Al filo del tiempo

Cuando la vi por primera vez, por su banda sonora y los efectos especiales, hubiese dicho que esta película era de mediados de los 60. Sin embargo, el aspecto físico de Paul Newman, James Franciscus o Ernest Borgnine (por poner algunos ejemplos), así como las decoraciones o los modelos de coches, no me cuadraban. Así fue como buscando en imdb comprobé (al igual que en FilmAffinity) con asombro que es de 1980!
Coincido con otras opiniones en las que se habla del pobre guión, el previsible argumento, el manoseado esquema; o por otro lado la buena plantilla de actores, cosa que siempre es un gancho y que gracias a eso le he dado un 4.
Pero donde no se puede dar ninguna concesión es en la machacona banda sonora (especialmente en situaciones tensas) y los pésimos efectos especiales propios de un film 15 años más viejo.
En cuanto a la estructura psicológica de los personajes, es demasiado simple y extrema, lo veremos más abajo.
En definitiva, me resulta muy difícil recomendar un engendro de esta clase. Sirvan como ejemplo escenas que describo a continuación.

En fin, esa metedura de pata del título es por la manía de cambiar el original para la distribución en España, y está bastante mal hecho en este caso.
Cuando vivimos el “revival” de las catástrofes en los 90, y tuvimos “Volcano” y “Un pueblo llamado Dante’s Peak”, pocos recordamos que en la fase inicial de este género ya tuvimos el volcán de turno con esta película no demasiado conocida, quizás por no estar muy bien hecha y ser un tanto olvidable.
Y eso que no falta el cliché de tener algunos famosos en el reparto. Aun así, ni el protagonismo del gran Paul Newman consigue subirle muchos puntos a este film.
Además de sus descaradas carencias técnicas, tarda demasiado en arrancar, y eso no procede en una película que dura 105 minutos.
Aunque se puede pasar un rato entretenido viéndola si nos ponemos el chip cinéfilo de finales de los 70 y principios de los 80, hay que reconocer que es un título muy menor, tanto en la filmografía de Newman como en el género de catástrofes en general.
Eso sí, tiene dos curiosidades. Primero, que aparece el maestro de “Karate kid”, y luego, que el novio de Bárbara Carrera tiene todas las pintas de Camilo Sesto.

Cuando dirigió y produjo “La historia de la humanidad”, a Irwin Allen se le prendió la idea de que, para tener éxito con una película, importa mucho más la elección del reparto que la historia. Quizás se acordó de que, también él, iba al cine animado principalmente por los nombres de los actores y no por quien hubiese escrito el guion o por la suerte de historia que se contara.

Cuando alguna vez, al director Fred Zinnemann, le preguntaron que es lo más importante de una película, respondió al instante: “El guion, el guion y el guion”. Imagino que, si Allen alguna vez leyó esto, debió de haberse reído bastante. Pero ambos tienen razón, porque la idea de Allen es válida cuando el objetivo es puramente comercial, y la idea de Zinnemann es la precisa cuando, ante todo, se piensa en hacer arte.

Con su idea bien fija en la cabeza, las siguientes películas de Allen, “Cinco semanas en globo”, “La aventura del Poseidón”, “The towering inferno” … se lucieron por los renombrados repartos que incluían y, además, el productor aplicó una idea adicional: “Actores famosos venidos a menos se pueden contratar a mitad de precio”.

Este cuento, sirvió lo mismo para “WHEN TIME RAN OUT” (nada que ver con el fin del mundo, pues, se alude es al tiempo límite que le queda a un limitado grupo de personas para huir de un grave peligro) y aquí se pudo contar con Paul Newman, Burgess Meredith, Red Buttons, Ernest Borgnine… y hasta con William Holden, ¡tan alcoholizado que hubo que ponerlo en tratamiento antes de comenzar a rodar! (1). A su lado, la exquisita belleza de Jacqueline Bisset, la piel latina de la nicaragüense Barbara Carrera y el porte de modelo de Verónica Hamel, sirven para oxigenar el paisaje.

Al momento de la historia, Allen se sacó del bolsillo a Stirling Silliphant para que -probablemente a muy bajo costo-, reutilizara la fórmula de los anteriores filmes de catástrofes en los que también participó- cambiando simplemente el ambiente y el conflicto. Pero, en vista de que el presupuesto se fue, en gran parte, pagando al extenso reparto, el segundo recurso de Allen para atrapar al público (¡los efectos especiales!), se vio reducido al mínimo, y ya que lo hecho venía resultando muy parecido a la serie B, se acudió a contratar al guionista, Carl Foreman, para que reforzara la trama con algo de romance y de toque humano, siendo, precisamente esto, lo único rescatable de un filme bastante predecible y con mucho de deja vú.

Fue éste, el último guion en el que Foreman participara, pues, aquejado luego de un tumor cerebral, debió retirarse hasta su fallecimiento, acaecido el 26 de junio de 1984.

(1) www.imdb.com

Título para Latinoamérica: “AL FILO DEL TIEMPO”

Uno de los últimos ejemplares del cine de catástrofes que dominó las carteleras comerciales en los setenta, siempre con la misma fórmula: transatlánticos que se hunden, aviones de pasajeros en grave peligro, superedificios que se incendian, y también terremotos, maremotos y volcanes...

Un grupo de personajes, ajenos a la que se les viene encima, dilucidan sus problemas amorosos o de cualquier otra índole normal mientras, por otro lado, se va fraguando la catástrofe que termina igualándolos a todos en una lucha por sobrevivir. El film presenta correcta factura, buenos efectos especiales y, siguiendo la norma establecida para el cine de catástrofes, un excelente reparto.

Prometedora, sencilla, simple, básica, insulsa, interesante, irregular, reiterativa, mediocre, absurda, floja y decepcionante producción del cine de catástrofes que desperdicia y echa a perder la presencia de un reparto con diversas personalidades de renombre en el mundo del cine, en una trama que sigue los esquemas habituales de este tipo de producciones pero sin lograr deslumbrar, ni emocionar.
Producción de catástrofes totalmente catastrófica en todo los apartados. Pobres y desfasadas interpretaciones para una historia carente del interés necesario para mantener la atención del público. El paso del tiempo ha jugado en su contra y lo cierto es que no deja en buen lugar a esta producción mediocre que desperdicia un reparto de colosales estrellas, para estrellarse en la ruina.
Producto decepcionante y realmente prescindible.