Una herencia de miedo

Dos grandes amigos, Larry y Myron, perseguidos por una banda de gánsteres, deciden ayudar a la bella Mary. Por lo tanto, la acompañarán en su viaje a una isla de la Habana en busca del secreto que se esconde en un viejo castillo heredado por Mary.
George Marshall, excelente director de comedias (también destacó en otros géneros) no desaprovecha al excelente dúo Martin-Lewis y nos ofrece una película entretenida y divertida. En sus roles de siempre -Dean como cantante guaperas y Jerry como tierno patoso- nos ofrecen lo que esperamos de ellos aunque Lewis se lleva la palma, esta vez con menos gags pero con dos imitaciones fabulosas (en especial la del muñeco del ventrílocuo). La primera parte de la película llena de ritmo y situaciones rocambolescas es todo un acierto y, precede a una seguna parte (curiosamente la del castillo) más pausada y 'seria'. La breve aparición de la hermosísima Dorothy Malone hace que la echemos de menos el resto de la película. ¡Caramba! ¿Y quién no?

No es una de las mejores muestras de este género del dúo Dean Martin y Jerry Lewis, pero Dean Martin actúa y canta y hay musicales divertidos. Jerry Lewis se pasa un poco en su típico papel de persona desastrada y super acelerada. Pero eran una de las parejas humorísticas del momento, allá en su país, y ofrecían lo que se esperaba de ellos.

De hecho al final sale otra pareja de altos vuelos como Bob Hope y Bing Crosby para dar una réplica a la película que entonces, y allí cruzando el charco, era fácil de entender: La competencia atacando. Dean Martin, junto con Frank Sinatra y Bing Crosby, eran números uno en la época. Bob Hope fue un aclamado actor humorístico y Bing Crosby alternaba el drama con el humor y la canción, ya que tuvo una voz impresionante. Ambos salían con Dorothy Lamour, en Morena y peligrosa (1947). Eran actores que se alternaban y tenían entre ellos un buen rollo y un pique sano que divertía a la gente.

El inicio de esta película es claramente de ambiente de cine negro y además contando con la encantadora Lizabeth Scott que tan buen resultado daba en ese género. Daba buen resultado en cualquier sitio y aquí no podía ser menos. El cine negro era uno de los mejores recursos para el despegue de este tipo de películas de humor que alternaban tonterías con música pachanguera muy del gusto para pasarlo bien.

Hay dos partes muy diferenciadas en esta película del tándem Martin- Lewis, aunque bien enlazadas por el hilo conductor del argumento que, George Marshall, director avezado en este tipo de films, va a dirigir con precisión, conduciéndonos por el camino de la parodia, donde los espectadores, además de gozar de la química del inefable dúo en sus eternos roles, podremos deleitarnos con la caricaturización de dos géneros tan queridos por todos nosotros; el cine de gángsters y el de casas encantadas.

La primera parte es una especie de parodia del cine de gángsters, donde nuestro ligón Martin se verá metido en un lío muy gordo al haberle birlado la novia ( Dorothy Malone) a un capo y éste se lo quiera cepillar. Cuando Martin, tratando de defenderse, ( una escena estupenda), crea haber matado a uno de ellos, deberá huir para que no le cuelguen el muerto. Su querido y torpe socio, le acompañará en este entuerto, donde hará lo posible por ayudarle aunque con escaso resultado como podrán prever.
Verán que no sólo Billy Wilder sino también George Marshall no pudo resistir la tentación de utilizar la moneda de " Scarface" para uno de sus gags...Y es que lo bueno, merece la pena utilizarse una y otra vez.
Como lo demás ya lo ha señalado el usuario que me precede, con gran tino, no voy a añadir más de esta primera parte, excepto que en su huida, Martin, conocerá a una chica ( Lizabeth Scott), heredera de un castillo en Cuba del que va a tomar posesión, que le ayudará a esconderse pero que, a su vez, verá su vida amenazada sin saber por qué. A pesar de todo allá van nuestros amigos a resolver el misterio de la herencia envenenada.
Y aquí entramos en otra película. Una parodia de las cintas de terror. Fotografía lóbrega, oscura, fantasmas, zombis y muertos. Paneles corredizos y pasadizos ocultos. Música tétrica y figuras vigilantes...Aquí no hay tanto humor como en la primera parte pero no deja de tener sus buenos gags, a cargo de Lewis sobre todo, que asume un papel muy parecido a Abbott en aquellas comedias de terror de Abbott y Costello.
Sea como sea, está bien resuelto aunque no es lo más acertado realizar esa mezcla de las dos parodias. Creo que todos hubiésemos preferido que se hubieran decantado por una, y en este caso, la primera, que está resuelta con más brío y ritmo, más velocidad y gags más graciosos, aunque la segunda parte también tiene algunos momentos reseñables, como por ejemplo, cuando Lewis se sienta en el trono y trata de encender un cigarrillo.
En cualquier modo, me resulta un film muy simpático, por cuanto no puedo dejar de evocar en sus elementos, otros films muy gratos en mi recuerdo como " Con faldas y a lo loco", " Una noche en la ópera" y " El jovencito Frankenstein", películas todas ellas que tienen poco que ver con la que nos ocupa pero que a mí me han venido enseguida a la memoria, ya sea por cierto parecido en parte de su argumento, algunos gags similares o ambientación semejante.
Mencionar, por último, la presencia de Carmen Miranda con un par de números con nuestra pareja en este film y, también, la imitación que realiza Lewis de su persona. Aunque, a mí personalmente, me produzca la sensación de que estos números son rellenos que, en realidad, entorpecen la comedia. No consigo apreciarlos.