoya en ellos en exclusiva.
Y a mí, eso no me importa. Siempre he pensado que las películas no son sólo para ver sino también para escuchar y he aquí la baza del film.
Matthau es un dentista maduro que lleva toda su vida picando de flor en flor. Últimamente mantiene una relación con una jovencita, deliciosa Hawn, a la que desde el principio de la relación le ha hecho creer que está casado y con tres hijos, para quitarse complicaciones en el caso de que ella pretenda un compromiso y hacerle ver que él es muy honesto y desde el principio ya le había advertido de la situación.
Por otra parte en su consulta, trabaja una enfermera. Una mujer madura y solterona, que se ocupa de todas las necesidades domésticas para su comodidad.
Pero llega un momento dado que decidirá sentar cabeza y casarse, con lo cual le dirá a su novia que se va a divorciar. Ésta, joven e idealista, no querrá de ningún modo romper una familia e insistirá en conocer a su mujer, a fin de asegurarse de que también ella desea el divorcio. Éste será el principio de una serie de mentiras y engaños que irán aumentando sin fin, convirtiendo la vida de Matthau en un caos.
Película inteligente y simpática no tiene situaciones hilarantes, sino un humor fino y sutil llevado a gran ritmo.
Otra cosa que quiero destacar, es que vista hoy en día, la estética del film representa un valor añadido que, lógicamente cuando se hizo no era su intención. Me refiero a la estética hippie, en plena ebullición entonces, que vista ahora, aporta una simpatía y frescura encantadora.
La ropa de Goldie, los decorados de su vivienda, la tienda de discos donde trabaja, la discoteca, la manera de bailar de aquellos años. Saks cuando la hizo, sólo estaba plasmando su época pero verla ahora, le aporta un valor añadido en mi opinión, en cuanto a fresco histórico de una moda muy particular y única.
Por último quiero declarar mi desacuerdo con alguna opinión que declara a esta película como un poco " rancia". ¿ De verdad?. A los que la hayan visto. ¿ No pensáis que los valores morales que tiene este film demuestran una mayor apertura de mente y un pensamiento más liberal que la gran mayoría de películas actuales?. Yo por rancio entiendo los comportamientos y actitudes anticuados y ya superados y no creo en absoluto que lo que trata este film lo hayamos superado en absoluto, más bien al contrario.
Ahora, si por " rancia" critican la estética y ambientación de la película pues, qué quieren, es un film de 1969. A mí me pasa al revés. Yo la aprecio por su autenticidad. Ninguna película que hicieran hoy ambientada en esa época conseguiría captar la realidad de ella.
Izeta
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow