Apocalypse Now

Cambian los tiempos, en el lenguaje visual y musical propios del cine, pero esta película tras varias décadas, y más allá del impacto en su época, narra con maestría atemporal los dramas siempre ocultos de toda Guerra. El horror ahora tan extendido, y viralizado, en esta película se conecta con personas de carne y hueso que sufren lo que siempre se ha sufrido. A mi juicio, inmortal en su narración, sus imágenes y sus actuaciones, pese al lógico paso del tiempo.

La he visto dos veces. En ambos casos he sentido que no la entendía por completo, que algo se me escapa a mi humilde comprensión.

La música y el viaje por el río te atrapan, te hacen perder la cabeza. Si algo tiene esta película es un cúmulo de sensaciones que te impregnan y te dejan con la duda de '¿Qué es lo que acabo de ver?'.

Maravillosos encadenamientos de planos, especialmente en el inicio de la película.

“Mi película no trata sobre Vietnam. Es Vietnam. Y nuestra forma de rodarla se parece mucho al camino que recorrió mi país en la guerra. Éramos demasiados, teníamos demasiado dinero y demasiado equipo y, poco a poco, la jungla nos volvió locos.”

Apadrino por Roger Corman en sus inicios, redefinió el cine en los años setenta, junto a Steven Spielberg, Martin Scorsese, George Lucas, entre otros, con producciones a caballo entre el cine de grandes estudios y más intimista, cambio de paradigma entre cine clásico y moderno. Cuando realmente alcanzó la gloria fue con 'El padrino' (1972), aunque una de sus películas más emblemáticas, personales y sufridas fue APOCALYPSE NOW (1979). Una historia inspirada en la novela 'El corazón de las tinieblas' de Joseph Conrad y 238 días de filmación en las selvas de Filipinas repleta de accidentes. Tifones, fuertes lluvias, ataques de guerrillas rebeldes, problemas de corazón de su protagonista Martin Sheen, el sobrepeso de Marlon Brando o la propia salud mental del propio director solo eran algunos de los obstáculos a la hora de realizar la guerra de Vietnam como nunca antes se había visto.

APOCALYPSE NOW está repleta de momentos memorables marcados a fuego en la memoria: el ataque de los helicóperos a una aldea vietnamita al son de 'La cabalgata de las valquirias' de Wagner, "me gusta el olor a Napalm por la mañana" como sentenciaba Robert Duvall o el 'horror' del coronel Kurt. En realidad, la película era una reflexión sobre la naturaleza del mal, una visión casi filosófica sobre los lados más oscuros del ser humano. “La película se había transformado en una metáfora del viaje al interior de uno mismo, lo que obligaba a Francis a enfrentarse a todos sus miedos: miedo al fracaso, a la muerte, a perder el juicio”, explica Eleonor Coppola en el documental CORAZONES EN TINIEBLAS (1991), que relata el largo y problemático rodaje de la obra maestra de su padre.

Apocalypse now es inolvidable, para mí la mejor película sobre la guerra de Vietnam y aún más; la mejor película bélica de toda la historia del cine.
Sin exagerar, está película lo tiene todo, empezando por el reparto:Martín sheen, Robert Duvall, y el gran Marlon Brando aunque aparezca poco, ese poco nos da mucho... Fue el mejor momento de Francis Ford coppola, viniendo de hacer el padrino 1, 2 y la conversación, junto a esta Las 4 mejores películas del director.

El capitan willard (Martín sheen) debe encontrar y matar a un oficial renegado en Camboya,el general Kurtz (Marlon Brando).
El principio ya nos declara que es lo que vamos a ver, con esa apoteósica escena de los helicópteros y el bombardeo, con la música :The end, fusionado con el rostro del revés de Martín sheen en estado de embriaguez.

La película tiene momentos delirantes y nos muestra como se desarrolla el llamado síndrome de Vietnam.
El filme se centra en un grupo de personajes del cual vivimos su experiencia y evolución psiquica pero más bien, un viaje desde el punto de vista de el general willard.
Está película es una experiencia increíble y uno de los mejores trabajos de su director.

Fascinante, hipnótica, dura, cruel, miserable y adictiva. Es todo eso y mucho más.

La locura (o la lucidez) es el hilo conductor de esta aventura interior y exterior que se desarrolla en Vietnam.

La fotografía es una delicia ya desde el comienzo: Imágenes superpuestas con el ruido anestésico de los helicópteros y "This is the end" sonando de fondo. Intentar comprender a Kurtz parece imposible pero después de intentar comprender esta guerra, Kurtz parece el más sensato de todos. Normal que en cuanto pudiera, se bajara en marcha.

Imágenes terribles, llenas de crueldad sobre la locura de las guerras, las secuelas en la mente, la muerte gratuita y el mesianismo de un inestable.

Imágenes sorprendentes, de un viaje iniciático por el curso de un río lleno de peligros y de esperpentos. Alternando lo sublime con lo chabacano, lo majestuoso con lo cutre. Como la vida misma...

Imágenes oníricas, de un viaje en el que las sombras y las luces se confunden (el bien y el mal). Se escucha a Jimi Hendrix en una trinchera mientras las caras salen de las sombras, nadie sabe dónde está el jefe, pisas una cara pensando que estaba muerto...

Imágenes absurdas, discutes por tablas de surf mientras disparas cohetes a un antiaéreo, pones Wagner a toda pastilla, te llevas una barcaza por los aires y ves un espectáculo con playmates en medio de la selva...

Imágenes vibrantes, en un templo dónde los "creyentes" adoran a su "dios". Los colores, las voces desde la sombra, la luz iluminándolo todo...

Escenarios impactantes: pasar con la barcaza debajo de los restos de un avión, investigar un barco de campesinos, hacer surf bajo los disparos, presenciar un ataque de helicópteros desde dentro de la carlinga, ver arder con napalm el bosque...

Música hipnótica e inquietante, tanto más conforme se adentran en el corazón de las tinieblas.

Buenísimos actores: la desesperación y el hastío de Sheen, la locura y la arrogancia de Duvall, la admiración y la fascinación de Hopper (fotógrafo, ¿qué si no?), la increíble tropa que acompaña a Sheen (los únicos con un poso de realidad pero sometidos al estrés de la guerra) y Brando, entre la luz y la oscuridad.

Hipnótica, llena de belleza y con unas imágenes que son para enmarcar. Pero también hay espectáculo y batalla.

La carga de helicópteros con "La cabalgata de las Walkirias" de Wagner, la delicia del olor del napalm por la mañana, el horror y el caracol que se desliza por el filo de la navaja pertenecen ya al imaginario colectivo.