Acantilado

Las adaptaciones suelen variar, algunas son casi calcos de las novelas en las que se basan y sin embargo terminan siendo mucho más importantes que estas, siempre eclipsadas por las mismas, como es el caso de Psicosis, en otro tanto la película como la novela tienen su propio recorrido, aunque la adaptación toma solo la premisa y desde ahí construye algo completamente diferente: Extraños en un tren.
Acantilado, no es nada de eso, no sé cuanto habrá tomado de la novela, pero aquí parece no ya una versión resumida sino una macheteada, la historia no puede ser más confusa y el resultado más fallido.
Nunca terminamos de entender la relación que tenia Gabriel con su hermana Cordelia, se deja entrever o más bien intuir lo que pasó entre ambos, pero en ningún momento lo aclaran de forma meridiana, cosa que deberían ya que la relación entre ellos es fundamental para tratar de comprender en algo a Cordelia, que por otro lado es un completo rompe cabeza, y que encima narren la historia en 2 tiempos, yendo de adelante para atrás y viceversa constantemente, lo que único que logran es dificultarnos todo el asunto.
El resto de los personajes tampoco es que nos la hagan fácil, todos son innentendibles, incluso los más estereotipados como la líder de la secta o la detective, no se empatiza con nadie, mucho menos con Gabriel y eso que este se supone que es el héroe.
La madeja se va enredando hasta llegar a un final que solo quien lo escribió lo entenderá, a mí me resultó igual que leer un manual de instrucciones en chino.

El espinoso tema de las sectas y sus rituales en comunidad es tratado por “Acantilado” más como un vehículo para la historia central que como auténtico núcleo sobre el que construir la historia. A pesar de que la película comienza con ese ritual tan enigmático, el guión no se centra en su comportamiento o en sus reglas internas, sino que a partir de los personajes construye un thriller bastante convencional en el que cada uno es justamente lo que parece.

Esta ausencia de misterio o de intriga hace que todo gire en torno a unos personajes correctamente definidos pero mal interpretados. Ellos son los cimientos de una historia que nunca se adentra en el grupo y que sólo se centra en las relaciones interpersonales al tiempo que intenta llevar una leve investigación policial. Pero estas relaciones son muy básicas, bastante predecibles y cada personaje ofrece solamente lo que se espera: el hermano que se aleja de la protagonista, su amiga impotente ante su actitud, la inspectora que se ve afectada de manera personal… Ninguno de los perfiles evoluciona a medida que la película avanza resultando bastante planos en poco tiempo. Ni Grao (totalmente inexpresivo) ni Toledo (fuera de lugar) consiguen que el espectador entre del todo en la historia. Por salvar a alguien, Acosta cumple su papel con cierta soltura, pero sólo con alfileres y porque compone el papel más turbio de todos.

Quizás la historia resulta algo local y la idiosincrasia del paisaje deba rellenar una parte de la narración que queda algo coja, pero “Acantilado” resulta bastante insulsa sobre todo en su parte central y abusa de un final que cierra el círculo pero que decepciona en una cinta considerada como thriller pero cuyos malvados tan torpes e ingenuos como se puede imaginar.

Pues me ha parecido una película de cinco y medio pero le voy a poner un cinco. Ya sé que hay que redondear hacia arriba pero hoy lo voy a hacer hacia abajo. ¿Por qué? Pues porque no tiene mucho suspense, que lo hay, pero la película es sobre las relaciones de los personajes, o eso creo yo, se nota la mano de una mujer en la novela, ni más ni menos que Lucía Etxebarria. Tampoco me gustaron los saltos atrás en el tiempo, sé que yo soy muy de un «flashback» pero es que en este caso me parecieron muy apretujados y forzados.

Total, una película que entretiene pero que llegando al final y ya sabiendo qué pasa se desinfla estrepitosamente. Y no hablemos del «puterío» porque se me va la cabeza.

Me encantan las pelis de sectas, lástima Acantilado, podría haber sido la versión española de The sound of my voice o Martha...

Aqui la pareja protagonista, aunque hace cosas raras a veces ( supongo que por exigencias del guión) no está mal, tenía potencial, igual que la secta de aire jipi y su lider. Había elementos para un relato molón y una posible atmósfera chula que se quedan exclusivamente en la sugerente escena inicial y a partir de ahí, directos al precipicio, pese a algún encuadre con oficio y personalidad.

Quizá el mayor canteo ( por desgracia hay unos cuantos) sea lo de la pareja de policías. Martinez ( no llames así a un poli por fa) aparece tocando la puerta de su jefa ( Goya Toledo no hay quien se la crea) unas... seis veces seguidas?
Unas veces con unos documentos, otras con un recado, otras preguntando algo. Así, todas las escenas entre los dos de la primera hora. Y con Goya cada vez más desesperada en su investigación, aunque no sepamos muy bien por qué, diciendo cosas del tipo « ok, envía esos documentos a la central» y cosas por el estilo.

Lástima, es como si el guión fuera una segunda versión sin trabajar pero con posibilidades y se hubieran quedado sin la mitad de la financiación a la mitad del rodaje. Se deja ver en cualquier caso.

Falto de tensión, falto de credibilidad, esta intriga que toma Las Palmas de Gran Canaria como fondo y que trata de que sus paisajes sean un personaje más, no interesa en ningún momento, y es que no te crees los personajes, no te crees la historia. Y eso es grave, dado que sucesos como los que se narran en la película son sucesos que han saltado a las páginas de los periódicos en ocasiones no muy lejanas. La inspectora que interpreta Goya Toledo es totalmente inconsistente, los regresos atrás en la trama explican muy poco de lo que sucede, los actores están desvaídos, quizás se salvan Acosta y García Jonsson en papeles que tampoco son muy defendibles. En fin, un entretenimiento muy menor y muy desvaído.