Al filo del tiempo

El dueño de una isla al sur del Pacífico mantiene en secreto la inminencia de una gran erupción volcánica, a fin de no espantar a los turistas.

El último film del productor Irwin Allen y también el ocaso del Cine-Catástrofe, pues se limita a repetir todos y cada uno de los clichés de este subgénero, amén de presentar un plantel de estrellas desaprovechadas y unos efectos especiales que apenas animan la velada. Aun así, funciona como distracción y recuerda inequívocamente a "El diablo a las cuatro".



"Puede que mañana sea tarde."

En los años setenta se rodaron infinidad de películas sobre catástrofes de las que muy pocas merecen ser recordadas actualmente, lo más destacable que compartian la mayoria de ellas era un extenso reparto plagado de estrellas y poco más. "El dia del fin del mundo" cumple con la premisa, un guión nefasto sobre un volcan que entra en erupción en Hawai y un grupo de personas que luchan por sobrevivir. La Warner convenció a Paul Newman, William Holden, Jaqueline Bisset, Barbara Carrera, Edward Albert o Ernest Borgnine entre otros para participar en este bodrio, y es que aparte del guión los efectos especiales son lamentables y algunas escenas estan alargadas sin sentido, tardan media película en cruzar un puente por ejemplo. En fin, no vale la pena extenderse mucho más en comentar esta película, solamente decir que es recomendable para echarse una siesta, seguro que cuando despiertes todavia estan cruzando el puente.

El último film de Irwin Allen relacionado con las catastrofés. Un reparto espectacular para un film
que se estrelló en taquilla cuando este género estaba totalmente devaluado. Pese a todo tiene grandes alicientes: la espectacular belleza de Barbara Carrera, el cínico papel de James Franciscus, buenos efectos especiales y poco más. Merece un visionado.

Los estudiosos del cine pueden analizar esta película para comprender lo que era un film de productor de los clásicos, solo que al final de su ciclo, pues es una producción de 1980. Se trataba de contratar guionistas de prestigio, que lo eran, pero no hicieron un buen trabajo, pues el presupuesta de partida era un novela barata (solo destacable por el lugar donde ocurre la trama, la exótica Hawái). Luego había que buscar un actor de peso, Newman, como apuesta segura, bien acompañado por gente de prestigio y solvente, como William Holden o Borgnine. No faltan las tías guapas, con una belleza en su mejor momento como la de Bárbara Carrera. Pero se equivocó el productor Allen en unos efectos especiales terribles por lo malos, y un director del montón que, claro, no se puede lucir con un guión tan flojo. El resultado es la peor película de Paul Newman desde el Cáliz de Plata, que ya es decir. Así, al final la peli es interesante para demostrar que hasta los grandes como Newman cometían errores al elegir sus pelis.

Después de sobrevivir a un coloso en llamas Paul y William se encontraron sin querer, aparte de unos cuantos kilos de más y no precisamente de lorzas, en otro marrón con un final entre las llamas. Luego está el entrenador de Rocky haciendo de funambulista que me recordaba con la pértiga a ET en el El circo. Mucho fuego y poca chicha mona y ninguna sola.