Armados y cabreados

Película llena de ambigüedades ideológicas. Aunque intenta ser una película de catarsis contra la estupidez del consumismo y la televisión, termina siendo lo mismo de siempre: matar a sangre fría está justificado (porque se lo merecen) pero la atracción sexual sigue siendo algo pecaminoso.
EL protagonista se indigna de la tv, pero se la pasa sentado en el sofá mirándola. A mi parecer es otra película puritana más, que no va a escandalizar a ningún norteamericano, solo lo va a divertir un rato con más de lo mismo.

Nos encontramos con una atípica película dentro de lo que nuestras adormecidas y poco concienciadas mentes estamos acostumbrados a visionar. “God Bless America”, traducida en España con el horroroso y poco acertado título de “Armados y cabreados” (no me extraña que no tuviera éxito aquí), es una comedia de humor negro, una sátira a la sociedad americana (y, ¿por qué no? A la occidental en general), incidiendo por un lado en la falta de valores de la misma y por otro en la poca exigencia de buenos contenidos en la televisión. Algo así como “si me río, me vale”.

Frank Murdoch (Joel Murray) ha dejado de creer en la gente. Su vida es un asco y todos los de su alrededor parecen recordarle que el sueño americano fue precisamente eso, sólo un sueño. Una enfermedad terminal y un despido laboral le hace explotar, al más puro estilo “Yo, yo mismo e Irene” y la emprende a tiros con todos aquellos que considera malas personas. Para esta noble misión, cuenta con la ayuda de Roxy, una adolescente harta del mundo y con quejas sobre el 90% de las cosas que le rodean (Tara Lynne Barr). Juntos disfrutarán de los pequeños placeres de la vida y darán plomo a los malos y lecciones de moral a los supervivientes.

A todos seguro que se nos ha pasado por la cabeza alguna vez que este mundo sería mejor sin la presencia de unas cuantas personas. Hemos deseado tener en nuestras manos una Death Note y limpiar el mundo de indeseables. La novedad en esta película es que rara vez habíamos escuchado diálogos tan acertados (y salvajes, y divertidos, y agudos) como los de “God Bless America”. Es complicado condenar que dos personas estén matando gente cuando ves la podredumbre que les rodea.

“Bowling for Columbine” trataba también este tema, quizás más como documental que como película (lo que la hacía más cruda), pero ambos comparten la polémica del uso de armas; “God Bless America” copia también el estilo de “Thelma y Louise”, incluso en sus giros argumentales, pero no por ello resulta menos acertado. Joel Murray es la voz de la conciencia en una sociedad que se está tirando por el retrete cada día que pasa, y no sólo no se da cuenta, sino que tira de la cadena con mucho gusto.

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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es

Pues voy a hacer una crítica muy sencilla.
Todo un descubrimiento. Llena de asesinatos pero aún así me hizo sonreír como no me pasaba hacía mucho tiempo. Además, deja una sensación muy buena al final (si te gusta, claro). Si no te va el "mainstream" te vas a divertir.
Ahora unos comentarios en: ¡"La parte prohibida"!

Encomiable pero fallido intento de ataque despiadado a lo que Pedro Vera llamaría "rancio facts" usamericanos. Un cincuentón divorciado y hasta los cojones de todo se alía con una adolescente para dar rienda suelta a su ira cargándose a todo aquel que consideren odioso. Sería como un cruce entre Thelma y Louise y Un Día de Furia.

Al principio parece que va a gustar, y encontramos algunas diatribas y diálogos bien construidos que nos hacen esperar algo interesante. Pero según va avanzando nos encontramos con un producto con un grave problema de ritmo narrativo, el cual cae como una pesa rusa en demasiadas ocasiones. Los protagonistas no ayudan; él es un pobre diablo que no parece creado para que empaticemos con él sino para que nos produzca indiferencia, y ella consigue ser irritante y no sabemos por qué tiene ese ansia de sumarse a la carnicería.

Al final, determinados discursos suenan demasiado impostados, pareciera que nos están sermoneando. Oigan, nos han creado un papel protagonista que no tiene mayor horizonte en la vida que ver aborrecibles programas en la tele y beber cerveza. En el fondo se trata de un hater incapaz de mover un dedo para cambiar una vida que odia, y que se dedica a descargar su frustración en los demás, los cuales se presentan como caricaturas solo para legitimar a su antagonista. Alguien así tampoco es muy digno de dar lecciones de moral, por mucho que los freaks de los que se queja sean realmente detestables. Como sátira le falta empaque, mala leche y le sobra simpleza, como ataque a la cultura pop tiene su punto, y como obra cinematográfica es decepcionante y pesada de ver.

Desde luego que hay que agradecer que Bobcat Goldthwait haya conseguido una voz propia y haya sido capaz de sacar TRES PELÍCULAS que para los amantes del humor negro, merezcan y mucho la pena.

Lo que tenemos aquí es diferente a sus anteriores proyectos. Los dos previos se centraban más en los diálogos y en situaciones PARTICULARES. Aquí es una crítica feroz hacia la sociedad y los límites que el ser humano alcanza con la fama.

Eso y un retazo de dos personajes acertados. Uno que se va a morir, y otro una niña de dieciséis años cansada del mundo en el que vive.

Destacaría sobre todo lo claro que son los protagonistas en sus convicciones. Dejan vivos a quiénes consideran que lo merecen o a quién consideran que no merecen morir pues ya viven en un purgatorio rutinario. Los personajes discuten entre ellos sobre sus acciones y cometen errores (ejemplo, cuando van a por la chica del porsche).

Se ataca a diestro y siniestro (en su mayoría a la televisión que trata de exponer a gente que más que interesante va más lejos que el resto con tal de tener su momento de fama), pero también se hace con gente como los padres, que en algunos casos son igual o incluso más dañinos. Se muestra también el supuesto nivel de alienación del resto de gente (esa escena del protagonista hablando con su compañero de trabajo) y todo se filma con cierta calidad.

Por otro lado, también se preocupa en dar algo de dinamismo a sus personajes protagonistas, que no son meras comparsas violentas, sino gente en situaciones extremas o que así lo consideran.

Y todo esto con la idea basada en una HORRIPILANTE película inglesa de calidad ínfima.

Y coño que incluso tiene varios giros de guión que merecen la pena y que nos hacen preguntar hasta que punto lo que hacen los protagonistas merece la pena.

Y todo con un sentido del humor negrísimo (véase la primera escena con los vecinos y el posterior sueño, con la música de una nana) que hace las delicias de un servidor.

Altamente recomendable, quizás lo dice alguien que es fácil de satisfacer si la premisa tira por caminos inesperados, pero que me den si el filme no me entretiene y me hace reír.