Haz click aquí para copiar la URL

Sindicato del terror

Thriller. Cine negro Little Joe Braun (Mickey Rooney), dirige con métodos mafiosos un potente sindicato. Aunque sumido en un largo proceso judicial, no terminan de condenarle por falta de pruebas. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
19 de mayo de 2021
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Soberbia!, ¡descomunal!, ¡apabullante! El desconocido director Charles F. Haas dirige con criterio y firmeza esta sórdida historia de facinerosos sindicales henchidos de soberbia, demencia y crueldad. Escenas de gran dureza y, como diría mi admirado Eduardo Torres Dulce, llenas de "fisicidad" (me encantaba cada vez que usaba esta palabra en ¡Qué grande es el cine!) ya que parece que somos nosotros los que recibimos los golpes en los costados para no dejarnos señales en el rostro. Y... ¡qué dolor cuando nos retuercen el brazo! El aguerrido obrero (tras la somanta de palos) quisiera refugiarse en su preciosa casa pero... Haas ha tenido la habilidad de transformar la amabilidad y seguridad del cálido hogar familiar en un gélido espacio por el que deambulan maleantes y oportunistas.
Mamie Van Doren, Ray Danton, Jim Backus, estupendos, sí. Pero... ¡mamma mia! lo que hacen en esta película Mickey Rooney y Steve Cochran. ¡Qué manera de actuar! Fíjense ustedes en el increíble cambio de registro que llevan a cabo ambos actores. Rooney viene de hacer musicales y comedias. Aun como protagonista, siempre luce en un segundo plano. Y, de pronto, rompe todos los esquemas con "Baby face Nelson" (1957), "Silla eléctrica para ocho hombres" (1959) y la que hoy comento. Y es eléctrico, enérgico, irascible. Una ametralladora, un látigo. Le golpean, se levanta, escupe. En tan solo unos segundos. Parece James Cagney. Se acabó el muchacho almibarado y un tanto repelente.
Y... Steve Cochran. ¿Saben que en su filmografía no hay película mala? Verbigracia: "Los mejores años de nuestra vida", "El asombro de Brooklyn", "Nace una canción", "Al rojo vivo", "Highway 301", "Storm warning", "Unidos por el crimen", "Private hell 36", "Slander"... Lo que seguro que conocen son sus roles en el cine noir: gánster, maleante de baja estofa, esbirro cruel y despiadado. Y, de pronto: "Unidos por el crimen" (1951), la soberbia "Slander" (1956) y "The big operator". Y, en ésta, se transforma en un buenazo, en un hombre tranquilo, en todo un padrazo. Es grandote, y se le ve fuerte. Sin embargo, lo suyo es manejar bien la cabeza, no los puños. El gánster de sonrisa cínica da paso a un hombre pacífico de mirada limpia y bondadosa.
Rooney y Cochran, muchísimas gracias por la lección. Parece tan fácil...
el chulucu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de agosto de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante despliegue interpretativo de Mickey Rooney, pequeño pero matón. Little Joe Braun es el líder del sindicato metalúrgico y tal vez hoy podamos buscar paralelismos con las actuaciones del presidente del sindicato de transportes por aquella época, Jimmy Hoffa, figura real en este caso y actualmente resurgido para las pantallas por Scorsese en su película El irlandés. El caso es mostrar un entramado mafioso de lo más efectivo, como si los líderes sindicales fueran unos aprovechados que disponen de todo el dinero de los afiliados para gastarlo a su antojo, qué tontería ¿quién se habrá creído eso?

The Big Operator es un proceso jurídico, intercalado con secuencias del más puro cine negro, contra Little Joe Braun en el que la Justicia no termina de atraparle. Y es que Little Joe Braun es escurridizo y listo como el que más. Merece y mucho la pena este Big Operator porque no da respiro, no decae el interés y, además, por el excelente montaje para mostrar cómo utilizar criminalmente piquetes, grupos de presión, sobornos a proveedores, obreros comprados para sembrar la discordia, y finalmente asesinos a sueldos para presionar a los chivatos. The Big Operator no intenta ir contra los sindicatos ni es un drama en ambiente sindical, es un thriller a costa de un líder sindical cien por cien mafioso. Escenas familiares bien encajadas y asombrosas y duras imágenes de palizas. Mickey Rooney, a partir de ahora, ya no te hará tanta gracia.
floïd blue
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que el poder corrompe es una realidad mil veces verificada a lo largo de la Historia desde que el mundo es mundo y el ser humano puso el pie en él.
Conociéndolo así, el hombre ha tratado siempre de contrarrestar el abuso de poder de un sistema o colectivo otorgando, a su vez, poder a otros mecanismos que puedan protegerle de sus desmanes y garanticen sus derechos.
Los sindicatos obreros han sido la salvaguarda del currante ante el poder de los empresarios y sin ellos, los hombres estarían todavía, prácticamente, en régimen de semiesclavitud.
Pero como cualquier otro sistema susceptible de corrupción, el exceso de poder lo termina pudriendo y todos hemos conocido casos vergonzantes, algunos muy recientes, en su seno.
Esta es la historia de uno de esos casos. Mickey Rooney ( podéis verdaderamente asustaros con él en esta peli), dirige un potente sindicato pero hace ya mucho tiempo que olvidó que debía servir al trabajador y se ha convertido en un tiranozuelo chulo, prepotente y pagado de sí mismo que sólo trabaja para sus intereses y, convenientemente arropado por sus matones, emplea métodos que harían palidecer al mismísimo Al Capone.
Con varias causas pendientes en el tribunal que lo juzga, no permitirá que nadie se interponga en su camino, ni mucho menos, que a ningún " soplón" se le ocurra testificar contra él. Sólo él sabe lo que los trabajadores necesitan aunque para ello tenga que enfrentarse a los propios trabajadores.
Una magnífica película, de esas que se consideran neonoir, de estilo sobrio y áspero, donde ya vemos reflejada grandes dosis de violencia más explícita que las anteriores de su estilo y cuyo tono en la mayor parte del metraje nos provoca angustia y desazón.
Charles F. Haas, el director, apenas nos permite descansar de la rabia y la crueldad que transmite el film excepto cuando visitamos el hogar de uno de esos trabajadores ( Steve Cochran, se nos muestra encantador aquí) , involuntario testigo ocular, honrado trabajador y amante esposo y padre de familia que nos regalará, junto con su esposa y su hijo, los momentos más amables del film y también los más angustiosos.
Mickey Rooney nos indigna, nos exaspera, nos angustia con sus métodos y su prepotencia y así vemos la película: rabiosos, indignados, escandalizados y angustiados.
Sin embargo quiero dejar para el spoiler un comentario sobre el último cuarto final con el que no he podido evitar quedar sorprendido.
Una cinta magnífica y desconocida que, lamentablemente, creo que seguirá así al no tener el crédito de un director reconocido. Pues ustedes se lo pierden.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Izeta
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de abril de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Cuando las empresas carecen de sindicatos, sus directivos tienden a asumir la necia creencia de que tienen el poder total sobre sus obreros y/o empleados, y esto abre el camino para los abusos, la sobreexplotación… y para imponer reglas de juego que ponen a los trabajadores en condiciones francamente desfavorables. Pero, inevitablemente, esto genera una contra respuesta que, aunque puede ser silenciosa, conlleva falta de compromiso, negligencia, hurtos, daños y otra serie de acciones con las que los trabajadores expresan sus inconformidades. Por supuesto, los mismos trabajadores difundirán públicamente una mala imagen de la empresa… y esto va haciendo mella hasta que las crisis se avienen por una + otra razón.

La sindicalización de los trabajadores abre la puerta al diálogo; recuerda, permanentemente, a los patronos que, quienes producen también tienen derechos; y permite llegar a acuerdos razonables que beneficien tanto a unos como a los otros. Cuando un sindicato actúa con sentido de pertenencia, será tan útil a la empresa como a sus afiliados; ambos saldrán ganando y, al final, el país crece en democracia y en justicia social.

Pero, ¿ha habido sindicatos que son un peligro para las empresas?, Sí, los ha habido, los hay y los habrá, pero, en muchos de estos casos, la responsabilidad recae sobre las mismas empresas, por su intransigencia ante los reclamos más justos; porque admiten a los sindicatos como un derecho de ley, pero, sin interés alguno en ofrecerles diálogo y respeto; y porque contra todo se muestran impositivas mientras sistemáticamente abusan de los trabajadores poniéndolos bajo presión. Así, las negociaciones son tirantes, se asumen jugadas sucias de parte y parte, y se cierra la puerta al diálogo obligando a paros indefinidos, y en ocasiones, hasta al cierre de la propia empresa.

La película de Charles Haas, <<THE BIG OPERATOR>>, apunta a mostrar a uno de estos líderes sindicales que, bajo presión, se vuelven intransigentes y, como en este caso, el exceso de poder, será lo que conduzca a, “Little” Joe Braun, a convertirse en una especie de gánster que habrá de seguir el mismo camino al que siempre lleva la prepotencia: ¡Hundido hasta el cuello! Tipos así, desacreditan al sindicalismo y darán razones a la oligarquía para despotricar de los trabajadores, pero, por suerte, la gente recta que siempre surgirá como obstáculo para su permanencia, hará lo que debe hacerse y cada quien recibirá, al fin, lo que se merece.

El guion, escrito por Robert Smith y Allen Rivkin, basados en una historia de Paul Gallico, resulta bastante dinámico y consigue nivelar las cosas mostrando que, así como hay quien se degrade, también hay gente que permanece recta hasta las últimas consecuencias. Los aspectos familiares muy bien manejados, y con eficaces apuntes, dan cuenta del gran peso moral de sus protagonistas (la escena cuando, Bill y Mary “castigan” a Timmy, resulta preciosa); más las actuaciones de, Mickey Rooney en un inusual, pero, impactante rol de chiquito malo; Steve Cochran, como el padre que quiere ser un gran ejemplo para su hijo; y, Mamie Van Doren -actriz muy apreciada por el director desde que la tuviera en su magistral, “Star in the Dust”-, la madre abnegada y la leal esposa, hacen que, <<THE BIG OPERATOR>>, resulte una película realmente atractiva.

Como curiosidad, valga decir que entre los actores secundarios está, Jackie Coogan -inolvidable en, “The Kid” (1921), y aquí a sus 45 años en el rol de Ed Brannell, el director de las asambleas- y también aparece, Charles Chaplin Jr., como el delegado al que todos ignoran.

Título para Latinoamérica: SINDICATO DEL TERROR
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow