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La marca de la horca

Western Oklahoma, 1889. Unos hombres acusan injustamente a Jed Cooper (Clint Eastwood) de haber robado ganado y no dudan en ahorcarlo. En el último instante, lo salva un comisario que trabaja a las órdenes del juez Fentom. Aclarados los hechos y demostrada su inocencia, el juez aconseja a Cooper que olvide lo ocurrido y le ofrece un puesto como comisario. Su misión será capturar vivos a los que intentaron lincharlo para que sean juzgados por el juez. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 43
Críticas ordenadas por utilidad
28 de octubre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perfecto título en castellano, en uno de esos pocos casos en los que supera al original, ''Hang'em High''. Esta no es una peli de Sergio Leone, pero no importa. La película parte de una buena premisa y va un poco de tres temas: el linchamiento, la venganza y la justicia. La crítica al linchamiento - la vieja cultura norteamericana -, que bebe humildemente de obras maestras del cine, tales como ''Furia'', en primer lugar, o ''La jauría humana''. La venganza como motor que mueve a dos de los personajes principales en su periplo vital: Jed Cooper (Clint Eastwood) quiere hacer justicia con los que lo lincharon injustamente, intentando ahorcarlo; el personaje de Inger Stevens solo vive para ver cómo se hace justicia con ella, ajusticiando a quienes mataron a su marido y la violaron a ella. La justicia en relación a la venganza y la estabilidad social en el salvaje Oeste americano, tierra de grandes historias humanas. Este es un film que toca de refilón todo esto, con las pretensiones justas. Pero es un western solvente, ya con toda la influencia del spaguetti, pero western a fin y al cabo. Y el tipo duro es Clint Eastwood, así que... ¿quién da más?

Cometieron dos errores, sí: el primero, intentar matarlo. El segundo, no acabar la faena.
Caligari sin gabinete
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3 de julio de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién es culpable y quién inocente?, ¿y quién tiene el divino poder, además de Dios, de decidirlo?
A veces, en una tierra como es el salvaje Oeste, donde la justicia es un mero espejismo, en donde se acusa por igual a inocentes y a culpables, a locos y a cuerdos, la ley se ve forzada a revelarse tajante y, en ciertos casos, inmisericorde.

Es 1.967 y Clint Eastwood regresa a su patria convertido en una auténtica estrella siendo por siempre (aunque hubiese trabajado en un par de proyectos más) "El Hombre sin Nombre" de la celebérrima Trilogía del Dolar de Sergio Leone, quien ha conducido el "western" hasta a sus más infernales abismos; pero, con 37 años, adinerado como es y con ganas de iniciar proyectos bajo su absoluto control, llega a EE.UU. y funda la compañía Malpaso, donde enseguida ofrece trabajo a sus amigos Buddy Van Horne, James Fargo o, como en este caso, Ted Post, convirtiéndolos en sus colaboradores por muchos años.
Poco después se pone a trabajar sobre el guión de Leonard Freeman y Mel Goldberg, variación de "La Ley de la Horca" de Robert Wise, y recomienda al anterior mencionado (ya que Leone estaba algo ocupado), quien había dirigido varios de los episodios de la serie "Rawhide", a la dirección; nace la primera película de Malpaso y se llama "Hang'em High" ("Cometieron dos Errores" en su no tan acertada traducción). Así volvemos a ver a Eastwood de nuevo en el Oeste, pero ya no es alguien sin nombre, no aparece con el mismo poncho de nuevo, no tiene barba y su personaje tiene nada y menos que ver con el que encarnó en las tierras almerienses.

Ahora se llama Jebediah Cooper, y es un hombre justo con título de abogado que ha sido linchado y colgado a sangre fría por un grupo de miserables que no saben cómo de rápido se les ha ido la suerte. Sí, no es una historia demasiado complicada, es una historia de venganza y punto...pero no como se espera: es una venganza cumplida a través de la ley. La influencia de Sergio Leone le ha marcado de por vida (lo de la soga es un buen guiño a "El Bueno, el Feo y el Malo"), y es algo que el joven Eastwood demuestra en el film, donde se conjuga el estilo del más clásico "western" estadounidense con un toque de ese cine del Oeste realizado bajo producción italiana.
Pero lo que sobre todo quiere hacer el actor y futuro director es deshacerse una vez más de la etiqueta de "cowboy más guapo del Mundo" que le habían puesto los fans de "Rawhide", pues su personaje de la serie, Rowdy Yates, era poco más que un chiquillo plano y sin sombras, que obedecía órdenes y no servia para absolutamente nada...un personaje que Eastwood odiaba con toda su alma. Tal era el odio que le tenía que el comienzo de "Hang'em High" no puede ser más esclarecedor: después de una bonita secuencia de apertura en la que vemos a Yates reencarnado en Cooper, entre terneros y naturaleza, aparecen de la nada unos cowboys que le dan una paliza y le dejan colgando medio muerto de un arbol; la imagen de Yates de niño torpe y guapo ha sido destruida por fin. Eastwood puede respirar tranquilo.

"Hang'em High" trata en un sentido muy liberal de la imposibilidad de la venganza, del callejón sin salida existencial de toda justicia personal, además del frío horror del castigo del Estado (el ahorcamiento, la pena capital), pretendiendo realizar una crítica bastante severa de esa "justicia" impartida que muchos hombres, llamándose a sí mismos "defensores de la ley", llevan a cabo para querer demostrar que el orden en el territorio se ha de respetar si se desea hacer de él una gran patria (años más tarde veríamos a otro personaje de Eastwood, Harry Callahan, luchando también contra aquellos que aplicaban la ley como más les parecía, sin pensar realmente en los derechos de los culpables y las víctimas).
Mientras unos chicos inocentes son ahorcados sin posibilidad de indulgencia, el juez Fenton (siempre observando con pesar desde la ventana de su despacho como un emperador que contempla desde palacio su triste y podrido reino) asiente con la cabeza al verdugo mientras una muchedumbre ruidosa asiste, cual espectáculo circense, a la ejecución. La crítica hacia el sistema judicial y penal estadounidense es abrasiva y demoledora, y así lo escucharemos de boca de Cooper ("nueve hombres en un descampado con una sucia cuerda o un juez con su toga delante de la bandera americana").

En tanto que se confirman las influencias del "spaghetti western" en estilo y técnica (veloces "zooms" de cámara, planos detalle a los ojos y a las espuelas, por no hablar de algunas piezas musicales), Eastwood y Post hacen mella en el fondo moral y desarrollan un discurso cargado de lecturas en una línea cercana a la que practicaron y practicarían los revisionistas Arthur Penn, Monte Hellman o Sydney Pollack sirviéndose de una muy interesante trama llena de violencia, intriga que se desarrolla eficaz hasta el esperado enfrentamiento final e impactantes secuencias (como aquella de los seis ahorcamientos).
También merecen recordarse las colaboraciones del brillante Pat Hingle, Ben Johnson, L.Q. Jones, unos desconocidos Bruce Dern y Dennis Hopper (no tan fácil de reconocer), además de la música de Dominic Frontiere, la dura fotografía de Richard Kline y Leonard South y la dirección de Post, quien se maneja con oficio tras la cámara. Dos errores argumentales quieren acabar con la credibilidad del film (en Zona Spoiler), no obstante, aun con ellos, se puede decir que estamos ante un bien rodado e interpretado pequeño clásico del género.

Clásico olvidado entre otras futuras obras más recordadas, aunque erróneamente, ya que si algo demostró Eastwood era que tenía la suficiente capacidad y talento para continuar con el género que le llevó al estrellato no haciendo parodia del mismo, sino rindiéndole el homenaje más sincero a través de su más mordaz desmitificación.
Y quien no lo vea presuponiendo que se va a encontrar ante una obra menor sí que estaría cometiendo un error...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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10 de abril de 2019
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Cometieron dos errores pero Clint ninguno... entretenidísimo pasatiempo plagado de buenos tópicos western y además sazonado de lecturas muy interesantes. El que traduce los títulos, está de nuevo inspirado, lo prefiero a ese "Colgadlos alto".
Clint seguí su master personal en western, detrás y delante de las cámaras para doctorarse cum laudem años después en "Sin perdón" . Después de vagar por los desiertos de Almería, sudando rancio con Leone y aprendiendo como con modestos presupuestos el maestro Don Siegel hacía un películon de pegar tiros. Clint monta su chiringuito Productora el Paso, y con las pelas ganadas en los spaghettis se pone cómodo delante de la cámara. Con una textura de los viejos clásicos. Vemos interiores más currados que la parte trasera del pueblo del patio de mi abuela que salían en los spaghetti, y es que el set artístico y decorados también se agradece. Tanto como lo principal, el buen guión e historia la de esta película.
Oklahoma, otra vez un pueblo que no gusta de vaqueros, acusa de un robo de ganado a un inocente Jed Cooper (Clint Eastwood). Lo cuelgan. Pero ya sabemos que va a pasar. O no...aconsejo visionado...pasan muchas cosas...por supuesto la venganza.
Hay saloon, juez, prisión, chica rubia, y dama de compañía poco agraciada que pasa por el lecho, tiroteo y sheriff bueno, es decir los ingredientes del gazpacho.
Lo más destacable es esa ambigüedad de la película, la crítica a la pena de muerte y al sistema legal y la llamada "justicia terrenal" que pretende un juez contra los criminales, asolando con la guillotina del oeste que es la horca.
Por otro lado, nombrar a Clint comisario, es darle la estrella a un outlaw, aunque esta vez con trauma ( ha sido colgado injustamente y casi muere) que le hace tener una concepción distinta del respeto de la vida y la concepción de la asunción de inocencia en los otros bastante marcada.
La podría ver Donald Trump. Pero esto es lo que la mayoría conservadora americana alega: la imperfecta ley en la Tierra es lo más cercano a la justicia divina que existe, algo así como el ojo por ojo veterotestamentario. No hay mucha solución pues, o dejamos limpune al bandido o lo castigamos, y ese es el dilema de la película. Y aunque "no está de acuerdo", hay forajidos que atrapar y Cint recoge la estrella de comisario para ir a por ellos.
Imagomundisblog
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8 de septiembre de 2019
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Poderosa, directa, sencilla, seria, contundente, certera y eficaz producción en forma de western, con Clint Eastwood como reclamo absoluto, después de tocar la cima del éxito con diversos Spaghetti Western.
La película parte de una premisa sencilla e interesante en la que un hombre es rodeado por un grupo de hombres que lo acusan de haber robado ganado y motivo por el cual se toman la justicia por su cuenta y lo ahorcan, algo que se convertirá en la motivación absoluta del protagonista que una vez se salva de semejante ofensa, decide impartir justicia de la forma más honesta y con los deseos de venganza a sus espaldas.
Cometieron dos errores, cuenta con un reparto interesante con estrellas de renombre, acompañados por una poderosa banda sonora y unos niveles de calidad superiores a los vistos en los míticos Spaghetti Western que tantas veces protagonizó Clint.
Debo decir que los responsables de la película la prolongan en exceso, para lanzar un mensaje contra la pena de muerte y la forma de hacer justicia, al que le hubiera venido bien un recorte en la sala de montaje.
Por la calidad y por la magia de ver a Clint repartiendo justicia, Cometieron dos errores, merece algo más que un aprobado. Clint Eastwood, no comete errores y no decepciona en sus trabajos.
Jon
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7 de julio de 2020
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En su primera experiencia como actor y productor, al frente de Malpaso, Clint Eastwood vuelve al cine de su país convertido en una estrella -gracias a Sergio Leone- y encabeza el reparto de una película que alguno ha visto como un híbrido entre el "western" a la italiana y el cine del Oeste de Hollywood, pero que sin duda tiene más de lo segundo que de lo primero, a pesar de su áspero y descarnado sentido de la violencia.

El personaje de Eastwood, un abogado reconvertido en vaquero, y luego en comisario federal, es un típico personaje del "western" de esos años, es decir, un hombre agraviado que luego busca venganza, pero lo curioso de esta historia es cómo Eastwood se ampara en la justicia para llevar a cabo su venganza contra los que le lincharon injustamente: Eastwood se aprovecha del duro juez interpretado por Pat Hingle, y al mismo tiempo Hingle se aprovecha de Eastwood para imponer la ley en Oklahoma. Así, la venganza tiene algo de justicia, y la justicia tiene algo de venganza, y se critican los excesos cometidos en todos los lados, empezando por el ahorcamiento como espectáculo popular, y terminando por una sociedad que parece estar dominada por el odio, el rencor y la violencia. Ni siquiera la víctima más inocente, el personaje de Inger Stevens, parece estar libre de ese rencor ambiental.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
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