La buena estrella

Reconozco que me gustó. No por su "poderoso" guión o por su técnica cinematográfica, que en sí no resulta ejemplar. Me gustó sobremanera su historia, sus actores y su magnífica narración, su ejemplar dirección mezcla, diluye y reparte todo un torrente de sentimientos encontrados y de extraño amor rara vez vista en el cine expañol y lo hace con sinceridad en una historia muy humana, luz cálida para personas sensibles, diría yo.

No sé muy bien a donde encauzar mi opinión, pero bueno, gente buena y mala, las hay en todas partes, ¿creible la historia?, bueno, conozco casos parecidos y no es algo que se vaya contando a todo el mundo, si, raya en las posibilidades más amplias de las relaciones humanas y está demostrado que a veces queremos y deseamos lo imposible, y, que lo que nos conviene no nos viene bien, y en esto, la película arrasa, la vuelve hiperhumana, nos la arroja cual boomerang y nos vuelve con esa naturalidad que aportan las historias sencillas de la vida.

Los actores bien, muy bien, quizá Mollá y Verdú por encima de un interesante Resines, un personaje que le va bien por físico y actitud, rodada con pulcritud y definición, distibuye su metraje con eficiencia y no aburre, logrando un conjunto muy logrado en su visionado.

Poco que añadir, una historia sencilla y bonita, rodada con sentimiento, para emocionar.
Bonita banda sonora.

LO MEJOR .- Los actores, la historia, la carga de sentimientos, la escena de la escopeta.
LO PEOR .- Algún detalle tosco de rodaje.

Un saludo.

Un carnicero, Rafael (Antonio Resines) recoge de la calle un buen dia a Marina (Maribel Verdú), una joven prostituta embarazada que ha sido maltratada por la vida. Rafael la cuida, y se acaba casando con ella, aunque es impotente. Cuando todo parece ir bien, aparece en escena Daniel (Jordi Mollá) el novio de Marina, un macarra, delincuente drogadicto y colgado.

Planteado el film como un triángulo muy desigual, el director Ricardo Franco nos ofrece esta estupenda película, que trata de sentimientos profundos pero sin aprovecharse de ellos, huyendo deliberadamente de cualquier artificio y mostrando a todos los personajes entrelazados entre sí en toda su profundidad.

Rafael, un hombre bueno por naturaleza, un manso, que cuando no espera gran cosa de la vida aparece Marina, una mujer que se debate entre la seguridad que le ofrece Rafael y la pasión irreprimible que siente hacia Daniel, el personaje más negativo de la película aunque Franco no le niega sus dosis de humanidad.

El tono del film es deliberadamente triste, aunque no es propósito del director hacernos llorar. No sólo la historia es buena, sino que además cuenta con tres extraordinarias interpretaciones (aunque digan ahora que la Verdú está ofreciendo grandes interpretaciones, tendrían que revisar esta), aunque destacaría a Jordi Mollà que borda a la perfección su papel. Una buena película española.

Lo mejor de las tardes frías y lluviosas de noviembre es que te puedes reunir con los amigos al abrigo de una buena conversación y afirmar impresiones, pues cambiar las opiniones a una determinada edad es complicado. Comentaba Eva que para ella lo realmente importante en la vida es su pareja, pues los hijos llegada la adolescencia abandonan a sus padres y simplemente los utilizan para sacarles dinero, tener hotel con pensión completa y chantajearles cuando están separados, lo más normal en nuestros días. Para Marina sin embargo, lo más importante es tener una vida sexual plena, que consiste en estar con todos los hombres que le apetezca pero sin ocultárselo a su marido y los sábados acudir a locales para el intercambio de parejas, pues considera que en una relación matrimonial madura no caben los celos. Yo estoy en las antípodas de estas 2 ideas pero no por ello dejo de reconocer que son planteamientos que merecen reflexión y conversación.

La buena estrella es una película de una delicadeza insólita sobre el dolor, la soledad y el amor basada en hechos reales. Un testamento ejemplar de Ricardo Franco en el que plantea un triángulo isósceles amoroso donde cabe admitir la infidelidad por amor, cabe compartir el hogar con tu asesino emocional y lo más increíble es, que cabe llegar a entender las razones por las que un extraordinario Antonio Resines asume con naturalidad, acontecimientos teóricamente inadmisibles, con una decencia y estoicismo que me han asombrado. Toda la película es un ejercicio de crueldad infinito infligido por un despiadado Jordi Molla, un alma genéticamente marcado para la desgracia, que arrastra al pobre carnicero a una zozobra sin límites y viendo la película realmente lo pasas mal, sufres con él, sientes con él, padeces con él, lo indecible, lo inimaginable; cuánto dolor, cuanta pena, cuanta rabia contenida sin respuesta. Una persona buena no se merece un trato tan vejatorio por estar enamorado, pero nadie nos ha dicho que este mundo fuera a ser justo. ¿Cuál es la frontera entre ser bueno y ser tonto? ¿Acaso esta profanación permanente de la dignidad, cuando se acepta no es merecida? ¿Hay algo más denigrante que llamar manso a un hombre? He de reconocer que lloré con el final de la historia pues no hay nada más bello que una gran historia triste.

Me gustaría contaros la película, destriparla, compartirla al calor de un buen chocolate caliente en una tarde cualquiera de otoño, pero os dejo mejor con la recomendación, para que así podías deleitaros viéndola y escuchando una y otra vez la escalofriante música de Eva Gancedo como yo hago ahora.

Uno de los mayores logros del cine español . La historia es triste y dura basada en un amor marginal y el amor de un tercero incondicional y entregado totalmente. Los actores se lucen en sus papeles y Mollá, sobre todo, está brillante.Para mí es perfecta.

Es una buena historia a pesar de que la película no la redondeara. Reseñar también el buen personaje interpretado por Jordi Mollá.

Buscando motivos he encontrado algunos como:
- La actuación plana de Antonio Resines.
- La actuación correcta pero nada más de Maribel Verdú, creo que no daba el pérfil del personaje a pesar que al comienzo de la peli me gustó bastante.
- Las escenas de sexo o intimas, de todas formas es una asignatura que no suelen aprobar muchas películas españolas.
- La incongruencia del guión al principio cuando Rafael salva a Marina de Daniel, para que posteriormente Daniel y Marina se llevaran tan bien.

Aunque he leido algunas críticas contra el personaje de Rafael, y he sentido prácticamente lo mismo, concluyo que es un personaje que prefiere quedarse con lo bueno que le ofrece la vida a quedarse sólo con su orgullo.