Trece campanadas

Jacobo, un joven escultor que después de años de ausencia, marcada por la trágica muerte de su padre, vuelve a su ciudad natal, Santiago, debido a la delicada salud mental de su madre. Jacobo ha heredado el talento escultor de su padre y por ello se ve empujado a acabar la obra que su progenitor dejó sin terminar.

Mientras intenta mantener una relación sentimental con María, su amiga de la infancia, el joven escultor se verá perseguido por las apariciones tiránicas de su padre que le llevarán a descubrir hechos ocultos del pasado, no sin antes hacerle pasar una verdadera pesadilla existencial y creativa.

La trama recorre la frontera entre lo racional y lo irracional, el film es una historia de horror muy especial, cuyos protagonistas hablan de cosas muy próximas a nosotros, hablan de nuestros propios abismos, de nuestros miedos a ser y a existir.

La película recibió tres nominaciones; el “Festival Internacional de Cinema do Porto, Portugal”por mejor película, “Premios Goya” por mejor maquillaje y/o peluquería y el “Festival Internacional de Cinema de Catalunya, España” por mejor película.

Lo mejor sin duda, es el ambiente gótico y oscuro de la ciudad, con sus calles oscuras, su gárgolas y su ambiente malsano. A destacar los actores más que la historia en si misma, que es bastante previsible, un Juan Diego Botto perturbador y perturbado, que no sabes que derroteros va a tomar, un Luis Tosar terrorífico y ambiguo y una Elvira Mínguez muy convincente, Marta Etura resultona y poco más. En resumen, buenos actores, buena atmosfera, pero una historia normalita y algo previsible.

Nada, otra vez. Otra intriga de tres al cuarto, que si bien está bien ambientada, con una fotografía fría y oscura, peca simplemente de no tener una historia interesante que contar. Y ahí muere todo. Intriga del montón para pasar e rato.

La película, que en sí no es mala, sino "light" para ser del género de terror y del thriller y/o del thriller psicológico. Tiene sus puntos y casi en ningún momento se hace aburrida. Tiene escenas conmovedoras y dramáticas, además no utiliza el tan topiquísimo hoy en día en este tipo de películas, la abundancia de sangre y/o gore; la utiliza, en muy contadas ocasiones, y en poquísimas cantidades. El final es verdaderamente sorprendente y conmovedor.
Recomiendo verla, está bastante bien.

Vi esta película hace años y recuerdo que no me gustó absolutamente nada. Cuando la vi, pensé que no volvería a verla nunca más. Pero el otro día me dio un arrebato y decidí darle una oportunidad; porque tal vez en su momento tuviera un mal día y no le sacara el partido adecuado porque hubiera tenido un mal día.
Pero ahora que la he vuelto a ver tengo que reconocer que no estaba equivocado. El film es un auténtico bodrio. No se soporta en prácticamente nada, y resulta realmente aburrida e insoportable.
Y es que su trama es de tal surrealismo que no se sostiene por ningún lado. Y no lo digo únicamente porque es una historia de fantasmas. No. Es surrealista porque no cuadra ni convence en nada. La historia está desarrollada de tal forma que es totalmente incomprensible.
Xavier Villaverde dirige un film del que se espera mucho más de lo que luego es en realidad. Y es que es el típico ejemplo de esa sinopsis que lees y que está fantásticamente bien redactada, pero que luego no se corresponde para nada con la realidad. Es una sinopsis que lleva a equívoco, ya que uno espera ver una gran película de misterio y suspense; y se encuentra un film aburrido y soporífero, en el que en todo momento uno no para de mirar el reloj para ver cuanto tiempo le queda.
Interpretativamente la película tampoco es buena. Y eso que cuenta con grandes actores. Pero es que ninguno de ellos convence en sus papeles. Actores como Juan Diego Botto, Luis Tosar, Marta Etura o Elvira Mínguez realizan unos trabajos demasiado sobreactuados, y por consiguiente resulta todo falso.
Pero es que en general todo es demasiado exagerado; y eso produce que uno no consiga conectar con la película y engancharse a una trama que se escapa entre fotogramas; haciendo que uno se vaya aburriendo cada vez más conforme van pasando los minutos.
Y es que este film da el campanazo pero en sentido inverso. Es una película que se promocionó mucho y captó la atención del público. Pero la realidad se descubrió pronto; y esta película tuvo que empezar a soportar las malas opiniones que le están costando caer en el olvido.
En fin, "Trece campanadas" es un film insoportable en prácticamente todo. No convence en casi nada, y sinceramente es un poco suplicio aguantarla hasta el final. Solamente la fotografía es interesante, pero este aspecto técnico no se aprecia cuando le rodea tanta mediocridad.