Operación Monumento

Lluvias de malas críticas ha recibido la última propuesta de George Clooney, un drama histórico con tintes cómicos ambientado en la segunda guerra mundial. Creo que el problema que ha tenido la gente antes y después de verla, es juzgarla por ser, primero, de George Clooney, y después que la hayan visto no han tenido claro que clase de género iban a ver. Pues, yo rompo una lanza a favor de Clooney, a mí me ha gustado, no me parece un peliculón, y no pretende serlo, pero me ha dejado interesado. Además, su reparto, su puesta en escena, y su música, son ingredientes suficientes para poder disfrutarla. Eso sí, sin prejuicios.

Seamos realistas lo que Clooney nos propone es un hecho histórico, y además él tiene que mantener unos canones propios de propuesta como director, por eso, están ahí esos tintes cómicos. Sí quieres una película seria, entonces hubiera sido otro director. En su sexto largometraje como director colabora con su amigo el actor, escritor, y director Grant Heslov ( "Unscripted"; "Los hombres que miraban fijamente a las cabras").

Solo por este buenísimo reparto, ya es interesante. Estamos hablando de actores de la talla de Bill Murray, John Goodman, Bob Balaban, Cate Blanchett, George Clooney, Matt Damon, y Jean Dujardin. Es de agradecer que el compositor de la película salga también como actor en un papel más secundario.


De la banda sonora diría que es lo mejor de la película. Alexandre Desplat siempre me ha resultado un compositor a tener en cuenta con soundtracks buenos, muy buenos, y notables, pero este es roza el excelente. Con homenajes a LA MÚSICA DE CINE en mayúsculas, una apuesta sinfónica espectacular heroica, dramática, y cómica. Recuerda a los grandes compositores del género clásico, y uno de ellos es el mejor compositor de la historia del cine: JONH WILLIAMS. Desplat mantiene su personalidad musical en todo sentido, no olvidemos que esto no es una copia de obras clásicas, sino que coge esto y lo hace suyo, que es muy diferente. Ahora mismo es la mejor bso que llevamos de año, y la mejor bso de la filmografía de Alexandre Desplat, así de claro.


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Después de terminar de ver la película, me han venido muchas cosas a la mente sobre este tema el cual desconocía por completo pero que George Clooney muy sabiamente se ha encargado de darle bombo y platillo. La pena es que tenía delante de si toda una gran variedad de ingredientes para hacer un exquisito plato y se ha conformado con hacer el típico plato para salir del paso. Y menos lo entiendo aún cuando la historia se va casi a las dos horas de proyección. A mi me ha decepcionado la dirección, que no la historia.

Por momentos me recordó a los siete magníficos, por el hecho de ir sumando gente al grupo para cumplir una misión muy arriesgada. ¿La gran diferencia? Que aquellos estaban familiarizados con las armas y podían enfrentarse en condiciones parejas al enemigo. Muchos de estos jamás habían disparado un arma. Son amantes del arte, no pistoleros a sueldo.

Nos encontramos en los últimos años de la segunda guerra mundial y Hitler comienza a retrocedes empujado por los comandos aliados, pero tiene una misión que ha llevado a cabo durante ese periodo, hacerse con todas las obras de arte de todos aquellos sitios donde ha pisado. Y no solo porque sea un amante del arte como así lo indica la historia, sino porque tiene un fin más macabro. Su idea es que una vez que Alemania domine el mundo, hacer desaparecer todo aquello que pueda probar la historia de los que vivieron allí anteriormente. Y con esa idea en mente Frank Stokes (Clooney) convence al presidente de los Estados Unidos, hay que proteger la historia de diferentes naciones, ya que la victoria no tendría significado con esta pérdidas.

Me habría encantado conocer un poco más a cada uno de los personajes que intervienen en la historia, para de esta forma sentir más cercano el sentimiento de dar la vida por una obra de arte. El desarrollo de la acción a veces se iba por las ramas y veíamos pasar los minutos y apenas nos contaban nada del asunto. Valoro el hecho de ver por fin a John Goodman en un papel dramático, aunque de vez en cuando le salga el gen cómico. Bill Murray grandioso al igual que Bob Balaban, para mi la pareja perfecta dentro de la historia. Por otro lado la que formaban Damon y Blanchett no me la creí en ningún momento.

Película muy entretenida a pesar de sus bajones, yo la recomendaría con el propósito de hacer conocer esta historia tan interesante.

Ninguna obra de arte vale lo que una vida humana. Yo lo creo así. Puesta a elegir entre salvar una vida o una obra, no dudaría en escoger lo primero. Y jamás pondría en peligro a personas para rescatar monumentos, pinturas o esculturas.
En las guerras se diluyen todos los límites y no hay respeto por nadie ni nada. Se cometen genocidios, se saquea y se expolia. Los pirados que a lo largo de las épocas han tenido delirios de grandeza y se han creído los dueños del mundo han invadido, asesinado y robado en masa. Se han apropiado de los bienes ajenos y de obras que son (o deberían ser) patrimonio de la humanidad.
Hitler, uno de los mayores genocidas de todos los tiempos, también se llevó lo que le dio la gana. Estaba convencido de que todo le pertenecía.
Buena parte del globo estaba demasiado ocupada en luchar, tratar de huir, morir o sobrevivir para preocuparse de poner a salvo su patrimonio. Su cultura. Su historia.
Algunos sí se preocuparon por eso. Porque si destruyen nuestra historia es como si no hubiéramos existido. Puede que a las puertas de la muerte eso parezca una fruslería. Por eso decía que en el caso de tener que elegir yo no dudaría. Un cuadro o una escultura no sufre, no es un ser sintiente, no va a crear ni a cambiar nada. Si se pierde, vale, es triste, son décadas o siglos de historia y cultura esfumados. Es un testimonio aniquilado, una instantánea de un momento que ya no se podrá recuperar.
Yo no creo que me arriesgara por una obra de arte. Estoy segura de que no.
Y no sé qué pensar respecto a que otros lo hagan. No sé si están muy locos o sin son unos valientes.
Pero hoy día hay que agradecerles que el retablo de Gante o la Virgen con el Niño de Brujas volvieran a estar donde tenían que estar. Además de otras miles de obras.
Son otro tipo de héroes de guerra. Aunque sigo sin aclararme sobre si eran valientes o locos.
George Clooney les ha dedicado esta película. A esos que lucharon contra otra faceta de la barbarie: la de destruir el pasado.
No ha creado una maravilla del cine. Yo sí que no me la jugaría por ella.

No sólo se ocuparon los nazis de destruir media Europa, además de ser los principales culpables de la muerte de millones de personas, tanto civiles como militares, de causar la ignominiosa muerte de al menos ocho millones de judíos y cuatro millones más de prisioneros en su execrable holocausto, sino que además, o sin duda alguna, eran unos viles ladrones que querían apropiarse indebidamente de todo el patrimonio de la humanidad, de todas las obras de arte pictóricas y de cualquier otro tipo de los países que ocupaban, y de todos los bienes y joyas de sus víctimas a las que masacraron impunemente.

La película narra la alternativa de los aliados para evitar, al final de la guerra, esa expoliación en la medida de lo posible, formando un grupo de soldados y profesores para encontrar, inventariar, tasar y devolver a sus legítimos dueños, o a los países a los que pertenecían, todas las obras de arte que pudieron recuperar y salvar de los nazis.

En cuanto a la película, floja para ser un documento histórico. Muy floja la dirección de George Clooney, que como dicen algunos, y cada vez más numerosos críticos, que vierten su opinión en esta página, que se dedique a interpretar en vez de a dirigir, y el resto del elenco de actores, con Murray y Goodman a la cabeza, que realizan unas flojas interpretaciones cuando podían haber buscado más lucimiento personal.

Un aprobado por su valor histórico, 5.

La cultura y el arte es patrimonio de la humanidad y no debe ser patrimonio de un individuo, sean pinturas, esculturas, arquitectura o tapices, nadie tiene derecho a privarnos de poder admirar la belleza y el acceso al conocimiento. Los que hemos tenido la suerte de admirar tantos tesoros que guardan los museos de referencia (al menos los que yo he visitado), me han servido de experiencia para valorar aunque no lo haya estudiado, la importancia del arte, es el legado de nuestros ancestros: “El Prado”, “El Tyssen” y el “Reina Sofía” en Madrid; “El Luvre”, “Orsay”, “Pompidu”, Picasso en París; “El Met”, “El Moma”, “Guggenheim” en Nueva York; y los “Museos Vaticanos”, incluyendo la Capilla Sixtina, así como la Galería de la Academia en Florencia, para la “Galería de los Uffizzi” fue imposible, por no haber entradas ese día.

El personaje de Clooney a modo de declaración de intenciones afirma: “Pueden exterminar una generación, arrasar sus casas y, aún así, el pueblo se repondría. Pero si destruyen su cultura, es como si nunca hubieran existido”. Noto una falta de sensibilidad en muchos usuarios, a mi me ha emocionado lo que me ha contado Clooney, un tipo de izquierdas declarado y nada sospechoso de patriotero. No es un genio del cine, pero todas sus películas como cineasta tienen una razón de ser, el de hombre preocupado por ideas altruistas y nobles, ya sea en la política, la sociedad o el arte. Lo peor es el manido panfleto antiamericano al que recurren algunos usuarios, para descalificar la película, me resulta rancio, casposo e hipócrita, quizás no han visitado un museo jamás y se aburren con una historia con la que no empatizan porque no valoran la importancia de la causa.

Clooney defiende la crucial importancia que tiene la conservación del legado artístico como expresión sublime del ser humano, un emotivo film basado en hechos reales, que narra las tribulaciones de una brigada formada por expertos en arte, cuya misión fue recuperar los tesoros artísticos saqueados por los nazis. Hitler tenía el sueño megalómano de construir en la ciudad austriaca de Linz, un gran museo con su nombre a mayor gloria, diseñado por el arquitecto del régimen, Albert Speer, estaba destinado a albergar las obras artísticas que ellos consideraban alemanas por derecho y que habían sido previamente inventariadas en el llamado informe Kümmel (1940). El personaje de Claire (Cate Blanchet), está inspirado en la historiadora Rose Valland quien fue registrando en secreto, y con todo detalle los movimientos de cada una de las obras que salían del museo “Jeu de Paume” de París. También sería la autora del libro en el que se inspiró la película “El tren” de John Frankenheimer.

Y es que, el antiamericanismo zafio y obtuso no sólo nubla la capacidad de análisis (como es el caso de este film, calificado de patriotero, aburrido, maniqueo e imperialista por muchos), también confunde y trastoca el sentido moral. Ser anti algo, implica abrigar hacia ese algo un sentimiento de repulsa o de hostilidad automáticas y por lo común poco razonadas. Y ahora fusiladme con negativos por no ser un progre políticamente correcto. No se puede olvidar que mientras nosotros enviábamos a la división azul a luchar junto a los nazis, muchos americanos perdieron la vida en España y Europa defendiendo la democracia contra el totalitarismo. Y es que sólo llamamos al “Tío Sam” para lo que nos conviene.