El pacto

El Pacto no es un thriller que busca terror gratuito insitu a base de fórmulas clichés del género, sino que usa algún que otro cliché del género, aunque no muchos, para hacernos una pregunta muy sencilla, tan sencilla que da miedo, pues no solemos tener tiempo para hacérnosla: ¿hasta que punto llegarías para que tu y los tuyos vivan?.

Algunas críticas hacen referencia a Fausto aunque a mi ver, habla más de la co-existencia que de la super-vivencia. El mito más aplicable es el del Minotauro, una bestia creada por el egoísmo de unas élites, que se alimenta de la gente normal y las somete al esclavismo del miedo. Mientras las élites viven de la muerte y silencio de los otros, los otros ¿cómo van a defenderse?, y es ahí donde recae el thriller. Como en el género Zombie, el miedo no recae tanto en el maquillaje o brutalidad de los personajes zombies, sino en si una gente sin alma te atrapan o no, cada vez más de ellos pués se múltiplan masivamente, en iguales convirtiéndose en tus depredadores por algo fuera de tu alcance, como en “Body snachers”, en guerra civil entre queridos: la rotura de tu sociedad.

El Pacto tontea con las agallas de la justicia: si es un derecho personal o es un derecho social, aun cuando sabiendo que ésta no siempre funciona y hay gente despiadada que se aprovechan de ella.
Expone la fe en la sociedad: aun entendiendo las insuficiencias de la justicia y de la ciencia como un resultado del trabajo social, ¿eso merece que se deje de creer en la sociedad y su trabajo?

El guión está bien escrito, sin excesos de información o pedantería, con lenguaje normal y accesible para toda la gente, con lo que para mi es excelente a nivel de accesibilidad y poder de divulgación. No intenta ser una obra de arte, aunque está muy bien, sinó hacernos pensar A TODOS: muy Socrático, muy inclusivo, muy digno.

El final, aunque algo desleal a la calidad de la película, tampoco molesta, tampoco es muy relevante comparado con la pregunta que nos lanza. Se pueden pensar en varios finales, y eso sólo nos da un desasosiego parcial, porqué la realidad de la pregunta sigue estando ahí.

Los actores desempeñan muy bien sus papeles, son personajes creíbles con una buena linealidad emocional y realismo. David Victori ha dirigido muy bien, sin exageraciones ni glamorización del terror, con una sobriedad adecuada para la subjetividad de cada personaje. No pretende que conozcamos o que ni tan solo nos gusten los personajes, si son buenos, generosos, guapos, ricos y justos no es lo que importa. El bien y el mal no importan mucho, pero si el deber. Se centra en los derechos básicos para coexistir y ni guapos ni ricos quedan exentos, aunque la “suerte” sea el comodín sorpresa.

En fotografía, hay un par de planos espectaculares, como es de costumbre en el trabajo de Victori, pero el resto sólo acompañan a la narrativa, no la desafía, aunque este “acompañar” también es perfectamente aceptable y disfrutable.

El diseño de sonido es muy específico, se nota, no pasa desapercibido, con lo que adquiere personalidad propia. Usa silencios muy bien sincronizados y pauta ritmos vigorosamente. He disfrutado mucho dejándome llevar por el sonido, tiene un diseño excelente. Se ha usado algún que otro cliché que no añade a la narrativa propia de la película, una elección perdonable teniendo en cuenta que son elementos clásicos del género del terror.

Es una de la mejores películas Españolas pues no ha enfocado sólo en entretenernos sino en hacernos pensar, y eso es de agradecer cuando por lo general las películas buscan atontarnos. Si os gusta etiquetar y clasificar, os va a costar, pues no hay molde que valga, sólo personas.

El español David Victori debuta en la dirección de largometrajes después de haber trabajado en varios cortometrajes interesantes, y lo hace con una película de terror que cuenta con un reparto de lujo encabezado por Belén Rueda y Darío Grandinetti. La película tiene todos los elementos de las propuestas del género, pero tienen demasiadas carencias tanto el el guion como en las interpretaciones y sobre todo en los aspectos visuales y técnicos, lo que es más llamativo por tener un presupuesto apreciable. La historia tiene como protagonistas al matrimonio formado por Mónica y Álex y su hija Clara, una adolescente con problemas de identidad y que su actitud afecta a la vida diaria de la familia. Poco a poco se introducen unos elementos de suspense y terror que se convertirán en los temas centrales de la película y que son los responsables de la angustia de Mónica que tiene que cumplir unas órdenes en un tiempo corto para hacer que su hija salga de una situación de coma.

Las interpretaciones de Belén Rueda y Darío Grandinetti son simplemente correctas. En el caso de la actriz española vuelve a trabajar en una película de género y se está encasillando en este tipo de roles de mujeres sufridoras con una historia de suspense detrás en donde tiene que mostrar su lado más dramático.
El actor tiene el mérito de hablar sin acento argentino, lo que no es fácil, pero ni su personaje ni su actuación está al nivel de otros grandes papeles por los que le conocemos. La interpretación más destacada es la de la joven Mireia Oriol, que debuta en un largometraje, y que está convincente y creíble como Clara.

La fotografía es bastante oscura y en muchos momentos no se distingue bien lo que está sucediendo, y creo que se exceden en intentar oscurecer las escenas cuando no siempre es necesario, lo que es habitual en el cine del género moderno. Al inicio no hay un sonido excesivo y cuesta entender los diálogos, aunque no estoy seguro que sea un problema de la película o de la sala de los multicines en la que pude verla, y ese aspecto negativo sucede únicamente en esa parte inicial, ya que desde ese momento el sonido me parece muy bien insertado, siendo el responsable de crear esa atmósfera de tensión durante la parte central. Pero la historia es bastante irregular y llegamos al tercio final con lagunas en el ritmo y con algunos giros no muy bien trabajados, y tiene el problema de que es bastante más aburrida que otras películas del género. No me gusta el desenlace ni tampoco lo que sucede en la media hora final.
La película no es fácil de recomendar, aunque puede gustar a los que disfrutan con películas de terror-suspense y que no analizan la credibilidad de la historia.

LO MEJOR: La atmósfera enigmática.
LO PEOR: El guion. El desenlace.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net

La nota quizá sea más bien un 5,5, es entretenida, mantiene el suspense,

viendo algunas bajas puntuaciones de compañeros cinéfilos estaba esperando a ver cuando se venía abajo la película, pero se mantuvo tan firme y sólida como la buena actuación de Belén Rueda,

el guión no es muy original pero es un film interesante y está bien hecho, los actores bien en general,

otra cosa buena es que las reacciones de los personajes son totalmente creibles a como pasaría en la vida real, recomendable.

Cogía con ganas "El pacto", y lo hacía por ser esta una propuesta eminentemente de terror en estos años oscuros que vive el cine de género en nuestro país, dominados precisamente por la ausencia de cine de terror. Un tema sobre el que no voy a alargarme ahora porque ni es el sitio ni es el momento. A lo que iba, creo que al final ese agarrarla con ganas solamente podía llevarme a un lugar: a la decepción. Y es que al final esta ópera prima de David Victori me ha resultado una propuesta fallida, enormemente fallida.
Para empezar, y aparcando su apariencia, "El pacto" no es una película de terror. Es más bien un thriller con toques de terror, dentro de que ni David Victori se ha aclarado con qué tipo de film quería hacer. Durante el primer acto sí hay terror, fruto posiblemente de una lograda atmósfera opresiva y atosigante, pero a los quince o veinte minutos se acabó la fiesta. Durante el segundo acto la obra oscila entre el thriller y el melodrama, y en el tercero se atisban incluso maneras de thriller de acción. En fin, queda patente que "El pacto" en ningún momento sabe lo quiere ser, y así es muy difícil.
Si en el tono la cinta va de mal en peor, argumentalmente hablando algo parecido. Además de pasmosamente previsible, esta historia con regusto a film de pactos demoníacos abusa de los subrayados para reforzar un mensaje final que se va literalmente a la mierda por culpa de un desenlace nada acorde. Un punto final que desprende olor a naftalina por los cuatro costados. A ello hay que sumarle, por cierto, algunos agujeros de guion bastante notables.
Y llegamos a la parte actoral, un apartado de la cinta que tampoco queda libre de pecado. La elección de casting para la hija de los protagonistas me parece un sonoro error de reparto. La actriz Mireia Oriol da el pego de maravillas como adolescente perversa, pero es que su personaje en "El pacto" no creo que busque eso, aunque lo encuentre por momentos. Y si alguien me confirma que a David Victori y compañía también les rondó por la sesera la cinta de niña endemoniada, es ya para irse de retiro espiritual.
Poco cine de género hacemos, y justo cuando nos da el viento por ahí nos salen castañas pilongas como "El pacto" y es que dan ganas de dejarlo todo. Fallida la mires por donde la mires. Lo siento. David Victori solo apunta maneras en el aspecto escénico.

Thriller sobrenatural con buen arranque pero que enseguida se desinfla por lo ridículo y falso de alguno de sus planteamientos. Con cierta complicidad por tu parte te puede satisfacer pero, sin ella, decepciona.

Los sustitos son eficaces, la atmósfera es muy buena, los actores cumplen y está bien dirigida. Hay buen ritmo y los sucesos se distribuyen bien. Lamentablemente, la historia enseguida muestra lagunas y ofrece explicaciones inconexas o bobas.

El final es muy falso y forzado.