Justin Bieber: Never Say Never

15 minutos....los peores 15 minutos de mi largo historial de películas vista, entre buenas, malas, cutres, vomitivas, violativas, idiotizantes... y llegué a una conclusion... este nene es el diablo.

Y no el diablo amigo de la canción de Sabina "Mi amigo Satán", ese incomprendido ángel caído, NOOOOOO, es el diablo que se regodea en un pozo de caca, comiendo cerebros corrompidos por todos los defectos de la humanidad, y se ríe a carcajadas de nuestras estupideces.

¿Qué tenemos que hacer para entender que somos mejor que esto, que podemos crear obras de arte, curar enfermedades, hacer el amor y no la guerra...? Pero nooo, tenía que llegar este anticristo con brillo labial y rimmel hasta en las cejas y nos hace perder cinco mil años de evolución.

Con razón Einstein dijo que el universo y la estupidez humana son lo único que es infinito, y del universo no estaba tan seguro.

Que Dios nos ampare

Hay cosas que no deberían de existir... esta es una de esas cosas.
¿Porqué?
Por que contar la biografía de un niño de 16-17 años no tiene mucho sentido, esto se hace con gente que ha vivido ya toda una vida y hay algo interesante que contar.
Por que Justin Bieber no es un artista, (podría haberlo sido, de no haberse convertido en una marca, por que el chaval sabe tocar y cantar) si no que es un producto, una marca, un cebo para que millones de personas (sobre todo niñas entre 10 y 15 años) estén perdiendo dinero y el tiempo con música que no esta hecha para nada más que para lo que es, ganar cientos de millones.
Por lo tanto algo que esta hecho para eso no puede ser de calidad ni puede tener arte ni nada.
Como película no tiene absolutamente nada, solo un niño que ha/está vendiendo su alma (y es muy posible que sin darse cuenta).

No sé que es peor: ¿qué le hagan un homenaje prematuro o tardío a una estrella que está en consagración o en el ocaso a un artista de verdad, o a un pelagato sobrevalorado gracias a las "manitas creativas" de los medios de comunicación que tienen el derecho de alabarlo o destrozarlo?
Les repito una y mil veces que no se le debe hacer un homenaje a un artista, deportista, o a un personaje público que aún su carrera no la ha culminado.
Ahí vemos al artista canadiense que nunca ha sido de mis afectos como lo es Justin Bieber un cantautor nada creíble que ha saltado a la fama hace 9 años con su deleznable éxito baby y otras canciones que no me interesa recordarlas de ahí siempre ha sido tendencia en las redes sociales para publicar lo que piensa y hacer vídeos sobre sus talentos que domina bien y hasta sus bromas, pero también para hacer show vergonzantes en las presentaciones que realiza dejando muy mal parados a sus fanáticos como lo son Believers que son muy doblemoralistas. Ni hablar de sus mañas y sus comportamientos inadecuados que nunca ha cogido escarmiento, aún así ahí sigue pa'lante como si nada.
Lo lamentable es que a pesar de que los que conocen a Justin Bieber entre colegas y amigos hablan sobre cómo es él y que compartieron experiencias en lo profesional, los que crearon el documental lo hicieron a las carreras sin tener un fundamento concreto que lo único que les importan son exprimir billete, publicidad y éxito inmediatamente. En pocas palabras: obra por encargo.
Para rematar, el tiempo avanza aceleradamente y Bieber no ha querido entender que hay que madurar y experimentar nuevas cosas en lo musical se refiere.y no montarse en el tren exitista haciendo compañía o feats de canciones exitosas como por ejemplo el sobrevalorado y cansón reciente Despacito, que curiosamente se le está olvidando cantar.
En resumidas cuentas, Justin Bieber nunca digas nunca es un documental paupérrimo y con fines comerciales que habla sobre este sobrevalorado artista canadiense que tiene cualidades, aptitudes así como también defectos que en vez de corregirlos los ahonda y se aferra a su popularidad empalagosa que por ahora va en picada. Lo triste es que es un juguete de la sociedad consumista y nunca entendió que debió madurar tanto personal como musicalmente porque lo que se va no vuelve jamás. ¿Será que tiene síndrome de Peter Pan? ¡¡¡¡¡Madure pela'o!!!!!

Hay películas (en este caso, y para ser más exactos, documentales) que lo basan todo en la figura a la que rinden homenaje. Por la razón que sea, dicho personaje es tan potente que tiende a eclipsar todo lo demás. Al ser cine de lo que estamos hablando, la expresión ''todo lo demás'' implica una infinidad de factores que obviamente tienen cada uno de ellos una infinidad de gente detrás. De modo que, sintiéndolo mucho por todas esas personas, aquí no se ha venido a hablar ni de lo acertado de determinados encuadres, ni de lo bien llevado que está el ritmo de la narración, ni de la claridad en la exposición de argumentos... aquí se ha venido a hablar, nos guste o no, de la gran estrella. De Justin Bieber.

Sin ningún tipo de pudor diré que hay ciertos temas de los que muy orgullosamente me he obligado a exentarme. Si la ocasión lo requiere, no me importa nada adoptar la clásica actitud del marciano que vive en una cueva. Después de torturas mentales del calibre de 'Crepúsculo' o 'High School Musical', decidí que cualquier momento sería bueno para dejar de lado por completo el seguimiento de los iconos que mueven pasiones entre el público adolescente. La eclosión del pobre Justin llegó pues demasiado tarde, así que tuve que informarme por terceros sobre quién era el susodicho personaje. Muy sorprendido, comprobé que absolutamente todo el mundo parecía saberlo todo sobre él... y es que realmente se trata de un tipo muy famoso. El caso es que lo más fascinante, y lo que al fin y al cabo me hizo ir con ciertas ganas a la sala de cine, fue que entre la gente que interrogué, había unanimidad en cuanto al odio que despertaba el tal Bieber. Riánse de Muamar el Gadafi, o de Osama Bin Laden, o de Mahmud Ahmadineyad, o de Kim Jong Il... el enemigo público número uno; el que merecía la muerte más que nadie, era Justin.

¿Pero qué había hecho? ¿Cuál había sido su crimen? Después de ver 'Never Say Never', puedo decir sin miedo a equivocarme, que en ningún momento de su vida ha ordenado al ejército disparar a matar contra su propia población. Tampoco ha planificado minuciosamente el secuestro de aviones comerciales para estrellarlos contra edificios emblemáticos de los Estados Unidos, causando así la muerte de miles de civiles. Por lo que se desprende del documental, pondría la mano en el fuego a la hora de afirmar que nunca ha encarcelado a artistas por manifestar su inconformismo, y sobre todo nunca ha puesto en peligro la paz mundial por jugar con la energía nuclear. Nada de eso, lo único que ha hecho Justin Bieber es (moviéndose y cantando bien, ojo), que su cuerpo baile de la forma más ridícula posible, y que de sus cuerdas vocales salga una música horrible... a parte de vestir fatal, claro está. Esto, hasta que no se cree el Tribunal Inquisidor del Buen Gusto -todo llegará-, no es ningún delito.

A mi edad y siendo un adulto con el criterio completamente formado ver esta "cosa" no le ha hecho desde luego ningún bien. Sin embargo, lo que no voy a hacer es venir aquí a masacrarla con un 1 como hace la mayoría y que han llevado injustamente a esta cinta a estar entre las peor valoradas de la historia. Y ¿por qué? Pues por una razón muy simple.

Está clarísimo que este documental-videoclip está dirigido a un público muy concreto: chicas de 12 a 16 años. Esta gente, desde luego, no son el usuario típico de Filmaffinity. Así que el público que mejor puede valorar este producto sencillamente no ha votado. Y los anti-Bieber, que son el resto de la humanidad, son los que votan en contra de esta cinta y estoy seguro de que más de la mitad de los que han puesto un 1 a esto ni siquiera han visto un segundo de la película.

Conclusión: El público objetivo de esta película, es decir, las millones de seguidoras de Justin Bieber disfrutarán del visionado de este documental. (Yo la vi con una sobrina que lo adora, y así fue). El resto, por pura envidia, lo criticará.

Y digo pura envidia porque el chaval no es Kurt Cobain, eso está claro. Pero es un nene a la altura del marketing que lo ha lanzado a la fama, con algo de talento y con mucho carisma.