Haz click aquí para copiar la URL

Munch

Drama Rechazado por el emporio artístico, destruido por el dolor por la pérdida de su hermana mayor y torturado por la adicción: la película retrata la vida de Edvard Munch, uno de los artistas más grandes de todos los tiempos. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
14 de abril de 2023
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aviso que esta película es un verdadero fracaso y que me ha hecho añorar las narraciones lineales.
Se toma la vida de Munch en cuatro momentos de su vida, pero con tal desorden que acabas por no saber nada de verdad de la vida de este gran pintor.
Unos diálogos pretenciosos, aburridos, siempre lo mismo.
Pretenden dar un toque de “modernidad”, por ejemplo, haciendo que utilicen (en los años treinta) teléfonos móviles.
Nada sobre la infancia, que marcó toda la vida de Munch. Quien no sepa nada de Munch, después de ver esto sigue igual.
Es una pena que sobre el mayor pintor Noruego se haga esto es su propio país.
Combina el blanco y negro y el color, pero sin ninguna justificación estética.
yoparam
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de abril de 2023
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Promocionada de manera errónea por una plataforma como el primer biopic de Munch. El primero fue dirigido por Peter Watkins y se estrenó en 1974. Además, el antiguo supera al presente. ¿Cómo es posible que la vida de alguien como Munch resulte por momentos soporífera debido al tono que emplea aquí el director (Dahlsbakken)? El acierto es el hecho de mostrarnos a Munch en diferentes épocas, no ya de su propia vida, sino respecto a la vida... llegamos a verlo en nuestra época actual, en Berlín. El director podría haber indagado más en Munch por ese lado, y no por el que finalmente se decanta: intentar resumir su vida, pensamiento y obra en hora y media. Esto último es demasiado pretencioso, por lo que se puede decir que la cinta no está a la altura de alguien tan importante como Munch. Lo más interesante hubiese sido elegir un fragmento de su vida y detallarlo con más profundidad. Los biopics de artistas a menudo intentan ser un resumen aburrido de lo que pone en Wikipedia y, aunque quizás aquí no sea exactamente así, sí notamos en el director una cierta prisa en contar todo, en acelerar el final, en sintetizar... y ese no es el problema. El problema es querer sintetizar abarcando todo. Es como hojear las páginas de un libro importante... sin llegar a leer ninguna página.
gpiqueras
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de agosto de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Edvard Munch es sin duda uno de los más grandes artistas de la contemporaneidad. Un pilar del arte del siglo XX y una pieza clave del expresionismo noruego y europeo.

En su juventud sufrió el rechazo del emporio artístico y pasó por dificultades enormes en su vida, trances y conflictos sobre todo de carácter personal: el rechazo de la mujer a la que amó, la muerte de su querida hermana mayor y las adicciones al alcohol y otros tóxicos.

En fin, nuestro pintor era un personaje poliédrico cuya problemática existencia sirve a modo de profunda laguna para zambullirse en un discurso más amplio y girar alrededor de la naturaleza del arte, el dolor, la muerte y el amor, y llevarlo todo al cine.

El director Henrik Martin Dahlsbakken, con guion de Frederik Høyer, Mattis Herman y otros, adapta la historia escrita por el propio Dahlsbakken, sobre la biografía escrita por Munch en su momento.

El filme es un largometraje con cuatro episodios entrelazados. Para ello, un grupo de cuatro escritores confecciona cada uno de los períodos o etapas más importantes y significativas del pintor (Frederik Høyer, Mattis Herman Nyquist, Gine Cornelis Pedersen y Eivind Saether). Las edades de 21, 29, 45 y 80 años, poco antes de morir. Un estilo propio y un actor diferente en cada capítulo, interpreta a Munch.

Hay una parte de sus inicios como pintor, cuando comenzaba a hacerse un hombre y preparaba una exposición en Berlín, momento en el que conoce al escritor August Strinberg encarnado por la actriz Lisa Carlehed.

La parte de la mediana edad se desarrolla en una institución en la cual Munch permaneció de forma voluntaria. Allí departe sus ideas, sentimientos y reflexiones con su médico y terapeuta (Jesper Christensen) que trata a Munch (Ola G Furuseth), de 45 años, por una enfermedad mental que luego diagnostica como "la ansiedad ineludible del genio".

Son, por momentos, escenas en blanco y negro, lo cual es muy acertado para contar los momentos de un artista que se asoma al precipicio en su agitada vida. Y así va intercambiando con su terapeuta sus meditaciones, a la vez que le indica la necesidad ir abandonando la bebida.

“El arte es fruto de la dicha y de la tristeza. Principalmente de la tristeza”, murmurará más adelante Munch (Ola. G. Faruseth interpreta al pintor). Aquí vuelve a cambiar la estética y el tono de la película. Rodada principalmente en blanco y negro, estas secuencias de psicodrama muestran cómo Munch se enfrenta a sí mismo y a su pasado.

Hay una sección en la que Munch vive en Berlín y sufre una pública humillación que lo hiere profundamente, lo debilita y lo deja tambaleante. Estamos en 1892, pero su amigo Christian Krohg lo defendió sugiriéndole que pinte las cosas de una manera diferente a la de otros artistas, que vaya a lo esencial, por esta razón, las imágenes de Munch son, por regla general, incompletas.

El director Dahlsbakken decide audazmente introducir en este capítulo artilugios y atuendos modernos como móviles y cazadoras de cuero. Munch como una estrella en ascenso en el mundo del arte berlinés con su contemporáneo August Strindberg (interpretado por una mujer, Lisa Carlehed).

Este enfoque más conceptual y abstracto del filme para representar al artista en vez de una semblanza literal, posibilita que el espectador pueda palpar y entender mejor la turbulenta vida interior del pintor. Es una forma de enfocar la biografía, más subjetiva, más que una mirada externa y descriptiva.

Hay al principio un capítulo de introducción que narra el anhelo del joven pintor por Milly Thaulow (Thea Lambrechts Vaulen), su auténtico objeto de amor, amor que no es correspondido ni se materializa, lo que definiría su destino de genio torturado que, además, quedó soltero toda su vida.

El episodio último incluye al pintor ya en plena senectud, 80 años, atrapado en una Noruega ocupada por los nazis y viviendo una solitaria vida de ermitaño en una especie de caserón cargado de sus obras y recuerdos. Aquí el protagonista es interpretado por la actriz Anne V. Krigsvoll.

Los episodios no son presentados en orden cronológico por Dahlsbakken, sino que salta de una parte a otra, lo cual da una cierta sensación de arbitrariedad. Pero todas las partes se interconectan y van creando un contexto y una figuración rica en matices y también abierta a la interpretación del espectador.

El filme hace gala de un enfoque imaginativo del género biopic, demostrando que las ideas y las representaciones sensoriales, más que las literarias, escenifican mejor la personalidad, de lo que lo habría podido hacer una mera recapitulación de sucesos. De modo que la película es una convergencia entre la estética del pintor y una historia convencional.

El reparto, por cierto, está compuesto por actores y actrices muy valiosos y de excelente nivel como Alfred Ekker Strande, Mattis Herman Nyquist, Anne Krigsvoll, Ola G. Furuseth y Jesper Christensen, entre otros.

Atractiva música de Tim Fain y una depurada fotografía que va del color al blanco y negro de Oskar Dahisbakken y Pål Ulvik Rokseth.

El final gira alrededor del duende de Munch y de la inmortalidad de las obras de arte.

Publicado en revista de cine Encadenados: https://encadenados.org/criticas/munch-3/
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de agosto de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Cabe preguntarse cómo se puede conseguir hacer una película tan fría sobre la vida y obra de un pintor de emociones, pero la verdad es que la película no genera la más mínima emoción.
Si es lo que el director pretendía, lo consigue con creces.
No hay una sola escena apasionante. Ni siquiera mínimamente desconcertante. Tampoco belleza alguna en la cámara, en los colores que caracterizan a Munch o en el pretendido expresionismo del blanco y negro.
Toda la película es un puzle en el que parece que el director busque la originalidad sin encontrarla. Le faltan piezas, cohesión, profundidad y, sobre todo, pasión.
Nada en la película nos acerca a la atribulada mente de Munch. Y no es que no lo intente. El director recurre a todo tipo de trucos, incluso extemporáneos, para intentar acercar a nuestra realidad más moderna una comprensión del tormento, de la autodestrucción, de la agonía. Y aunque se pueda llegar a entender el objetivo, solo se queda en eso, en objetivo.
Uno aguanta hasta el final por puro pundonor. Ni siquiera le queda la esperanza de un desenlace final que lo arregle.
Paul Martin
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de agosto de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Yo soy de los que ve el cine solo con afán de entretenimiento. Que un biopic no sea muy fiel o que sea creativo no me suele importar. El problema es que esta película ni entretiene, ni aprendes, ni nada de nada.

Lo que menos me convence de la trama es que se salten la parte de los cuatro cuadros de 'el grito'. Por todos los fans de Munch es sabido que estos son unas pinturas premonitorias que representan con total exactitud lo que haría la gente al ver un biopic de Munch en la que le podemos ver usando un móvil o al ver a Anne Krigsvoll maquillada a lo Joaquín Reyes haciendo de Munch.
Mankuku
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow