Al filo del tiempo

Digo yo que ante tanta chica guapa que aparece en "El día del fin del mundo" el volcán se puso a hervir acalorado y de ahí a vomitar lava como un loco. Ellas tuvieron la culpa de la erupción. Hablando en serio, de entre las tres actrices "responsables", un servidor elaboraría el siguiente ranking, de menos a más atractiva: 3º Veronia Hamel (Nikki Spangler), 2º Jacqueline Bisset (Kay Kirby) y 1º Barbara Carrera (Iolani), la más guapa de todas, la inolvidable villana de "Nunca digas nunca jamás". Claro que puestos a decir, tengo que reconocer que Paul Newman con 55 años que tiene podría aparentar unos 40.

Volviendo a la película, la fórmula de James Goldstone es la clásica del género de catástrofes, muy popular en los 70 con obras como "El coloso en llamas" o "La aventura del Poseidón". Lo malo de este intento es que llega un poco tarde, además de que no innova nada, sino que repite los mismos esquemas: presentación de los personajes, malo (o tonto, según se mire) que se niega a tomar la mejor solución, grupito que busca una salida, varias muertes en el camino y final... que no voy a decir (SPOILER). Quizás lo más novedoso esté en las historias románticas que se entrecruzan, cosa que aparte de producirte cierta irritación (William Holden, lo siento, pero con más de 60 años, ¿cómo vas detrás de esas mozas a las que casi doblas la edad?) no viene muy a cuento.

Afortunadamente la situación tiene el suficiente interés como que el visionado te resulte ameno, aunque tanto los efectos especiales como las secuencias de peligro podrían ser mucho mejores. Si bien por lo que veo, la escena del puente no es muy valorada por el personal a mi no me ha parecido mala. En cambio alguna otra si que me ha resultado, sino aburrida, si risible. Por ejemplo, los dos tíos enganchados en el helicóptero por fuera o la bajada al volcán en ese especie de ascensor en pésimas condiciones.

De todos modos, pese a las carencias de "El día del fin del mundo" cumple con la función de entretener, ofrece un cartel de buenos actores y unas cuantas caras bonitas y por lo menos te mantiene la incertidumbre de quién se salvará y quién no.

Era obvio que la fórmula de película catastrófica de corte clasicista con reparto y argumento relativamente coral estaba más que exprimida. Cuando se ve este discretísimo film uno recuerda con añoranza El Coloso En Llamas o La Aventura Del Poseidón, de las cuales directamente copia alguna situaciones sin el menor sonrojo (véase la escena del helicóptero, o la extensísima y aburrida escena del puente de madera). Ni siquiera la estimable presencia de un Newman un tanto hierático y calcando su papel de heroe incomprendido del citado Coloso, merecen la pena de esta cinta. Obviamente los pobretones efectos especiales no ayudan al conjunto.
Del reparto destacaré también que Barbara Carrera aparece muchísimo más atractiva que la celebérrima Bisset, con un cardado ciertamente penoso.

PD: ¿Nominada al Oscar por el vestuario? Que venga Dior y lo vea...

James Goldstone (Montaña rusa, Quinientas millas) dirige El día del fin del mundo, un film más del recurrente género de las catástrofes, el cual parece que nunca pasará de moda.

Este tipo de películas tienen casi siempre el mismo esquema: por un lado tenemos a dos personajes antagonistas, el incomprendido héroe que avisa del peligro y el poderoso de turno que prefiere arriesgar centenares de vidas antes que arriesgar su poder y prestigio (como si pudiera librarse así como así de una gran hecatombe); después está la tragedia en sí, al menos la parte más terrible; por último viviremos las peripecias de un reducido grupo de supervivientes que las pasará canutas para intentar llegar con vida al final de la historia.

Dado que el esquema mencionado es casi inamovible, existen dos recursos para hacer atractiva la trama: aumentar la calidad de guión o la de los efectos especiales. Para lo primero hace falta inteligencia, para lo segundo dinero. Es posible que en El día del fin del mundo gastasen todo su presupuesto en su estelar reparto, ya que la factura visual es bastante pobre, pero independientemente de ello, hay que reconocer que antes se cuidaba más el relato mientras que en la actualidad sólo parece importar el más difícil todavía en concepto de efectos espectaculares.

Este film guarda bastantes cosas en común con uno de los más famosos dentro del género: El coloso en llamas. Una de ellas son dos de sus pesos pesados como Paul Newman y William Holden. Además disfrutaremos del trío de bellezas conformado por Jacqueline Bisset, Barbara Carrera y Veronica Hamel, además de intérpretes de la talla de Red Buttons, Ernest Borgnine, James Franciscus, Edward Albert o los ya entrañables entrenadores de Rocky Balboa (Burgess Meredith) y Daniel San (Pat Morita).

El guión tiene sus pequeñas subtramas para tratar de enganchar al público, como el duelo que mantienen Newman y Franciscus, varios romances, algunas traiciones e incluso la evolución que sufre la relación entre un policía y un ladrón. Además, claro está, del clásico tratamiento de la muchedumbre aterrorizada ante la idea de la muerte, el caos y todas esas cosas inherentes al género.

La película tiene un problema y es que falla un tanto en la parte de aventuras. En concreto se eternizan en una secuencia sobre un maltrecho puente (si no me equivoco dura más de veinte minutos) mientras que luego otras circunstancias que quizá requerirían más tiempo, pasan un tanto de corrido.

No es precisamente la mejor película que se ha hecho sobre catástrofes y desastres naturales ni tampoco es original, pero la gran categoría de todos sus actores la salva. Para muchos esta circunstancia no será suficiente, pero para mí bastó.

Desconocía esta película hasta que la vi anunciar en TVE y me decidí a verla. Tras ver sus escasos 552 votos y un 4'5 de media me esperaba una floja película y así se ha visto, una película del montón. No es una mala película porque hay películas mucho peores pero el hecho de tener un gran reparto con Paul Newman a la cabeza con William Holden y muchos más, se supone que debería haber sido una gran película. El guión es bastante flojito y tampoco es que tenga dialogos como para quedarse boquiabierto, contiene alguna que otra escena interesante pero deja de contar porque es un final soso y previsible además de eterno. Se tiran veinte minutos contados para cruzar un puente. Parece que el término realista se lo tomaron muy a pecho y lo quisieron hacer lo más realista y mejor posible pero es que esa escena es soporífera. Respecto a los actores, no lo hacen mal pero es que la historia parece un culebrón televisivo en plan telenovela. El jefe del hotel se zumba a dos chicas a la vez que el William Holden quiere pedir matrimonio a una séptima mujer en su vida. En esos aspectos no apoya bastante para que sea una buena película. Otro factor son los efectos especiales cutres. Entiendo que es del año 80 pero es que en los 80 aparecieron Gremlins, Tron, Indiana Jones, Aliens, etc. Viendo como estaba el listón de alto parece tan cutre como los efectos de Furia de Titanes pero la versión clásica. En fín, una película que empieza bastante interesante con lo del petroleo y tal pero que se va desinflando y nos deja un final muy poco aprovechado y eternamente aburrido.

Antes de entrar plenamente en los ochenta el exitoso cine catastrofista setentero se despidió de la década con esta infumable tontería que se saldó con un estrepitoso fracaso de taquilla. El mítico productor Irvin Allen produjo esta cara cinta en la que no reparó en gastos para contar con los servicios de un gran plantel estelar. Reunió a los prestigiosos guionistas Carl Foreman y Stirling Silliphant para que escribieran una historia al estilo de El coloso en llamas, pero ambos no estuvieron nada inspirados y nos dejaron un churro que no hay por donde cogerlo. Narra las peripecias que pasan un grupo de supervivientes en la exótica isla de Java en la que se produce la erupción de un volcán cuya lava destruye todo cuanto se encuentra a su paso.

La película es un bodrio desfasado con unos paupérrimos efectos especiales y unas escenas ridículas como aquella en la que los protagonistas tienen que pasar por encima de un río de lava haciendo patéticos malabarismos con un palo. Ni siquiera su atractivo reparto logra salvar de la mediocridad más absoluta una cinta mala con avaricia y mil veces vista que ha envejecido fatal. Prescindible totalmente.